Capítulo 2

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Pasaron tres días desde el incidente de Daniel, como era de esperarse, el chico no aparecería enseguida en la escuela. Aaron tiene escasos recuerdos sobre él, compartían educación física e intercambiaban palabras de vez en cuando. Sin mal de recuerda, Daniel es amigo de Elise y Emily, las pobres todavía siguen abatidas por el hecho. El mismo día de la noticia, Emily lloró y Elise tuvo que consolarla.

Aaron trataba de mantenerse fuera del tema, le apenaba lo del chico ya que lo conocía, sólo quería enterarse de la mejoría del contrario.

...

El recreo parecía eterno, y eso que para Aaron siempre pasa rápido. Estaba afuera con Shahid, Keith y Percy. Shahid y Keith estaban debatiendo de la importancia de matemática desde dos posturas diferentes:

—Pero, no todos quieren hacer matemática, por eso debería ser optativa. —Defendía Keith.

—Todas las personas necesitan saber sumar, restar, multiplicar...—Habló Shahid pero Keith rápidamente lo interrumpió.

—Ya lo dijiste, sumar, restar, multiplicar, ¡no aprenderse la resolvente! —Keith mostró seriedad, convincente de su argumento. Aaron, por supuesto, estaba de su lado.

—Lo que tú digas. —Suspiró Shahid, ya sin ganas. Conociéndolo al chico, probablemente no iba a perder su tiempo en una discusión sin sentido.

Aaron había estado toda la conversación revoleando los ojos cada vez que uno de los dos hablaba, como un espectador cualquiera viendo Caso Cerrado. Percy, por otra parte, estaba sentado en la banca jugando con su celular sin inmutarse. Es raro el chico, pero es tranquilo y serio, no tiene algo que le desagrade a Aaron, así que le gusta que se junte con ellos mostrando su postura de "neh" ante todo.

Volvieron al salón, todavía les quedaban tres horas más de clases. Allí ya estaban la mayoría de sus compañeros, Elise, Emily y Dafne parecían tener un tipo de amistad, las tres estaban juntas hablando y riendo mientras ojeaban sus celulares. Era bueno verlas sonreír después de todo. Por otro lado, estaba la extraña amistad de Stacy y Brooklyn, ambas estaban sentadas fijas en sus celulares, sin mirarse. De vez en cuando comentaban algo, pero terminaban respondiendo con un: "¿Te enteraste de eso?, ¿Viste qué?, ¿Sabías que? No, sí, ajá". Aaron no podía evitar pensar que ellas dos serían muy buenas amigas de Percy, claro que no se animaba a decirlo por medio de que el otro se ofendiera.

Aaron quería dormir, Quimica lo aburría mucho. Shahid por otra parte se veía muy entretenido, anotaba todo e incluso preguntaba cosas que apenas el profesor podía responderle, odia al nerd de su amigo.

No sabe bien cuando paso, todo fue muy rápido. Bostezó y eso paso, así tan simple. Sólo paso.

—¿Qué es eso? —Emily miró asustada a la ventana, todos se sorprendieron debido a que es la típica chica tímida que nunca habla en clases, apenas podías escuchar su voz. No obstante, su voz está vez fue como una sirena de aviso.

Todos miraron automáticamente hacia la ventana, del ala A de la escuela salía humo por las ventanas en el segundo piso, las alarmas de incendio comenzaron a sonar.

—¡ABAJO TODOS, YA! —Ordenó el profesor y todos se tiraron bajo de las sillas.

Las ventanas se rompieron, Aaron sintió como se movieron las sillas, pero perdió el sentido de orientación. Tuvo una sordera de unos dos minutos y cerró los ojos con fuerza, al volver a abrirlos vio los pies de sus compañeros corriendo todos desesperados hacia la puerta.

—¡¿AARON, QUÉ HACES?, VEN AHORA MISMO?! —Keith lo levantó de un tirón y corrió detrás de él.

Las escaleras estaban llenas de personas bajando desesperadas, todas angustiadas y llorando, Aaron vio a muchos estudiantes en un tipo de shock o teniendo un ataque de pánico.

Estaba afuera de la institución con sus compañeros, Shahid se sentó en un escalón y se dejó caer, parecía invertebrado. Dafne estaba hablando por teléfono, probablemente con alguno de sus padres, Elise y Emily estaban sentadas junto a Shahid, no tan desmayadas con el chico. Para la sorpresa de Aaron, Stacy estaba calmando a unas chicas de primer año muy asustadas; Keith estaba abrazando a Percy, quien se veía muy aterrado. Aaron estaba parado, analizando todo, al lado suyo estaba Brooklyn, quién tenía la mirada perdida en aquella ala del edificio hecho pedazos.

—¿Te encuentras bien? —Le preguntó Aaron a la chica.

—Sí...—Respondió ella secamente. —Fue raro...

—Lo sé...pero...¿por qué?

Brooklyn lo miró fijamente, sus ojos azules parecían estar diciendo "¿y a mí me lo preguntas". La chica tenía razón, pasó porque pasó. Porque a algún loco se lo ocurrió, y ellos pagaron las consecuencias.

—Chicos, ¿todo bien por acá? —Preguntó la preceptora, se veía nerviosa y parecía analizar la situación de todos al mirarlos.

—Creo que a Shahid le bajó la presión...—Respondió Aaron.

La preceptora sacó alcohol del saco y lo paso sobre la nariz del chico para poder despertarlo. Shahid parecía salir del shock, aunque sus ojos estaban desorientados todavía.

Entonces, uno de los chicos de sexto, vino hecho una furia. Debía media un metro noventa, y era robusto, a alguien como Aaron (un metro sesenta y dos, delgado) le puso los pelos de punta. Sus orbes furiosas miraban por todas partes.

—¡TÚ! —Señaló a Shahid, quien todavía se estaba recuperando del bajón de presión. —¡ESTO ES TU CULPA, MALDITO, TERRORISTA!

—¿Puedes cerrar el culo? —Le dijo Brooklyn frunciendo el ceño irritada. —La mayoría tiene los oídos tapados y tú vienes a gritar.

—Uy, disculpe señorita de los oídos sensibles. Él debería pedir disculpas. —El chico seguía señalando a Shahid.

—George, en estos momentos donde no hay tranquilidad, venir a romper más la calma sólo hace que quienes estén alrededor sufran más. Por favor, tranquilízate y deja que las autoridades se encarguen de esto, no hagas acusaciones sin sentido. —La preceptora le habló educadamente en un tono casi infantil, como si estuviera tratando de un niño. George dio un vistazo más a Shahid y se fue de vuelta, todavía molesto.

Ese comportamiento tan infantil le hizo recordar...

—¿Esto pasó sólo aquí o...?—Preguntó Aaron con preocupación. Lily. Si algo llegaba a pasarle a su hermanita...

—Sólo aquí, es la única escuela de la zona que sufrió esta especie de atentado. —Confirmó la preceptora.

El corazón de Aaron dejó de latir, por lo menos su hermana se encontraba bien. Pero seguía preguntándose, ¿Por qué?


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