PROLOGO

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221.........

Veneno.

Dolor.

Quemando.

Jodidamente quemando de forma insoportable.

Rápidos de lava corriendo por mis venas.

Mi piel... mi piel estaba demasiado caliente... demasiado apretada alrededor de mi carne...

Jadeé de ira... tanta puta ira para mantener en el interior... apuñalando mi cerebro, volviéndome loco...

Rompe a alguien en pedazos, gruñí en mi cabeza, rompe huesos, desgarra carne... siente la sangre húmeda en mis manos.

Caminé, mis cadenas pesadas como hierro envueltas alrededor de mis muñecas y tobillos. Necesitaba matar. Necesitaba salir de debajo de estas cadenas.

Debo matar para detener el veneno.

Debo matar para frenar el dolor dentro.

-¿Estás de vuelta en Korea? -Una voz de repente habló desde el otro lado de la habitación-. ¿Los chinos finalmente han hecho su gran retorno?

-Así es. Y desde hace tiempo que tenía que suceder. Tenemos negocios que resolver. Negocios de hace mucho tiempo -habló el amo, y mi corazón empezó a latir con fuerza. Escucha al amo. Escucha las órdenes del amo.

Pasos hicieron clic en el suelo frío y duro. El hombre se acercaba al amo. Caminé más rápido.

-¿Con los xiao? -preguntó la otra voz-. Porque si lo es, han pasado muchas cosas en cuarenta años. Son intocables. Demasiado fuertes.

El amo se rió.

-Nos hemos vuelto más fuertes.

-¿Saben que está aquí?

El amo hizo una pausa, y luego respondió:

-Van a averiguarlo muy pronto. No nos esconderemos de la escoria roja.

El amo se volvió hacia mí, trayendo con él a un hombre. Mis músculos se tensaron y gruño mientras se acercan... demasiado cerca.

-Pero qué...

-Le hemos administrado un nuevo medicamento. Probado para garantizar al cien por ciento obediencia en cualquier tema. Ningún otro puede ofrecerte esto, Nasar. Los Koreanos no habrán visto nada igual. Tu negocio superará el suyo cuando tus chicos puedan atender cada capricho del comprador.

La voz del amo apuñaló mis oídos. Siempre he oído al amo, mi cuerpo se tensa mientras esperaba su orden. Mantuve mis ojos en el suelo mojado oscuro como el amo ordenó, sin hacer contacto visual. Me dijo que era un perro, un asesino. Me dijo que era su esclavo.

Calor abrasador envolvió mi carne; el dolor al rojo vivo en mi cabeza se apoderó de mi cuerpo. Temblando, me tensé antes de gritar de dolor. La furia se apoderó.

Cada músculo de mi cuerpo se retorció, picando, ardiendo, sediento de entregar la muerte. Mis cadenas se sacudieron más fuerte mientras mis manos se apretaron en puños, imaginando la masacre de un adversario, poniendo a prueba la fortaleza de los pesados puños alrededor de mis muñecas.

Los pies del amo se acercaron más. Caminé más rápido. Mi corazón bombeó más fuerte. Le susurré en alto con dientes apretados.

-matar, matar, matar- necesitaba matar.

Inhalé un largo suspiro mientras el extraño hombre se acercaba. Gruñí y mostré los dientes, advirtiéndole que se mantuviera jodidamente lejos de mí.

REAP 221 KAISOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora