15 | Hunter

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Podría decirse que era el hombre más estúpido en la tierra, y sería la verdad. Aceptaba que mi plan era realmente estúpido. Yo era realmente estúpido.

Cuando deje a Violet en aquel territorio sentí el peor sentimiento en mi vida, era un conjunto de miedo, tristeza, ira y dolor.

El pecho me ardía y me costó respirar por unos minutos, la sensación de nervios no me ha abandonado. Al igual no hay rastros de mi lobo, no lo escucho. Solo sé que esta allí, en silencio y molesto. En parte lo entiendo, abandone a mi mate.

Poco después que llegue a mi manada, busqué a Megan por todos lados para pedirle que fuera mi luna y cuando se lo pedí ella acepto al instante; no fue algo que me sorprendiera ya que sabía lo único que ella deseaba era ser luna de alguna manada famosa.

Fuimos en busca de mis padres y les dimos aquella no tan genial noticia, o bueno, al menos para mi no era genial.

Mi padre orgulloso, me felicitó por a ver "decidido corrretamente" y no a ver puesto a la manada en riesgo. Pero, en cambio mi madre estaba todo menos contenta. Su rostro se encontraba neutro y su cuerpo daba a entender que estaba muy tensa.

Sabía que lo que estaba haciendo estaba muy mal, pero era la única forma de tomar control de la manada y poder tener a la mujer que realmente amo. No le había contado a nadie mi plan por mantenerlo en lo máximo secreto y de esa forma, nadie lo echaría a perder.

Cuando mis padres se alejaron de nosotros, y besé a Megan la sensación de asco y repugnancia fue extrema, de pronto ni siquiera soporte tenerla cerca.

-Bebé-me llamó, después del beso no se separó de mi.

-¿Qué pasa Megan?-hizo un puchero que la hizo ver ridícula.

-¿Puedo dormir contigo?-me miró mientras con su mirada insinuaba más de una cosa.

-No Megan, sería mejor que esperemos un tiempo para eso.-una o dos eternidades pensé.

Se fue un poco molesta y me sentí libre de poder ir tranquilamente a casa, era cerca de las cuatro de la mañana cuando, camino a mi casa, sentí un intenso dolor el en pecho que me obligó a tirarme al piso, el aire comenzó a faltarme y mi vista se nublo.

¿Qué esta pasando? ¿Será Violet? ¿Le habrán hecho algo?

El miedo me invadió cuando el pensamiento de Violet siendo lastimada perforó mi mente.

Por más fuerza que utilicé no logre incorporarme, fue hasta que un guerrero de la manada me encontró y me llevo a casa de mis padres.

Durante el camino mi mente divagó por todos lados, y mi lobo, que no había hecho presencia desde la tarde, no hacía más que sollozar y decir "¿Por qué?"

-¿¡Qué le pasa!?-mi madre escandalizó justo cuando me vió, ¿Tan mal estaba? Lo peor, solo pensaba en que si yo estaba así, cómo estaría Violet.

-Lo encontré agonizando en el suelo. No hay rastros de a ver sido atacado.-informó el hombre que me llevó a casa.

-Gracias, Hector.-el hombre de despidió y se fue.

-Ya viene ella. Lo revisará cariño.-mi padre trató de calmar a mi madre.

Poco después llegó una mujer al parecer mayor de edad, con una bata blanca cubriendo su cuerpo hasta los pies. Mis padres se retiraron dejándonos solos y en máxima privacidad. Y yo solo quería saber como estaba Violet.

-Me llamo Miranda futuro Alpha, más conocida como "La bruja del Oeste".-se presentó llamando mi atención.

-¿P-por qué... me s-siento así?-pregunté.

Ella es un pícaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora