Capitulo 2.

46 2 0
                                    

Harry es gay.

Siempre he sabido que soy gay, pero no se confirmó sino hasta que estaba en kínder.
Mi maestra fue quien lo dijo. Ahí estaba, escrito en mi boleta de calificaciones del kínder: HARRY DEFINITIVAMENTE ES GAY Y TIENE UNA MUY BUENA NOCIÓN DE SU IDENTIDAD.

Un día descubrí esa boleta sobre el escritorio de la maestra antes de la hora de la siesta. Y debo admitirlo: tal vez no me habría dado cuenta de que era diferente si la señora Benchly no lo hubiera señalado. O sea, tenía cinco años. Simplemente daba por hecho que a los niños les gustaban los niños. ¿Por qué otro motivo pasarían todo el tiempo juntos, jugando en equipos y burlándose de las niñas? Supuse que era porque todos nos gustábamos. Todavía no me quedaba claro cuál era el lugar de las niñas en todo esto, pero creía que había entendido a la perfección cómo funcionaban los niños.

Se imaginaran mi sorpresa al darme cuenta de que no estaba del todo en lo cierto. Imaginen mi asombro cuando vi todas las demás boletas y descubrí que ninguno de los otros niños había sido etiquetado como "DEFINITIVAMENTE GAY". (Aunque para ser justos, ninguno de los otros tenía tampoco una MUY BUENA NOCIÓN DE SU IDENTIDAD.) La señora Benchly me descubrió en su escritorio y la noté bastante alarmada. Como yo estaba muy confundido, le pedí que me aclarara la situación.

—¿Soy definitivamente gay? —le pregunte.
La señora Benchly me miró de pies a cabeza y asintió.

—¿Qué es gay? —pregunté.

—Es cuando a un chico le gustan los otros chicos —explicó.

Señalé hacia la esquina para pintar, donde Greg Easton estaba luchando en el piso con Ted Halper.

—¿Greg es gay? —pregunté.

—No —me respondió la señora Benchly—. Al menos no todavía.

Interesante. Todo esto me parecía interesante.
La señora Benchly me explicó un poco más de todo ese asunto de que a los chicos les gustaban las chicas. No puedo decir que lo entendí. La señora Benchly me preguntó si había notado que casi todos los matrimonios estaban formados por hombres y mujeres. En realidad yo nunca había pensado en los matrimonios como cosas en más que estuviera involucrado el gusto. Simplemente creía que ese acuerdo entre hombre y mujer era otra de esas excentricidades de los adultos, como usar hilo dental. Ahora la señora Benchly me estaba diciendo algo mucho más grande. Una especie de conspiración global ridícula.

—Pero yo no me siento así —protesté. Ya no estaba prestando tanta atención porque ahora Ted estaba levantándole la camisa a Greg Easton y eso me parecía bastante genial—. La manera en que yo me siento es la correcta...,¿verdad?

—Para ti, sí —me respondió la señora Benchly—. Lo que tú sientes es absolutamente lo correcto para ti. Siempre recuerda eso.

Y así ha sido. Más o menos.
Esa noche, me guardé la gran noticia gaste terminaron mis programas favoritos en Nickelodeon. Mi padre estaba en la cocina, lavando los platos. Mi madre estaba en la sala conmigo, leyendo en el sillón. Me acerqué a ella sin hacer ruido.

—¡ADIVINA QUÉ! —le dije. Ella saltó y luego trató de fingir que no la había sorprendido. Como no cerró su libro, sólo marcó la página con el dedo, supe que yo no disponía de mucho tiempo.

—¿Qué? —preguntó.

—¡Soy gay!

Los padres nunca reaccionan como quieres. Pensé que, por lo menos, mi madre sacaría el dedo del libro. Pero no. En vez de eso volteó en dirección a la cocina y le gritó a mi padre.
—Amor... ¡Harry aprendió una nueva palabra!

BOY MEETS BOY; l.s [ad]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora