✤ M O N D A Y

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Día 1: Sartorialism o 「Ah, corazón, que cree en los demás más que en sí mismo」 - Sheep Song.


Siempre creí en tu palabra, de verdad lo hice pero tú nunca fuiste honesto. Confié ciegamente en tus dulces palabras, en tus embriagantes caricias... ¿De verdad nunca fuiste sincero? ¿Lo nuestro no significo nada para ti? Todas esas veces que me dijiste 'te amo' ¿Eran mentira?


Nakahara no podía decir con exactitud dónde se encontraba, si miraba a su alrededor podía ver que estaba en una habitación con poca luz, había una cama a su derecha, una ventana cubierta por cortinas oscuras a su izquierda y aun tipo desagradable frente suyo. ¡Ah, claro! Lo olvidaba, se encontraba amordazado a una silla, eso explicaba el dolor en sus muñecas, las cuales estaban amarradas por detrás.

― Dazai no te quiere, jamás te quiso. ― Burlo el sujeto de hebras oscuras acercándose a su prisionero, delineo el fino rostro de Chūya y sonrió sínico, su plan de herir al mafioso estaba funcionando. Haría que la relación que el mafioso mantenía con el castaño se perdiera. ― Vamos ¿Por qué te sorprende tanto? No solo lo digo yo, tu nee-san también te lo advirtió en algún momento, Dazai nunca fue alguien a quien brindarle confianza.

Es verdad, Kōyō-nee san nunca aprobó su relación con el castaño. Aun recordaba las palabras dirigidas a Dazai "Eres un maldito traidor y no dudo ni un poco en que traiciones a Chūya en algún momento. No se debe confiar en los perros de tu calaña. No apruebo su relación." Por un tiempo la mafiosa de cabello coral se ensaño en meterle ideas en la cabeza, tantas que termino por creerle. Se alejó del castaño, hiso lo posible para que este no se le acercara de nuevo, pese a ello Dazai se las arregló para ganarse su confianza y él cayó en sus redes de mentiras, porque si Fyodor estaba en lo correcto todo hasta ahora eran mentiras, las lindas palabras que le regalaba Dazai no eran verdaderas. Al final si le había traicionado con alguien más.

Debo seguir creyendo en las palabras de los demás o más bien ¿Debería seguir creyendo en tus palabras, Dazai?

― ¿No dirás nada Chūya? ― Inquirió saber el azabache harto del rostro poco a tractivo del muchacho justo en ese momento. ― ¿Qué se siente saber que Dazai te ha cambiado por una chica?

Por más que Nakahara lo intentara, de su boca no salía sonido alguno. Sentía como su garganta era invadida por un nudo el cual le provocaban ganas de llorar, ¡Pero ni siquiera eso podía hacer! En su rostro se podía ver lo devastado que estaba. De no ser porque minutos atrás había visto a su pareja besando a alguien más, no se encontraría de esa forma, después de todo Dazai si le había traicionado.

― Tsk, esto es molesto. Si no dirás nada, entonces... ― Tomo a Chūya de los cabellos y los haló para atraerlo hacia su persona y robarle un beso agresivo, el cual no demostraba otra cosa que no fuese deseo.

El mafioso por un momento no reacciono, estaba tan sumido en sus pensamientos que no era consciente de lo que Fyodor le hacía, eso hasta que oyó el estruendo de la puerta de la habitación cayendo al suelo dejando ver una cabellera castaña. Dazai se encontraba furioso, avanzo hacia el ruso y le soltó un puñetazo en la cara, aprovecho a que Fyodor estaba en el suelo frotando el área dañada y fue hacia su amante para comenzar a liberarlo y así llevárselo en sus hombros.

― Lo siento, pero Chūya me pertenece. Consíguete al tuyo. ― Camino hacia la puerta sin darle tiempo a Fyodor de decirle algo y salió con el peli-anaranjado en brazos.

― ¿Ah?... ¡Suéltame! ― exclamó el mafioso una vez que reaccionó a todo. ― ¡Eres un maltado traidor! ¡Te atreviste a engañarme, bastardo! ― Continuo gritando y pataleando hasta que Dazai lo tiro en el suelo.

― Oh... Chuya deberías dejar de creer en los demás, más que en ti mismo. Y no digo que no confíes en mí. ― Hablo en castaño cruzándose de brazos. ― Déjame aclararte que yo no te he sido infiel en ningún momento, esa chica se me lanzo encima.

El de menor estatura se puso de pie y frunció un poco el ceño, sus ojos aún permanecían llorosos. Osamu soltó una risita, de verdad que Chūya no tenía remedio.

― Vamos, quita esa cara. No te queda Chūya, ¿Dónde está mi enano gruñón?

Una vena le salto de la frente al aludido y todo rastro de aflicción se fue de su rostro dando paso a su ira.

― Te voy a... ¡MATAR!



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Esto debió ser algo bien triste y con sentido, pero soy incapaz de hacer sufrir a Chuya, además de que no es lo mio darle sentido a las frases/palabras, soy un desastre :'D

En fin... este es el día uno de la semana soukoku. Espero poder acabar con cada una de las historias porque no he escrito nada de nada, esto lo acabo de terminar ahorita :')

Soy una irresponsable que no aprovechó el mes y medio que tuvo ;--; </3

Soukoku Week | BSDWhere stories live. Discover now