Buenos días. Son las 6:30 de la mañana, es hora de empezar el día y no hay nada mejor que empezar con esta canción – So what de Pink comenzó a sonar en la emisora y con una sonrisa en su rostro se levantó de la cama directo a su armario.
Abrió las dos puertas y comenzó a buscar en los enormes estantes algo nuevo que ponerse. Al no encontrar nada suspiro frustrada. Todo lo que tenía ya era de la temporada pasada así que debía ir de compras con una urgencia. Soltó otro suspiro más y se puse en marcha.
Salió de casa y se subió al convertible rojo estacionado frente a su casa. Se puso los lentes de sol y subió el volumen del estéreo conduciendo rumbo a casa de Andy y Mandy como cada mañana. A tan solo unas cuantas cuadras de su casa, se adentró a la gran mansión moderna en blanco de estas dos. Su casa era un poco exagerada para su gusto, también aburrida, pero se guardaba sus comentarios – o bueno, en realidad no lo hacía.
Sonrió y toco la bocina dos veces.
Dos rubias impresionantes salieron de la mansión sin dejar de mirar sus teléfonos. Las miro con fastidio esperando que se subieran al auto. Como siempre se pelearon por el asiento del copiloto, esta vez sorprendentemente Andy gano, le sonrió y se sentó a su lado. Ella negó varias veces con la cabeza un poco divertida. Era una gran hazaña que Andy tomará el asiento del copiloto, no se veía esto todos los días. Oyo a Mandy gruñir en el asiento trasero y ella puso el auto de nuevo en marcha.
Tan pronto llegaron a la escuela, se sumergimos en el pasillo. Este se sumió en un silencio y se abrió ante ellas como el mar rojo mientras recibían la atención de todos.
– Hola Jessica, te ves muy hermosa hoy – le dijo una chica.
–¿Cuándo no me veo bien? –le contesto con una sonrisa sin dejar de caminar.
–¡Jessica! ¡Jessica! Me-me preguntaba si querrías salir conmigo – le dijo otro chico. Ella sonrió coqueta.
– Como lo siento cariño, pero ahora tengo novio. Si algo yo te llamo ¿sí? – le guiño un ojo.
– Espera, no tienes mi número –lo escucho decir, pero ella no se detuvo. Jessica James no se detenía por nadie. Chasqueo los dedos y de inmediato recibió un café.
–¿Te aseguraste de que esta vez sea el correcto? –le gruño a la pequeña pelirroja.
- Sí –asintió varias veces atemorizada –Un café con leche descremada, canela y sin azúcar.
– Bueno, después de todo sirvió de algo habértelo derramado encima la vez pasada ¿No crees? – le sonrió con desdén y la chica asintió sin mirarla.
Con un movimiento de mano la despacho y siguió su camino por el pasillo sin dejar de ser admirada por su belleza. Los chicos la miraban y suspiraban. Claro, ¿Que más se podía esperar de la líder de las porristas?
Pero entonces. –Ella – se atravesó en su camino y de repente su aburrimiento desapareció. Con una sonrisa maliciosa choco apropósito contra ella tumbando todos sus libros.
– Pero mira que torpe eres Emma, fíjate por donde andas – dijo alzando la voz para llamar la atención de ojos curiosos.
–Lo siento – dijo ella en un susurro tembloroso y se agacho a recoger sus libros.
–¡Oh! te arrodillas ante mí, ya era hora que una insignificante y tonta chica como tú se diera cuenta al lugar al que pertenece – se jactó de su poder haciendo reír a los que la rodeaban. Sintió un par de brazos rodeaban su cintura.
– Hola reina del baile ¿De qué me he perdido? –preguntó Ryan mordiéndole el cuello con morbosidad. Fastidiada lo empujo.
– Sabes que odio que me llames así – le dijo en un susurro mirándolo con los ojos entrecerrados.
– No es para tanto, muñeca – Respondió él y le dio una palmada en el trasero.
Ryan era su novio y el capitán del equipo de fútbol americano lo que los hacía la pareja perfecta. El chico era ardiente y todo eso, pero a veces quería asesinarlo. Una sonrisa maliciosa apareció en el rostro del chico y antes de que su cerebro procesará que era lo que planeaba ese idiota, le arrebato el café de las manos y se lo derramó encima a Emma. La chica asustada alzó la mirada y vio como sus ojos se llenaban de lágrimas.
Ella soltó una carcajada junto a Ryan. Las gemelas se unieron a ellos haciendo que todo el pasillo riera.
– Oh pobre y fea Emma – dijo Mandy con voz lastimera.
Emma no dejaba de mirar a Ryan con el dolor reflejado en sus ojos. Ella sabía muy bien que Emma estaba perdidamente enamorada de Ryan. Por supuesto, esa fue una de las razones por las que se hizo su novia. Disfrutaba ver a la pequeña mosca muerta sufrir por él, así que tomo a su novio de la camisa y lo beso frente a ella sabiendo perfectamente que eso la haría llorar más. Las risas no cesaban en el pasillo haciendo a la pobre Emma el centro de atención.
– Acéptalo Emma nadie te quiere –le dijo Andy y ella rio más fuerte. La miro una vez más y con una sonrisa maliciosa se inclinó a su altura.
– Quédate ahí Emma, es donde perteneces. Y no vuelvas si quiera a mirar en mi dirección – le susurro triunfante.
– ¡¿Qué diablos está pasando aquí?! –Oyo el grito de "Esa voz".
La voz que hacía que sus entrañas se revolvieran y la hiciera gruñir como perro rabioso. Frente a ella se encontraba –El gran West Ryader – Defensor de los perdedores y el mejor amigo de Emma. La miro con odio puro mientras trataba de ayudar a levantar a Emma y esconderla tras su cuerpo.
– Que forma tan repugnante de llamar la atención Reina del baile –he ahí por qué odiaba que la llamaran así. Le devolvió la mirada.
– Oh miren quien llego. El perdedor de perdedores, nada más ni nada menos que West –imbécil – Ryader –le sonrió falsamente – Ya decía yo que me faltaba más diversión.
–¿Porque no mejor te buscas una vida de una vez por todas, Jessica? Y dejas de humillar a todo el mundo – ella levanto una ceja mirándolo sobre el hombro –Solamente lo haces porque estas tan falta de atención en tu casa que necesitas aprovecharte de los demás para conseguirla – le dijo con desprecio.
Lo miro con toda la rabia en su interior y sin poder evitarlo se abalanzo sobre él y le dio una bofetada que resonó en todo el pasillo. West sonrió lentamente con el cabello aun en la cara después del golpe.
–¿Que? No me digas que di el clavo correcto –pregunto burlón. Ella se acercó lentamente a él intimidándolo con la mirada. Su mirada de muerte podría asesinarlo allí mismo.
– Escúchame bien, perdedor –le susurro–será mejor que no te metas en mi camino.
- ¿O Que?
- O haré tu vida más miserable de lo que ya es –estaba tan cerca de él.
- Pruébame – le sonrió con burla.
–Está bien, tú se lo buscaste perdedor – ella le sonrió con desdén señalando a Emma y dio un paso hacia un lado empujándolo con el hombro mientras volvía a su camino por el pasillo.
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Antifaz
Teen Fiction{GANADORA EN LOS PREMIOS WATTY 2014, CATEGORÍA: ADOLESCENTES EN ASCENSO} Jessica James, no es precisamente una princesa... ¿Y quien dice que los villanos no pueden tener su propia historia? Esta completamente prohibido la copia o adaptación de esta...