Confesiones

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Junsu andaba dando vueltas por su apartamento cansado de esperar tanto por su amigo; Jaejoong le había pedido que se vieran.

Ese pesado entrometido...

Hubiera querido gritarle que se metiera en sus propios asuntos, él ya era mayorcito como para solucionar sus problemas o no solucionarlos si no le daba la gana, pero Jaejoong era su hyung y lo respetaba por lo que no había podido negarse a su petición.

El timbre sonó.

¡Al fin! Tanto que le había rogado para que se vieran y ahora tardaba horas en aparecer.

Echó un vistazo rápido a través de la mirilla de la puerta. Sin duda era Jaejoong, sus típicas ropas negras eran inconfundibles: su chaqueta con capucha para tapar su rostro, esos pantalones que últimamente llevaba a todas partes, ese bolso de marca del que nunca se despegaba.

No terminaba de entender por qué siempre se cubría tanto para intentar que las fans no le descubrieran. Éstas lo conocían lo suficientemente bien como para reconocerlo tan sólo por sus ropas, no era como si pudiera esconderse fácilmente de ellas.

Abrió la puerta de mala gana y sin tan solo mirarlo se giró de nuevo hacia el piso. Ni siquiera saludó a su compañero que cerraba la puerta detrás de él, no estaba de humor para sermones.

Cuando llegaron al salón encaró a su amigo que seguía cabizbajo con esa capucha que cubría su rostro.

–Está bien. ¿Puede saberse de qué querías hablar tan insistentemente?

–No estaba convencido de que fuera a funcionar pero te engañé fácilmente.

Esa voz...

–¿Tan poco me reconoces? –dijo mientras bajaba la cremallera para descubrirse.

Yoochun lo miraba con una mezcla de aflicción y culpabilidad.

Junsu se encendió.

–¿¡Qué cojones haces aquí?! ¡No quiero ver tu maldita cara!

–Junsu-ah... –El moreno hizo amago de acercársele pero Junsu golpeó la mano temblorosa de Yoochun que intentaba rozarle, apartándola con furia de él.

–¡No me toques! ¡Ni siquiera me llames así! ¡Eres un jodido imbécil!

–Tienes razón, soy estúpido... pero, por favor, odio estar así contigo...

–¡Haberlo pensado antes de hacer algo así!

–Yo... lo siento... De verdad lo siento...

–¡No soy un muñeco al que puedas ir besando simplemente porque te dé la gana, Yoochun!

–Yo... Yo... no quería...

–¿¡Cómo que no querías?! ¿Estás de broma o algo? ¡Puede que para ti fuera sólo algo de diversión pero para mí los besos son algo serio, algo que quiero hacer con alguien a quién amo!

Esto último fue como una apuñalada en el dolorido corazón de Yoochun, pero empleó todas las fuerzas que le quedaban para mantener un rostro tranquilo.

–Su... al menos escúchame por favor...

–¡No quiero! ¡No quiero escuchar nada de lo que tengas que decir! ¡Nada de lo que pueda salir de esa maldita boca hará calmar mi enfado!

–Su...

–¡Yo confiaba en ti! ¿A caso no éramos amigos? ¿¡Qué diablos te hecho yo!?

–¡Que me he enamorado de ti, eso es lo que me has hecho!

El beso de la Muerte - YoosuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora