Capítulo 1

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Iván Lachowsky



—Zequi, es ella... —le repetí bajando la voz. Me encontraba sentado a dos mesas de ella, mientras la observaba escribir en una libreta con un café a un lado. Parecía bastante concentrada y su ceño no dejaba de estar fruncido. Lucía tierna.

¿Quién? ¿La chica Kutcha? —preguntó.

—Barbara Kutcha —recalqué bajando la voz pero no lo dejé contestar—. Me parece la ocasión perfecta para hablarle, la otra vez como que no era muy posible...

Él soltó una carcajada.

¡Pero si el otro día lo único que hicieron fue hablar!

—Cállate... Tengo que armar algo para llamar su atención —dije para mis adentros en voz alta—, ya ves que la otra ve...

Sí, Iván, vomitó tu traje de un millón de dólares —se burló—. Te dejó muy prendido, hermano. Pero quiero que recuerdes que no fue fácil borrar el historial de esa noche...

—Sí, Ezequiel sí...

Cuatro días antes, Zequi mi mejor amigo y yo fuimos a una discoteca a relajarnos de tanto trabajo así como acostumbrábamos hacer cada fin de semana... Acostandonos con chicas, bebiendo, bailando y todo lo que todo ese rollo conlleva.

Pero esta vez fue diferente, muy diferente.

Bárbara, la chica que justo tenía en frente de mí, la chica que estaba escribiendo, ella estaba ahí ¿Cómo olvidarla? ¿Cómo olvidar su cabello castaño y sus ojos azules? Uf, esa chica. Estabamos ebrios y los dos bastante hundidos como parecía, ella me contaba cosas y viceversa, sin arrepentimientos ni pelos en la lengua. Y la verdad es que no me siento arrepentido al abrirme con ella, al contrario.

Estuvimos a un paso de estar en la cama, sólo a un paso, cuando ella de tanto alcohol ingerido vomitó encima mío, fue muy desagradable, sin embargo a ella no podía sacármela de la cabeza, nunca me dijo su nombre ni yo el mío, pero Zequi quien estaba con la amiga se enteró de su nombre. Me salvó.

La vi pedir la cuenta e inmediatamente dejé unos billetes sobre la mesa y me dirigí afuera del restaurante, subí a mi coche y esperé que ella saliera para bajar y hablarle como si me la hubiera encontrado por casualidad aunque... ¿Me recordará?

Salió del establecimiento pero antes de que pudiera bajarme del coche, entró al Bentley que tenía frente a mí y fue cuando se me ocurrió una magnífica idea. Encendí el coche y aceleré lo más suave posible, chocando con la parte trasera de su coche, entonces cuando observé que el Bentley negro se removió poco, bajé y me quedé observando el choque. Parecía que no tenía ningún rasguño, parecía que sólo había tocado el carro.

Vi cuando bajó del coche así que desvié mi mirada hacia el choque invisible que había provocado y entonces hablé.

—Disculpa, no fue a propósito... —dirigí mi mirada a ella, ella tenía el ceño levemente fruncido, como la recordaba. Parecía que no me recordaba. Maldición. Me enderece y puse mis manos sobre mi cadera. Al ver que no respondía, agregué—. Me haré cargo de todos los gastos, fui yo quien chocó, de verdad disculpa...

Saque mi chequera y camine hacia mi coche para sacar un bolígrafo, al terminar de firmar caminé de nuevo hacia ella que estaba agachada buscando el choque, le dije "Toma" a lo que ella pegó un pequeño brinco y me observó un tanto irritada, se lo tendí, ella se negó.

—Ya noté que no es nada, no te preocupes, yo puedo pagarlo... —adoptó una postura rígida.

¿Qué clase de persona no acepta un cheque con muchos ceros?

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2017 ⏰

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Esa Noche© [My Sugar Daddy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora