Stiles Stilinski #3

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Título: Una cita nerviosa.
Palabras: 1452
Advertencia: Ninguna.

Agitabas tus pies nerviosamente contra el suelo, haciendo un ruido incesante y bastante molesto para todos los que se encontraban a tu al rededor. Tus manos, al mismo tiempo, marcaban un ritmo aleatorio con los dedos sobre la superficie de la mesa. Los nervios recorrían cada molécula de tu cuerpo, y eso se podía notar a más de un kilómetro de distancia.

— ¿Por qué? —Te susurraste a ti misma.— ¿Por qué tuve que aceptar venir? Soy idiota, ni siquiera quería. ¿Cómo pudo convencerme?

Llegaste a Beacon Hills hacia menos de una semana, justo a tiempo de que empezara el instituto, y ya te habías metido en más líos que en toda tu vida. Lo sabías, sabías que si venías a esta ciudad eso pasaría. Pero eran las consecuencias.

Llegaste junto a tus padres, buscando un sitio donde pudiesen protegerse, pero les salió el tiro por la culata. Tu familia, era una de las más antiguas allá donde vivían, y a la vez, habían escondido el mismo secreto por cientos de años. Lo que algunos conocían como licantropía.

O, sencillamente, eran una familia de hombres y mujeres lobo. En tu caso, mujeres lobo. Si, era extraño de explicar. Tus madres eran lesbianas, y tu madre no genética llevaba casada con tu madre genética quince años, justo cuando tomaron esperma de otro hombre lobo, obviamente no de la familia, y naciste de tu madre, la que era mujer loba.

Era una historia interesante, ya que tu madre no genética era humana. Típica historia de amor entre dos mujeres, la cual cada vez te la contaban te sacaba lágrimas.

En fin, dejando de lado la vida de tus madres, viene la parte interesante de la historia. Las tres, tuvieron que huir de aquella casa debido a que tú mejor amiga se coló en tu casa el día de luna llena y te vio transformándote. Por suerte, prometió no contarle nada a nadie, pero aún así, tuvieron que irse. Los únicos que se quedaron en el pueblo fueron tus tíos.

Y bueno, nada más entrar el primer día en Beacon Hills, te viste rodeada de dos betas, una banshee, una cazadora, y un simplón humano, pero uno muy pesado.

Después de todo la mierda que has pasado debido a esos chicos a lo largo de toda la semana, como cuervos suicidas, una desaparición, un problema de lobos en un banco, etc...

Vamos, lo más normal de todo el universo. Ojalá te hubieses quedado con tus tíos, allí no moría ni una mosca.

Pero por si eso no era lo suficientemente extraño, ahí te encontrabas, en una cita con el humano paliducho. El que decía llamarse Stiles Stilinski. Te estuvo insistiendo toda la semana, indirecta y directamente, antes y después de todo lo ocurrido. Era un chico insistente, y como no tenías nada mejor que hacer, que mejor que aceptar.

Tremendo error. ¿Como no pudiste darte cuenta de lo horrible que iba a ser? No eras para nada social, eras un bicho raro. Seca y sin sentimientos, a falta de un buen corazón. Pero no te arrepentías de ser como eras.

Ahora, por tus malditos impulsos, aquí te encontrabas. En un restaurante de comida rápida, esperando a que el paliducho terminase de mear o lo que sea que fuese que estuviese haciendo en el baño durante los pasados cinco minutos. Tú mente estaba a punto de explotar de tantos pensamientos al mismo tiempo, y su maldita tardanza no ayudaba en nada.

Imaginas/One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora