—¿Qué harán ésta tarde?, por que hoy es sábado y el cuerpo lo sabe.—dijo Samay moviendo sus cejas con una pizca de picardía.
—Será una tarde de ron...—Se unió Zhai a nuestra conversación.— de roncar en mi cama, por que hashtag siempre sola.
—Eres una dramática.—rodé mis ojos, trate de permanecer seria pero fue casi imposible, ya que una leve sonrisa se asomo en mis labios.
—¡Dramática yo!...—exclamo en voz alta la chica hashtag siempre sola, moviendo exageradamente sus manos—un poco.—de un segundo a otro, ya está actuando normal.
—Dios...—susurre.
—Bueno, chica "hashtag siempre sola" y chica aparentemente normal, ¿Qué tal si vamos de fiesta?—nos volteamos a verla, nuestra atención puesta en la chica de cabello negro.
Lo pensé, no soy una persona de fiestas, regularmente me aburren.
—Mmm, yo creo que no voy a ir.—les informe.
—No te voy a rogar, si eso es lo que quieres—me señalo—¿Y tú Zhai?—
miro a la chica "hashtag siempre sola" que ésta a un lado de mi, en espera de una respuesta.—hashtag siempre sola.—esas fueron las tres palabras que salieron de sus labios.
—No jodas.—Samay la miro con una cara tipo "Really nigga".
Zhai es..., Zhai, y es todo un caso.
(...)
Al final yo sí termine teniendo planes para ésta tarde.
Aplique una última capa de rimel en mis pestañas, y por último pase por mis delgados labios un gloss con olor a sandia, mi favorito. Me mire en el espejo admirando mi buen trabajo y mi elección de ropa. Un pantalón ajustado color negro con un suéter color gris y mis Chelsea boots, que son mis nenas más apreciadas en ésta vida. Quería ponerme un vestido y zapatillas, pero me dio un poquito de flojera arreglarme más, aparte de que ya no había tiempo.
Es una cálida tarde en Redditch, mire la hora 06:24 pm, dentro de seis minutos, estaría con el chico de ojos esmeralda.
Baje a la sala, es sábado por lo tanto mis padres están descansando, bueno no tanto, ya que se la pasan viendo películas, no películas actuales tipo Christian Grey, sino películas antiguas esas en blanco y negro, todo un clásico.
Al parecer mi madre noto mi presencia, se giro a verme de arriba a bajo, me miro fijamente. Ayer le comente sobre mi salida, y estuvo de acuerdo, de hecho me alentó para que saliera más. Según ella me la paso mucho tiempo en mi cuarto leyendo libros y escuchando música a casi todo volumen.
—¿Ya te vas?—me preguntó.
—Sí. Dentro de unos minutos—apriete mis labios formando una linea.
Asintió para regresar su mirada al televisor situado enfrente de ellos, una pantalla lo suficientemente buena para ver con mayor calidad. Espere unos minutos más, escuche el timbre de la puerta, ansiosa agarre mi pequeño bolso y fui hacia la puerta. Al abrirla me encontré con un chico de sonrisa sincera, vestía de una forma casual. Le sonreí y me regreso el gesto.
—Sólo no llegues tarde Cira, y ya sabes, irán a la feria no a hacer otras cosas...—Dijo padre, con su atención en el televisor pero sus palabras dirigidas para mi. Capte perfectamente el doble sentido y sus ganas de incomodar.
—Ya entendí.—rodé mis ojos al infinito y más allá, captando su advertencia, me sentí avergonzada por sus últimas palabras.—Vamos, no queremos llegar tarde rulitos.
El chico enfrente de mi soltó una pequeña risa, mostrando sus hoyuelos y las adorables arrugas debajo de sus ojos color esmeralda. Salimos de casa, camine junto a él.
La feria aquí no es demasiado grande, es pequeña pero agradable; aparte de que no nos queda demasiado lejos. Vivo cerca del centro, y la diversión queda en un lote baldío el cual queda cerca del parque municipal.
—Te ves bien.—rompió el silencio que había entre los dos, lleva sus manos en las bolsas de su chaqueta y se remoja los labios.
—Mmm, gracias. Tu luces fantástico, me gusta tu estilo; a veces sueles vestir de una manera extravagante con diseños raros pero que lucen bien en ti, también lucir un estilo casual y verte malditamente bien.—hable libremente acerca de su estilo, tenia que sacar un tema de conversación, no quiero que el silencio incómodo termine apoderándose de nosotros.—Lo siento, suelo hablar mucho cuando estoy nerviosa y cuando no se que decir. Pero en realidad termino hablando de algo.—hice una mueca con mis labios y solté una sonrisa tímida.
Me miró con algo especial en sus ojos, negó con su cabeza estiro su mano para ponerla sobre la mía, seguimos caminando sobre la banqueta del vecindario.
—No te preocupes, me encanta escucharte hablar, tu voz es...relajante de cierta manera.
—Esta bien. Y gracias, a mi también me gusta tu voz.—Murmuré.
Y seguimos caminando, su mano sobre la mía. Su mano es demasiado grande por lo que mi mano se perdía en la suya. Sus pasos eran largos, él al dar uno yo tengo que dar dos, para seguirle el paso.
—¿Te gustan las ferias?—pregunte después de varias minutos.
—Sí—su voz sonó ronca y grave—, cuando era niño, cada año venía con mis padres. Recuerdo que disfrutaba demasiado subirme a los juegos para mi era lo máximo, la diversión, la comida, interactuar con otros niños. Eso era antes, cuando empiezas a crecer las cosas que considerabas divertidas, ya no lo son.
—Tienes razón, dulce joven.—le dí la razón—Cuando tenía once años dejo de interesarme jugar con muñecas, ya no era lo mismo. Pero, a una prima mía aún le gustaban, supongo que es de cada quién.
—Nos volvemos aburridos Cira.—hizo un puchero con sus labios rojos por el clima, se acerco a mi y rozó su nariz en mi mejilla.
(...)
—Harry.—una vez que tuve su atención en mi me apresure a decir.—¿A qué juego subiremos?.—alce mi mirada para observarlo a la cara, ya que el me pasaba por unos centímetros de más.
—Que te parece si mejor vamos a patinar sobre hielo.
Sonreí por su idea pero recordé que no se patinar.—Hay un problema, no se patinar, soy un asco en ello, la última vez que lo intente termine con dolor de trasero como por un mes.
—¿En serio?—sonrió burlón.
—Sí.
—Bueno, me ofrezco como voluntario para enseñarte.
—¿Y sí me caigo?
—Yo te levantaré, dulce dama.
—¿En serio?.
—No, primero me burlare de ti.
—¡Oye!.
—Estaba bromeando.
—Más te vale.
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Harry Serkin & Cira Oliu: Una historia de amor.
Historia CortaCuando mi mirada aterriza en él, siento un calor abrumador en mi pecho haciéndome sentir plena. Su piel repleta de pequeñas imperfecciones, sus labios carnosos y suaves a la vista, sus manos, su exquisito aroma. Todo lo anterior, es difícil de olvid...