Prólogo

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Y con un suspiro abría el sobre que contenían mis notas, sentada en el banco a las afueras de la Universidad de Oxford.

-Aprobada.- Me dije a mi misma esbozando una sonrisa.

***

-¡Oh! ¡Felicidades, querida!- Me decían las amigas de mi madre en el gran banquete preparado por mis notas. A los que les respondía con un par de frases rápidas y un par de sonrisas.

-Estoy muy orgullosa de ti, hija.- Un beso en mi frente acababa la frase de mi padre por él, lo que producía que mis ojos se humedecieran y los de mi madre también.

-Yo también, tesoro. Te lo merecías.- Sonreían ambos.

-Tengo una noticia que dar, papá, mamá, amigos y familiares. Estoy decidida a empezar una historia en una gran empresa.- Y los cuchicheos empezaban a abarcar la sala "Su padre le pagará una empresa" "¿Qué dice?". Y otros muchos.- Me voy a Nueva York dentro de un mes. 

Silencio total, la bomba había estallado. Genial. Y entonces Leslie se acercó.- Nena, no me irás a dejar...Me quedan dos semanas de Master. ¿Esperarás a vivir la gran aventura en la gran manzana con tu mejor compañera?- Sonreía contenta.

-No me iba a ir sin el equipaje.- Y ambas estallabamos en una gran risotada.

-Hija...- Se acercaban mis padres.- No te puedes ir, te lo hemos dado todo, no nos dejes ahora.- Mi madre, tan melodramática como siempre, llorando con el pañuelo entre sus manos y en cambio, mi padre, de una forma tan seria como el hielo.- Déjalo ya, Barbara,  déjala ir.

Ante esas palabras estuve sin hablarme con mi padre durante el mes de estancia en mi casa y con mi madre únicamente para intentar que no me fuera.

Aunque, sin mucho éxito.

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