Capítulo dos: Almuerzo.

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Intentaba poner atención a la clase, pero mi mente está tan ocupada pensando en el chico de ojos esmeralda y hoyuelos encantadores. Quedamos en almorzar juntos. Sólo quiero que el maldito timbre suene de una vez.

—Vas a almorzar con Harry.—exclamo Samay, mi mejor amiga.— me pierdes Cira, me pierdes. Creí que comeríamos juntas.—hace un puchero, me río.

—Hoy no estoy disponible, tal vez mañana amor.—digo.

—Esta bien, tendré que almorzar con mi otra mujer.—dice, hace un gesto con la mano restándole importancia al tema.

—¿Con Zhai?—pregunto, ella asiente.

—que perra eres.—entrecierro los ojos y me pongo una mano sobre mi pecho fingiendo indignación.—¡creí que me amabas, te di todo de mi!.—le grite, finjo un sollozo.

—Señorita Oliu y Johnson, quieren callarse, tengo una clase que dar.—nos llamo la atención el profesor de matemáticas, es un señor serio y amargado. Nosotras nos callamos pero no duramos tanto ya que soltamos unas carcajadas, no tan fuerte como para que vuelva a llamarnos la atención. 


(...)


—¿Me veo bien?—le pregunte a Samay, ya era hora del almuerzo y de ver a Harry.

—Te ves bien, apuesto que si él te viera toda fodonga y en chanclas, le parecerías hermosa.—dijo riendo—el amor,—se toco el pecho.

—Gracias, eres de mucha ayuda, que palabras tan inspiradoras.—dije con sarcasmo.

Camine por el pasillo a lo lejos alcance a ver la silueta de Harry. Tome el aire suficiente, mis manos estaban frías y sudorosas. Harry se encontraba mirando sus zapatos, mordía su labio inferior, sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Su cabello levemente ondulado, su mandíbula marcada haciendo su rostro más atractivo.

Levanta su mirada cuando me pongo delante de él, me sonríe mostrando sus hoyuelos, le devuelvo el gesto. 

—Vamos.—hable.

Caminamos a la cafetería, esperamos nuestro turno y establecemos una pequeña conversación, llego nuestro turno y pedimos nuestra comida, buscamos una mesa vacía, a lo lejos alcanzo a ver a mi loca amiga haciendo señas raras, la ignore y me concentre en Harry.

—¿De qué quieres hablar?.—pregunte, lo mire por unos segundos, le di una mordida a mi rebanada de pizza.

—Lo que queras esta bien.—su voz ronca y una sonrisa apareció en su rostro.

Sonreí como idiota, las horas anteriores me la había estado pensando de que tema hablar, no quería que se aburriera, él me hacia tímida. Terminamos de comer, me prepare para iniciar una conversación, me sorprendió un poco que el se atreviera a hablar.

—¿Ya leíste <<Two Friends>>.—preguntó para después clavar su mirada en mi.

—No, estoy ahorrando para comprar el libro.—dije, tome un poco de mi bebida, que es un jugo de naranja.

Él asintió.

—Yo ya lo termine de leer.—sonrió con orgullo y me miro alzando una de sus cejas.

—¡Oh no!, ni te atrevas hacerme spoiler.—le advertí señalándolo con mi dedo.

—Agh, le quitas la diversión.—se cruzo de brazos e hizo un pequeño y adorable puchero.

—Ni te atrevas Serkin—amenace.

Poco a poco dejamos la timidez y agarramos más confianza. Harry estaba contando unos chisten tan malos que te reías pero de la pena, estaba roja de tanto reírme.

—Habían dos celulares y uno le pregunta al otro: ¿Por qué usas lentes?.—dijo riendo.—entonces el otro le responde: perdí mis contactos.—soltó una carcajada llamando la atención de las personas, no pude evitar reírme.


(...)


—¿Nos vamos juntos?.—me preguntó, acepte y caminamos juntos. Agarro mi mano y la entrelazo con la suya, su mano era grande a comparación de la mía. Me sonroje, él lo noto y soltó una carcajada.

—¿Qué vas hacer llegando a tu casa?.

Lo pensó un poco, agarró su labio y frunció el ceño.

—Llegare a comer, cambiarme, ver películas románticas toda la tarde y por último hacer la tarea.—hizo una mueca de fastidió.

—Sabes, me gusta pasar mi tiempo contigo, eres divertido.—pase un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

—Yo también.—me regalo una pequeña sonrisa.

Nos miramos a los ojos, una guerra entre el bien y el mal, entre esmeralda y avellana, entre sentimientos, todo eso y más. Expresado a través de una mirada.

Llegamos a la esquina, vivíamos en direcciones diferentes por lo cual nuestros caminos a casa también lo eran. Nos abrazamos, su cuerpo junto al mío, se siente tan bien.

—Nos vemos mañana.—me despedí.

—Hasta mañana.—sonrió.—espera..., ten.—me entrego una carta.

—Gracias Harry.—lo abrace otra vez, esta vez duro más, respire su aroma, olía tan bien, me aleje de él y bese su mejilla.

—Léela cuando llegues a casa.—dijo, se despidió moviendo su mano, miro la carta, sonrío.


(...)


Me dirijo a casa; mire el pequeño sobre en mis manos, es una hoja de color azul cielo.

Siento en este momento una sensación de felicidad, una carta puede contener muchos sentimientos.

minutos después, llegue a mi casa. Abrí la puerta y entre.

—¡Ya llegue!.—grite.

Mi madre salio de la cocina, tenia su delantal puesto y una sonrisa plantada en su rostro.

—Deja tus cosas, cámbiate y bajas a comer—hizo una pausa—tu papá ya no tarda en llegar. 

Cuando a mi madre le da tiempo para hacer la comida después de su trabajo, es realmente un milagro, cuando llega tarde a mi papá y a mi no nos queda de otra que comer sopas instantáneas. 

Fui a mi habitación deje mi mochila en el piso y abrí el armario, me puse un short y una blusa vieja.

Me senté en la punta de la cama y abrí la carta que me dio Harry, empecé a leerla.

" Cira, cuando estoy contigo siento una paz y a la vez un huracán dentro de mi cabeza, eres tan hermosa, toda tú.

Eres, eres todo lo que necesito, creo que me estoy enamorando de ti, otra vez.

Si necesitas a un amigo con quien contar, yo estaré siempre ahí sin importar que, yo no te dejare caer. Eres y serás parte de mi vida y de mi adolescencia. 

No eres perfecta pero para mi lo eres, eres hermosa tal y como eres.

Eres un agujero negro que me succiona y me manda a otra dimensión. Me tienes en tus manos, tu personalidad, tu risa escandalosa, tu rostro, todo en ti es bello.

Yo no soy el hombre más guapo, perfecto, de este mundo pero, mostraré mi corazón sólo para ti.

Te quiero Cira.

Harry Serkin."

Las lagrimas corrían por mis mejillas, sus palabras me llenaron de felicidad es lo que Harry provoca en mi, es un enigma. Él me quiere tal y como soy, sin importar que. Hace que me sienta segura de mi misma, me hace sentirme hermosa. Es lo más bonito que alguien pudo haber escrito para mi.

Yo también te quiero Harry.—murmure.  

Harry Serkin & Cira Oliu: Una historia de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora