Capítulo cuatro.

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Les pregunté a mis padres si era realmente necesario que fuera a recoger mis cosas de mi casillero. Francamente la escuela era el último lugar al que quería ir hoy, había sido un día realmente perfecto gracias a Noah, y no quería que terminara yendo al peor lugar para mi en estos momentos. Lamentablemente mis padres me dijeron que debía de retirar mis cosas ya que nos íbamos a ir por mucho tiempo y alguien más iba a ocupar mi lugar en la escuela. Y de hecho eso era lo que me temía, como "la rara" ya no iba a estar iban a buscar a alguien más, solo espero que esa persona lo pueda soportar como yo lo hacía. En fin, mis padres me dieron la platica de "pero eso no significa que las personas te vayan a olvidar por quien va a tener el espacio que dejaste", la típica charla motivadora de "no hay nadie como tu y tus amigos no se van a olvidar de ti". Después de esa charla me dijeron que me apurara a ir ya que debíamos de estar mínimo 40 minutos antes para no perder nuestro vuelo.

Mis padres no sabían nada sobre mi vida estudiantil actual, o la falta de ella. Nunca asistieron a las reuniones de padres que la escuela organizaba, ni tampoco iban a la entrega de mis reconocimientos, pero no es su culpa. Yo siempre les restaba importancia a esas cosas ya que recibía muchos y poco a poco fue perdiendo la importancia para mí. Les dije a mis padres que no era necesario ir y ellos después de que yo les insistiera no iban.

Y tampoco era que no se interesaran en mi vida personal, sino que como antes yo ya había tenido amigos y novios ellos pensaban que ahora me estaba concentrando más en mi vida estudiantil y en mi futuro, cosa que no les molestaba, todo lo contrario, hasta alardeaban con sus amigos sobre lo fantástica que era.

Diez minutos después decidí tomar las llaves de mi auto y me dirigí a la escuela, aleas el peor lugar de este país. El camino consistía en un recorrido de cinco minutos en carro, así que solo tenía oportunidad de escuchar una canción para darme ánimo de no faltar a clases.

Esta vez decidí escuchar una de mis canciones favoritas del momento "Uh Huh de Julia Michaels". Canté al compas de la canción y cuando esta terminó yo ya me encontraba estacionando mi auto en el estacionamiento de la escuela. Lo único bueno de venir a estas horas a la escuela era que no había muchas personas, solamente los que venían a actividades extra curriculares, como clases de deporte o actividades culturales, ya sean desde canto hasta clases de dibujo o guitarra.

En fin, me dirigí a mi casillero y vacié todo lo que estaba dentro de el en una mochila que había traído desde mi casa. Una vez que estaba completamente vacío decido escribir una nota para la persona que iba a ocupar mi lugar por un año, escribí: "Ojalá sobrevivas a esta mierda".

No quería ser grosera, tal vez el futuro dueño de mi casillero sea una persona muy amable y linda con todos, y eso espero, pero solo la quería preparar para lo que estaba por venir. Una vez hecho esto decidí cerrar el casillero y en eso escucho un grito a lo lejos.

- ¿Ya te vas de la escuela por fin, rara?- escuché una voz y la reconocí casi al instante: Jackson Müller.

- Hey, tú- lo salude- ¿qué haces aquí?

- Práctica de americano- dijo como si fuera idiota, y en ese momento lo parecía ya que cuando lo vi me di cuenta de que llevaba puesto el equipo que usaban en americano.

- Lo siento- dije, disculpándome por mi torpeza.

- Descuida- dijo. Se me hizo muy raro que estuviera hablándome ya que hacía tiempo que no lo hacía.- Y ¿qué haces? ¿Estas de ánimo para salir a cenar?

Lo miré con una cara de confusión, si apenas me hablaba en la escuela menos lo hacía fuera de esta ¿de dónde este repentino deseo de salir conmigo?

- No creo que pueda ser- le dije apenada. Me tenía que ir al aeropuerto en dos horas ya que teníamos que estar una hora antes para documentar las maletas y ver la puerta en la que salía nuestro vuelo.

CAMBIE PARA MEJORAR. [PAUSADA y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora