REAP 221 KAISOO

RECUERDOS

Empezaron como imágenes. Imágenes de personas y lugares que no reconocí. Comenzaron a invadir mis sueños por las noches. Las miraba como si estuviera al lado. Gente; hombres,niños, ambos chicos y niños. Eran felices. Me trasmitían una sensación de calidez. Había dos chicos. Se veían iguales; el mismo cabello, la misma estructura, el mismo rostro, pero  tenían los ojos diferentes.

No podía borrar sus rostros de mi mente. Pero cada vez que pensaba demasiado en ellos, un dolor al rojo vivo me atravesaría el cerebro... Luego venían otras imágenes... imágenes de sangre, armas, gritos que partían mi estómago en dos. No podía soportarlos. Los gritos encendían el fuego en mis venas, haciendo que perdiera el control. Pero los gritos de un pequeño niño tierno de ojos grandes eran lo peor... El gritaría y vería dos bracitos buscándome para ayudarlo, pero algo me estaba reteniendo... Luego los gritos se detendrían y se formaría un pozo en mi estómago.

No sería capaz de respirar, y mi corazón se rompería, una ira imposible desgarrándome en pedazos.

Recostado en la cama con kyungsoo, mis ojos están bien abiertos y mis brazos alrededor de su pequeña cintura. No quería cerrar mis ojos. No quería descansar y volver a tener esos sueños. No los quería en mi cabeza. No tenía idea de lo que significaban pero sabía que hacían llorar a kyungsoo.

Siempre lloraría. Cuando no entendía lo que quería que hiciera, sus ojos se llenaban de lágrimas. Me miraba con sus grandes ojos oscuros y me tranquilizaba.

No me gustaba cuando se ponía triste. Mi estómago se apretaba y mi pecho se quemaría. Me gustaba sus labios sus carnosos labios. siempre lo miraba fijamente y sus mejillas se enrojecían. Cuando ponía su mano en mi rostro y refrescaba mi regañada sangre. Me gustaba cuando acariciaba mi cabello, y cuando besaba mis labios, metiendo su lengua en mi boca.

Me gustaba estar con el y no con el Maestro. Me gustaba ser libre con kyungsoo, en esta casa protegido.

 Era la forma en que me hacía sentir. Cuán rápido palpitaría mi corazón cuando estaba conmigo. La forma en que podía respirar cuando tomaba mi mano, acariciando mi palma con su pulgar.

Y follarlo, aunque era diferente de todas las veces anteriores. No era lo mismo con el como lo fue con otros del Maestro. Lo miraba a los ojos. Su mano acariciaba mi espalda, y luego las pasaba por mi cabello. Era lento. Significaba algo para mí. Cuando estábamos juntos me sentía lleno. Sólo recuerdo haberme sentido entumecido y vacío; matando y follando para el Maestro. kyungsoo me hacía sentir vivo. No había ningún hombre con una bata blanca inyectándome y haciéndome sentir nada más que rabia. Sólo estaba kyungsoo, y el era todo lo que quería.

kyungsoo se movió en mis brazos, su rostro apareciendo a la vista. Me embebí de su rostro y mi pecho pareció hacerse más grande. Se veía pacífico mientras dormía. Sus grandes ojos estaban cerrados, pero todavía hermosos. Su pequeña nariz se crispaba mientras soñaba. Sus labios  se separaron mientras respiraba lentamente dentro y fuera, dentro y fuera.

Estaba cansado. Luché contra el tirón de sueño, pero con la respiración suave de kyungsoo y su toque cálido contra mi cuerpo, mis párpados ganaron la batalla por cerrarse. Mientras me iba a la deriva, lo abracé contra mi pecho, negándome a dejarlo ir.............

Estaba acostado en el sol junto al arroyo. Me encantaba estar fuera. Me encantaba la sensación del sol en mi rostro, de los pájaros cantando en los árboles.

Escuché crujir la hierba detrás de mí, y de repente, el sol estaba bloqueado de mi rostro. Sabía quién era, y ni siquiera abrí los ojos cuando lo sentí delante de mí.

—Muévete —le dije. Un pie pateó mi pierna. Una risa brotó de la garganta de mi hermano y lo sentí bajar y acostarse a mi lado.

—Siempre estás aquí afuera —dijo. Rodé mi cabeza hacía el costado y abrí los ojos. Su rostro, me estaba mirando.