Capítulo 1

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"Nunca pensé que esa casualidad podría convertirse en una pesadilla"

Aaron se alistó para su primer día de clases, en su nueva escuela. Empezaría cuarto año, si bien dejó varios amigos atrás, estaba ansioso por conocer caras nuevas, él es el tipo de persona que se emociona al conocer personas, además que tiene facilidad para hablarse con cualquiera. El motivo de su mudanza fue simple: Su madre consiguió un mejor empleo, a cambio de eso tendría que ayudar más en casa, como cuidar a Lily, su hermanita de seis años.

Ayudó a la pequeña a atarse dos coletas y luego corroboró que tuviera todo en la mochila. Él y su hermana se parecían bastante, ambos eran pelirrojos de cabello revuelto y color miel de ojos, sólo que Aaron tenía pecas en las mejillas.

—¿Lista, Lily? —Preguntó a la pequeña mientras ella daba vueltas a su alrededor inspeccionando toda la casa, por si las dudas de que se olvidará algo.

—Kimmy. —Mencionó la menor con el ceño fruncido.

—¿Tu muñeca? Ya la puse en su bolso, tranquila.

—Quiero a Kimmy. —Protestó con un puchero.

Aaron resopló y sacó la muñeca de la mochila para dársela a su hermana con una sonrisa. Su madre se encargaba de esto antes pero ahora él debía tomar la responsabilidad de alistar a Lily con todos sus caprichos.

—Bueno, vamos que llegaremos tarde.

Dijo Aaron, su hermana no protestó y lo siguió en silencio hasta la puerta, luego le tomó la mano. La primaria no quedaba muy lejos, estaba a unas cinco, seis cuadras, parecía poco pero Lily no lo entendía. O lo entendía muy bien y por eso quería tardar, al contrario de él, ella empezó antes las clases y es una niña muy tímida para hacer amigos. Le preocupaba eso, tampoco Lily demostraba verse afectada, siempre mantenía su cara neutral y tranquila. Si ya con seis años es así, no se quiere imaginar cómo va a ser de adolescente.

Se despidió de su hermana en la puerta de la primaria, y se encamino ya para irse a su escuela. Nada más a unas cuatro cuadras, todo estaba cerca para la comodidad de su nueva vida.

Por culpa de Lily, llegó tarde a la ceremonia del comienzo de las clases. Tuvo que preguntar al preceptor sobre su salón de clases, tercer piso, cuarto B. parecía sencillo, pero él siempre encuentra algo con que meterse en problemas. Mientras recorría la escuela veía los diferentes salones, algunos muy callados, otros muy ruidosos, otros ya con profesores dando clases...¿cómo sería su salón?

Por fin llegó. La puerta estaba cerrada, se escuchaba un insignificante murmullo, ¿ya estaría el profesor allí? Respiró hondo y tomó valor para abrir la puerta. Se llevó una gran sorpresa. La mayoría de sus nuevos compañeros, ya los conocía porque ya eran sus compañeros.

Allí, en primera fila estaba Shahid, su compañero árabe ya alistado para la clase de matemática; también Elise, la chica linda de la otra división, otros de sus compañeros como Keith y Percy, Dafne la chica de la otra división que siempre anda presumiendo su fortuna, Emily su compañera tímida (le hace recordar mucho a su hermana), Stacy, la amargada del otro curso y Brooklyn la chica deportista, también de otro curso. Luego había caras que no conocía.

Ni bien entró, sintió la mirada pesada de sus compañeros, los que ya lo conocían, claro. Él tomó asiento al lado de Shahid, el chico lo miró por arriba y siguió en lo suyo, se encontraba repasando temas ya vistos de matemática, desde que lo conoció en primer año siempre fue ese tipo de personas que hace más de las cosas pedidas, siempre es el mejor de la escuela y además le gusta, no, ama los números. Todo lo contrario a Aaron.

—Vaya coincidencia...—Murmuró Aaron con una sonrisa.

—Sí, lo mismo pensé en cuanto los vi a todos. —El chico dejó la calculadora en la mesa y lo observo con sus interrogadores ojos verdes oliva. Shahid era morocho de cabello oscuro y podías distinguir sus rasgos árabes a simple vista.

—¿Qué te hizo cambiar de escuela? —Preguntó Aaron con curiosidad.

—Me gusta más la matemática de aquí, además eché un ojo al programa de economía que tiene la escuela y me gusto. —Respondió el otro aliviado, con mucha seguridad.

—¿Economía es obligatoria? —Preguntó Aaron entrando en pánico, lo que menos quería al empezar el año es enterarse de que tiene que cursar economía.

—No, es una clase optativa. Puedes elegir entre economía, humanística y artes. —Afirmó Shahid, Aaron volvió a respirar normal. —Como sea, ¿tú por qué viniste a esta escuela?

—Mi madre consiguió un trabajo mejor y tuvimos que mudarnos, además esta escuela queda cerca de la de mi hermana menor.

—¿Así que ahora eres una especie de "niñera"? —Se acercó Keith a ellos sonriente, Aaron no tenía mala relación con el chico, lo consideraba más un amigo que un compañero.

—Algo así, entonces, ¿Está es la misteriosa escuela a la que te cambiaste? —Preguntó Aaron al chico.

—Exacto, Percy se quería cambiar aquí y bueno, yo vine con él. —Comentó con una sonrisa.

—Nunca que podían verse fuera de la escuela. —Intervino Shahid.

—Antes vivía en la casa de mi abuela porque estaban haciendo la mía, ahora me queda más cerca esta escuela que la otra, ¡son dos horas y media de viaje! —Respondió Keith con su tono exagerado de voz.

—¿Y Percy? — Aaron echó un vistazo rápido al chico con apariencia de gótico sentado atrás, mirando el celular e ignorando a todos.

—Él vive a dos cuadras de la escuela, antes iba a allí por sus amigos, hasta que se pelearon el año pasado...y bueno.

—Lo importante es que ahora estamos aquí. —Comentó rápido Shahid para evitar el previsto silencio incómodo.

En ese momento entra su profesora y su preceptora, Aaron todavía no distingue quién es quién. Hasta que su profesora dejó el bolso en el escritorio y pudo identificarla.

—Hubo un problema con uno de los alumnos de la escuela. —Le informaba la preceptora. — Fue todo hace poco, igual se va a hablar con los demás profesores al respecto.

—¿En serio?, ¿Qué paso?

—Al parecer el chico iba de camino a la escuela y lo apuñalaron así de la nada. Nadie vio nada, sólo un vecino que salió a sacar basura y lo encontró tirado en el piso. —Informó la preceptora en un tono triste, el salón estaba en silencio, todos querían saber lo ocurrido. Es normal ser metiche.

—¡Dios mío, pobre criatura! —Exclamó la profesora apenada, la expresión que tenía en su cara decía la preocupada que se sentía. —¿Y quién es? ¿Está en el hospital ahora?

—Sí, no es nada tan grave. Van a darle unas puntadas y unos días de descanso. —Dijo la preceptora. — No creo que lo conozcas, recién empezaba este año: Daniel Pérez.

—¿Daniel...Peréz? —Se escuchó la voz de Elise a lo lejos.

—¿Lo conoces? —Le preguntó la profesora.

—Sí, él era mi compañero en mi antigua escuela, y bueno mi compañero actual...

Se hizo un silencio en el salón. Aaron también lo conocía, y estaba seguro que todos sus "compañeros" también.


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