Mes cinco

59 4 1
                                    

Mes cinco 

Hola bebé. Quería contarte unas cuantas cosas. Pues primero que cada vez estás más grande, mi amor. ¿A divina qué? Serás una hermosa princesa. Tu padre y yo nos sentimos real mente nostálgicos con aquella  noticia. No sabes cuantas ganas tengo de conocerte. Tu padre ha andado últimamente el pasado mes muy raro conmigo. Sí muy cariñoso, me lleva el desayuno a la cama y dormimos juntos. Algo muy raro le ha de estar pasando, a lo mejor aquella tipa Rose lo corto, o yo que sé. Por favor, mi niña, No quiero que jamás le hables a esa tipa. No seas grosera con ella, pero tampoco muy cercana.

                                                                                                             Te amo, con amor; Mamá.

«♦»

—Como te decía, amiga. Si no le dices lo que sientes, encontrará a otra persona que le diga lo que quiere oír de ti. La vida es demasiado corta como para tomar café del malo y llorar por chicos que no te quieren.

—Pero no sé cómo, no sé qué decirle. Lo quiero y creo que él lo sabe. Pero no sé porque se ha empeñado en portarse así conmigo. Tan cariñoso, ¿Qué puede ganar con eso? Solo ganará quedar viudo.

—Pero, si trama algo es porque te quiere disfrutar lo poco que les queda juntos. Si tú lo quieres y él te quiere, disfrútense. Y disfruten a su hijo, por que cuando menos lo esperes querrás devolver el tiempo.

—Tienes razón. No sé porqué, pero está empeñado en que quiere hacer la boda.

—¿Tú quieres? Se sincera.

—Mmm, creo que sí. Siempre me ha gustado, y no sé por qué.

—Pues entonces ¿Qué esperas? Tienes que declararle todo hoy mismo. HOY.

—Sí, ah—Suelto un gemido. Coloco una mano en mi ya gorda panza.

—¿Qué sucede?—Dice Alice alarmada.

—Se movió, ¡Se movió! ¡Mi princesa se movió!

—¿Cómo que se movió?

—¡SÍ! ¡LO HIZO!—Tomo su mano y la coloco en mi panza.

—OH-POR-DIOS.

Nos quedamos impresionadas por aquél suceso. Nos quedamos platicando con ella ¿Ella si? Mi princesa, un buen rato.

—¿Entonces? ¿Qué esperas? Ve a su oficina y dile todo lo que sientes. No esperes más.

—Tienes razón, amiga.

Le doy un abrazo y me decido que no tenemos porque esperar más. Si los dos nos queremos ¿Por qué no intentarlo?

Salimos las dos de la casa y me subo a mi auto, directo para la empresa de Ashton. Manejo lo más rápido que puedo. Llego y le digo a la secretaria que tengo que verlo y que es urgente. Me vale un pedazo de… si está en junta o algo así. Ella me dice que espero y marca un número por teléfono, el cual no responde nadie. Yo ya desesperada decido pasar así nada más. Marian me trata de detener pero le es imposible. Yo sigo mi camino y cuando abro la puerta mis ojos lo primero que hacen es llenarse de lágrimas calientes. Está Ashton besándose tranquilamente con la perra de Rose. Trato de hablar pero solo me sale un hilo de voz. Ellos se separan y me voltean a ver. Salgo corriendo.

—¡Zinnia!—Grita Ashton antes de que entre al estacionamiento subterráneo.

Subo al carro y me quedo ahí, pensando. Golpeo mi cabeza en el volante del auto. Grito. No lo puedo creer lo estúpida que fui en pensar que él por fin ‘‘quería arreglar las cosas’’ y que de verdad me quería. Que ya la había olvidado, pero todas esas ideas las cree yo. Yo y mi estúpida torpes.

White and Black. {Ashton Irwin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora