Cuarto capítulo

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¿Esa es la misma Cassie que estaba en el club de arte...? Joder.- dijo Hanamaki sorprendido gratamente. Iwaizumi sonrió con burla.- Si ya era monísima en ese entonces, ahora está preciosa. Debería de haberle tirado los tejos, no entiendo como le gustó un cabeza hueca como nuestro capitán.- Matsukawa asintió.

-Bueno, siempre fue así. Pero se sentía intimidada por el aura de Oikawa.- dijo sentándose para estirar los gemelos.- Y él era como la cegadora sombra. Todo el tiempo la estaba dejando asombrada.

-¡Iwa-chan! ¿Qué fue eso de hace un minuto?.- dijo el capitán con el ceño fruncido.

-Se llama: me sigo llevando con ella, Mierdakawa. Sigo siendo su amigo y lo seguiré siendo.- ambos desviaron la mirada hasta la pista donde se llevaba a cabo la batalla mítica del basurero. Ella estaba levantada dando toallas, y otra vez ese capitanucho se iba a tirar encima suya. Apretaron los dientes con fuerza a la vez.

-¡Tetsurou, no!.- le puso el dedo en la punta de la nariz, como si estuviese hablándole a un animal pequeño que estuviese haciendo algo malo. Este sonrió cuando vio como le llamaba por su nombre.- Venga, a la pista a dar ejemplo.- lo empujó con un golpe seco. Y rió, esa risa que tanto había añorado.

-Que pelo tan largo tiene. Antes con su melena corta, era muy fácil pasarle la mano por el cabello.- soltó el moreno en su ensimismamiento. Y eso sorprendió a su amigo de la infancia, no estaba gritando y montando el drama como una diva indignada. Si no con una expresión de pura nostalgia.

-Anda que no.- dijo el pelirrosado.- se la ve bastante feliz. No sabes lo que tuvo que sufrir la pobre por tus fans.- dijo Makki con dureza.- es el problema de que seas tan famosillo.- el aludido bajo la vista con resentimiento. Al volver a levantarla iba con el líbero hablando animada y repleta de botellas vacías.

-Gracias, Yaku-san.- este sonrió como la madre del equipo que era.- Estos tíos beben más que una vaca rellena de pajaritos.- el castaño soltó una risilla.-

-Todo lo sudan, por eso necesitan una bomba de agua para hidratarlos.- pasando al lado de donde se encontraban los cuatro de tercer año.- ¿Necesitas que te ayude con otra cosa?.

-No, este es mi trabajo, y estoy capacitada para hacerlo.- dijo sin quitar la sonrisa de su rostro.- de todas maneras, gracias Yaku-san.-

-Llámame Moritsuke por favor.-

-Gracias, Moritsuke.- este se quedó un poco sorprendido y con las mejillas coloreadas sonrió. Y ya con la vena saltada el moreno hizo su debut en escena.

-¡Cassie-chan, deja de ligotear y haz tu trabajo!.- los de su equipo lo miraron con incredulidad.

-¡Eso hago, y no te he pedido opinión, imbécil-chan!.- le mostró el dedo del medio dejandolo en ridículo. los de primer año estaban que se morían de risa, las fans cabreadas y los de segundo y tercero aguantando las ganas de estamparle.- ¡Mattsun, Makki, collejearle de mi parte!.- ambos se encogieron de hombros y le dieron un par de zapes en la nuca. Ella caminó victoriosa hasta la cancha de al lado donde se llevaba a cabo él descanso del guerrero.

-No debiste hacer eso, Trashkawa.-dijo suspirando el amigo de la infancia de este. Solo gruñó y miró hacia otro lado obviando la manera con la que había metido la pata en algo que no le concernía.

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El sol ya se estaba poniendo en él horizonte y él cielo brillaba inundado por las pinceladas del verano. Todos continuaron entrenando, pero a las mánagers ya les dieron tiempo de descanso hasta la mañana siguiente.

Las dos de Karasuno junto con la de Nekoma, mantenían una agradable conversación. Hasta que, ¡Oh shit!, las fans iracundas de Estupikawa las pararon con un golpe seco.

Te odio, pero te quiero (Haikyuu!!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora