Capitulo 3.

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El dilema de la Reina del baile.

El lunes, lo busco por los pasillos. Espero que él esté buscándome también.

   Joni me promete que será mi espía y encabezará el equipo de búsqueda. Me da miedo que se emocione demasiado con su misión y me traiga a Louis arrastrado de una oreja si lo encuentra.

   Pero no hay un encuentro. No importa cuánto me distraiga y me aleje de mis conversaciones en los pasillos, mi alejamiento nunca me acerca a él. Los pasillos están llenos de carteles de la reunión de bienvenida de los ex alumnos y de los chismes luego del fin de semana. Todos están en la chorcha, muy animados; yo busco a Louis como si estuviera buscando un remanso de tranquilidad.

   Pero en ves de encontrarlo, me topo con La Eterna Darlene, o —para ser más precisos— ella se topa conmigo. Hay pocas imágenes más grandiosas a las ocho de la mañana que la de un jugador de fútbol americano de 1.95 metros apresurándose por los pasillos en tacones, con una peluca roja de fantasía y maquillaje más que deseable. Si no estuviera tan acostumbrados eso, tal vez me sorprendería.

   —Me da taaanto gusto encontrarte —exclama La Eterna Darlene con un tono de voz a la Scarlett O'Hara, pero interpretada por Clark Gable—. ¡Las cosas están muy complicadas!

  No sé en qué momento nos hicimos amigos La Eterna Darlene y yo. Tal vez fue cuando ella todavía era Daryl Heinsenberg, pero es poco probable; pocos de nosotros podemos recordar cómo era Daryl Heinsenberg, dado que La Eterna Darlene lo consumió completamente. Él era un jugador de fútbol americano decente, pero ni remotamente tan bueno como cuando empezó a usar pestañas postizas.

  La Eterna Darlene no tiene una vida fácil. Ser al mismo tiempo el mariscal de campo estrella y la reina del baile tiene sus conflictos. Y a veces le cuesta trabajo encajar. Las otras drag queens de la escuela rara vez se sientan con ella en el almuerzo; dicen que no se cuida las uñas y que se ve demasiado musculosa cuando se pone una camiseta sin mangas.

Los jugadores de americano son un poco más tolerantes, aunque hubo algunos problemas el año pasado cuando Chuck, el mariscal de campo suplente se enamoró de ella y luego se deprimió cuando ella le dijo que él no era su tipo.

No me alarma escuchar que La Eterna Darlene me diga que las cosas están muy complicadas. Si no fuera así, no tendría mucho de qué hablar.

Sin embargo, esta vez sí es un dilema real.

—El entrenador Ginsburg me quiere quitar mi corona—declara—. El maldito desfile de bienvenida es esta tarde, y quiere que salga con el resto del equipo. Pero como reina del baile también se supone que debo representar al equipo. Si no hago las presentaciones correctas, podría estar arriesgando mi tiara. Trilby Pope tomaría mi lugar, lo cual sería horrendo, horrendo, horrendo. Sus bubis son más falsas que las mías.

—¿Crees que Trilby Pope cayera tan bajo?—pregunto.

—¿La intratable de la a Pope? Por supuesto que caería tan bajo. Y tendría problemas de gravedad para volverse a poner de pie.

Por lo general, La Eterna Darlene actúa como si estuviera en un concurso perpetuo de simpatía. Pero Trilby Pope Es su punto débil. Solían ser buenas amigas, podían contar una hora de actividad en tres horas de conversación. Entonces Trilby cayó en las garras de los del Hokey sobre pasto. Intento convencer a La Eterna Darlene de que se fuera con ella, pero el fútbol americano era en la misma temporada. Se distanciaron por tener que ir a entrenamientos separados y por tener distintos grupos de amigos. Trilby empezó a usar mucha ropa a cuadros, lo cual La Eterna Darlene aborrecía.

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2020 ⏰

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