Episodio 4. Eros: El poder del katsudon.

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Ciertamente el plan de Sabiduría era determinante para que Vida pudiera tener una búsqueda adecuada y sin líos (como su visita con Dionisio). Pero no tomó en cuenta un pequeño detalle: se habían bebido un vino tocado por el pecado de la Lujuria. Un sueño profundo muy parecido a la embriaguez derribó por completo al Sabio , a Locura y por supuesto, a nuestro infortunado protagonista del pene dormido, quien no fue capaz de soportarlo y terminó noqueado.


Ante semejante lío, tanto los Playbots de Sabiduría como los Aves de Vida, se dieron a la tarea de informar a todo el reino de Ithis que tres dioses estaban fuera de combate por tiempo indeterminado, a fin de que el resto se ocupara de las tareas correspondientes, hasta donde sus capacidades les permitieran.


Pero Amor tenía una labor que no pudo soportar ni un día más. Apenas una semana después de que Vida fuera noqueado por el vino encantado, la diosa corazón cayó rendida de cansancio, pues invertir su energía para mantener dormido al Juez era mucho más exigente de lo que imaginaba. Lo que ella no sabía, es que "Memento Mori", el arma predilecta de Muerte, estuvo drenándole la vitalidad todo ese tiempo, a modo de defensa, hasta que el rey de la noche fue capaz de abrir los ojos en cuanto se vio liberado de los encantos de Amor.


Al principio no tenía idea de donde se encontraba. La vista aún le era borrosa cuando trató de incorporarse, pero el roce de sus dedos con el suave almohadón debajo de su cuerpo le reveló su situación fácilmente. Necesitó algo de tiempo antes de poder estar completamente despierto, incluso al ponerse de pie se sentía mareado, como si cadenas imaginarias le tuvieran apresado y trataran de mantenerlo adherido al enorme cojín en forma de corazón en el cual se quedó dibujada su figura luego de permanecer tantos días en reposo. Pero Muerte no podía mantenerse en ese sitio por más tiempo. Encontró a la diosa Amor tendida en sus aposentos, muy sonriente y bien abrazada de un peluche en forma de esqueleto que Muerte le regaló mucho tiempo atrás, cuando aprendió a coser y bordar en la época medieval. No pudo evitar sonreír ante la imagen tan tierna, y se inclinó para susurrar un "gracias" en el oído de la joven. Una vez que la cubrió con un cobertor, se encaminó a salir del rosado hogar de la diosa, encontrándose tan bien con sus sirvientes. La mayoría cayeron en un sueño profundo, aunque de manera aparatosa en el lugar donde se encontraban, por lo que estaban tiradas en el suelo por todo el recinto. Muerte se vio en la necesidad de recoger sirviente por sirviente y recostarlas en sitios más adecuados, todas alrededor de Amor.


Era una imagen bastante divertida el ver al juez haciendo malabares, intentando cargar a cada voluptuosa dama al servicio de la diosa. Llevarlas en brazos era imposible, por lo que se trasladaba entre las sombras, para aparecer debajo de ellas, de modo que pudiera emerger y levantarlas sobre su espalda. Pero el oscuro terminaba tan curvado, que parecía una "C" recostada, caminando a pasos torpes, tambaleando. Todos los dioses poseían fuerza sobrehumana, pero Muerte jamás había cargado a nadie, así que llevar féminas a cuestas le resultó temerario.


Ya le dolía la espalda cuando salió del recinto y fue informado por un Ave sobre la situación de Vida. El corazón del juez estremeció al enterarse de las hazañas de su gran amor, y de los temores que le aquejaban, por lo que se sintió profundamente culpable. ¿Cómo era posible que Vida se dejara llevar por semejantes dudas? Los sirvientes eran seres muy simples y sus mentes abiertas y carentes de malicia los convertían en los recipientes perfectos para obtener información que Muerte pudo leer fácilmente de un asistente de Vida. Pero no cualquiera podía acceder a esos secretos. El vínculo el príncipe y el juez era el ingrediente secreto para que Muerte tuviera semejante capacidad, y de esa manera, tomara la decisión de continuar la búsqueda por su cuenta, antes de que su atolondrada pareja se hiciera más daño.

Penalidades +18 (VidaxMuerte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora