REAP 221 KAISOO

LO SALVARE,TE LO JURO

¡Aquí abajo!

Me desperté de golpe al escuchar una voz masculina gritar arriba. Oí ajetreo de pasos. Las pisadas se apresuraron por la escalera del sótano.

Estaba sufriendo, con dolor y mi cabeza latía.

—¡Mierda! ¡kyungsoo! —Escuché. Abrí mis adoloridos ojos, Sehun corría hacia mí. Sehun, Mikhail y guardaespaldas, muchos guardaespaldas.

—Sehun. —Mi boca formó la palabra, pero mi garganta se sintió como si estuviera llena de cuchillas.

—¡Bájenlo! —ordenó. Sonreí en mi cabeza, mis labios demasiado débiles para hacer el gesto. Sonó como un líder, finalmente como el hombre que había nacido para ser.

Un repentino dolor se disparó por mi cuerpo cuando fui liberado de las cadenas.

Todos los músculos de mi cuerpo gritaron mientras la sangre comenzaba a llenarlos, forzándolos de nuevo a la vida.

Unos fuertes brazos me sostuvieron y levantaron del suelo. Algo fue puesto en mis labios. El agua fría llenó inmediatamente mi boca. Luché para tragar por mi garganta lastimado, pero me forcé a hacerlo. Tenía que contarle a Sehun sobre kyuhyun, sobre Jongin.

Tenía que salvarlo. Sehun tenía que salvarlo.

—¡Consigue su bata! —gritó Sehun. Escuché pasos en la escalera cuando alguien obedeció su orden.

Sehun vertió el agua sobre mi rostro. Una toalla lo siguió mientras me limpiaba, el suave material se sentía como si me clavaran agujas.

Su mano apartó mi cabello sangriento de mi rostro y preguntó:

—¿kyungsoo? ¿Estás bien?

Mis ojos se agrandaron y se llenaron de agua. Mi cuerpo se sacudió. Intenté moverme. Necesito moverme. Teníamos que salvar a Jongin.

—No —dijo Sehun mientras mi cuerpo se arqueaba de dolor—. Tienes que esperar.

Tu cuerpo necesita tiempo para adaptarse.

Mirando a los ojos marrones de Sehun, lloré y jadeé:

—Se lo llevó. Vino y lo alejó de mí.

Su rostro se oscureció. Me atrajo hacia su pecho.

—Lo encontraré, kyungsoo. Te lo prometo.

—Pero va a drogarlo otra vez. Jongin estuvo de acuerdo en ser un prototipo otra vez para salvar mi vida. —Me alejó hasta que pude ver su rostro, su rostro desgarrado de dolor—. Me salvó, Sehun. Cambió mi vida por la suya.

—¡A

Justo entonces, un Guardaespaldas vino con mi bata, Sehun les ordenó que salieran del sótano.

Mis ojos se agrandaron y pregunté:

—¿Savin e Ilya?

Los ojos de Sehun se entrecerraron.

—Les dispararon.

Mi estómago cayó.

—¿Están... muertos?

Hizo un gesto negativo.

—No. No se encuentran en buena forma, pero van de camino al hospital. Deberían estar bien.

Sehun me ayudó a ponerme de pie, mis piernas dolían mientras intentaba mantener el equilibrio. Pero Sehun nunca me dejó caer. En su lugar, me ayudó a vestirme, luego me levantó en sus brazos.

Mientras llegábamos a la escalera, pregunté:

—Vas a salvarlo, ¿verdad? No... no creo que pueda vivir sin él.