Cap. I : ¨El Primer Día¨

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Capítulo 1

 Observo el bosque desde una de las dos grandes ventanas de mi habitación, es realmente hermoso. Quizá no sea tan malo vivir aquí y empezar de nuevo, quizá nuestro pasado no nos atrape.

—Claire— dice mi hermano, quien esta en el piso de abajo.

—Ya voy— digo.

  Camino hasta las escaleras, me subo sobre las barandas y me lanzó, realmente es divertido.

—Deja de hacer eso— dice mi hermano.

—No seas aburrido— sonrío—, apuesto a que tu también querías hacerlo.

  Mi hermano ríe y pasa su mano por su cabello castaño. Toma unos sobres de la mesa y me da mi nueva licencia de conducir falsa, la cual se ve bastante real.

—Recuerda— dice—. Somos Claire y Christian Nolan, un par de huérfanos que tenemos esta hermosa y lujosa casa como herencia. Recuerda no llamar la atención, debemos comportarnos como adolescentes normales.

—Sí, capitán— le guiño el ojo.

  Gruñe.

—¿Qué hare contigo?— me dedica una tierna sonrisa.

  La historia que debo de recordar no es del todo mentira. Mi hermano si se llama Christian, yo por otro lado no me llamo Claire. Esta casa no es una lujosa herencia de nuestros padres muertos, sin embargo nuestros padres si fallecieron recientemente. Me va a ser difícil no llamar la atención, no porque no seamos adolescentes normales, sino porque tengo ambos brazos completamente tatuados, pues es una costumbre de nuestra manada.

  Claro, no había mencionado eso. Mi hermano y yo somos unas criaturas típicas de película de miedo, somos licántropos. Venimos de una antigua manada de lobos europeos. Nuestro padre es inglés y nuestra madre es rusa. Vivíamos en paz y tranquilidad en Francia, hasta que un miembro de nuestra manada nos traiciono. Provocando que Chris y yo tuviéramos que venir a América, a Evermore, Pensilvania para ser específicos.

  El sonido de las llaves de mi nueva moto llaman mi atención. Miro a mi hermano y este sostiene mi llavero con un dedo.

—Eso es mío— digo cruzando los brazos.

—Debes cuidar esta moto como si fuera tu vida— dice bastante serio.

—Lo juro— sonrío.

  Me pongo una chaqueta de cuero para cubrir mis brazos tatuados, tomo mi bolso y salto para tomar las llaves. Salgo de la casa y Chris cierra la puerta detrás de nosotros. Se me escapa una gran sonrisa al ver mi motocicleta roja, una Ducati Streetfighter 848. Me coloco el casco, meto las llaves y río divertida al encender la moto.

—No te pases del limite de velocidad— dice.

—¿Temes que llegue primero que tu?— pregunto.

—Seamos sinceros— ríe mientras se pone el casco—, yo te ganaría en una carrera de aquí al colegio.

—¿Quieres apostar?

  Mi hermano asiente con la cabeza. Nos ponemos en la calle y nos posicionamos en dirección al colegio.

—Suerte— dice.

  Chris y yo tenemos una carrera bastante intensa camino al colegio. Un camión se pone en media vía, por lo que Chris baja la velocidad, sin embargo yo la subo.

Detente— la voz de mi hermano suena en mi cabeza.

Eres un cobarde— pienso.

  Paso tras el camión minutos antes de que este cubra la vía por completo, esto me dará una gran ventaja.

  Veo el colegio y me preparo para estacionarme. De una rápida curva entro en el estacionamiento para motocicletas, casi atropellando a tres chicas y un chico. Antes de apagar mi moto mi hermano se estaciona a mi lado.

—Estas loca— dice apagando la moto.

—Y tu celoso— río.

  Me quito el casco dejando a mi cabello café rojizo libre. Me bajo de la moto y observo a mi hermano, quien al igual que yo nota como todos nos miran. Estoy segura que no solo es por las motos, es también porque Chris lleva una camisa de botones que le deja al descubierto los tatuajes que llegan hasta sus codos.

—Nos observan— dice sonriente.

—Yo haría lo mismo si dos atractivos hermanos llegaran en dos motocicletas geniales— digo acomodando mi bolso.

—Querrás decir un hermano guapo y tu— ríe.

—Sigue soñando, hermanito.

—¿A quién llamas hermanito?— sus ojos pasan de un pasivo celeste a un verde esmeralda bastante amenazantes, como los de un lobo, o en este caso un hombre lobo omega.

—No empieces— muestro mis afilados colmillos.

  Chris cierra los ojos y al abrirlos estos están normales. Yo le sonrío con mis dientes ya normales.

—Recuerda no llamar la atención— dice. 

—Demasiado tarde— río, pues todos nos están mirando.

She WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora