Muchos tienen la pasión de bailar, otros de cantar, otros aman leer, pero la actividad favorita de Yuuri desde que tenia memoria, era cuidar a las flores.
Yuuri Katsuki era un joven que tenía una pequeña floreria en Manhattan, pero para él no contab...
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— Ya se Yuuri, ponte estos pantalones! Se te ve un cul...
— Basta! — Dije levantándome de la cama y levantando los brazos — Se que quieres ayudarme phich, pero solo haces que me ponga más nervioso.
— Lo siento, sólo estoy emocionado — Dijo dejando caer los pantalones — Solo estoy un poco emocionado, solo quiero que seas feliz con alguien.
— Lo sé — Dije sonriendo — Y lo soy con amigos como tú y Huang, no necesito nada más.
— Perra no me importa, algún día me casaré y no estaré siempre para ti — Me señaló al estilo de Rasputia, de la película de norbit.
— Oie shica pero que le pasa a usteh — Dije con el acento cubano que tanto le da risa, y esta no fue la excepción de su adorable carcajada.
— Está bien, está bien, pero al menos empieza a arreglarte, porque por más café que sea tu eres una diva mami— Después de su gran argumento me palmeó las mejillas.
— Estás loco.
— Y tu feo.
— Si si — Le contesté mientras me quitaba la camisa.— Y cómo van las cosas con el chico de intercambio?
— Seung? — Preguntó de vuelta mientras se aventaba a mi cama.
— Como se llame. — Respondí de mala gana mientras saltaba para ponerme el pantalón color rosa.
— Pues a mi punto de vista, y ya sabes que veo bien, creo que quiere que seamos algo más.
— Cómo lo sabes? — Volteé a verlo con un ojo entrecerrado.
— Yo lo se todo.
— Cierto.— Volví a lo mío.
— Por cierto, no vayas a poner más rosa sobre eso, te ves demasiado gay.
— Y qué soy?
— Touché.
Cuando terminé con el pantalón fui de nuevo al closet para elegir una camisa blanca con una flor casa blanca en ella, y para el clima fresquito, un abrigo estilo poncho de color azul.
— Di-vi-na.
— Claro, con quién crees que hablas?
— Cálmate Beyoncé.
Al terminar su falsa actuación de ofensa, me terminé de colocar completamente el abrigo y empecé a modelar por mi habitación. Después de dar unas cuantas vueltas y giros a mi pieza, paré para descansar y vi que Phich estaba usando mi celular; después de todo, el sabe mi contraseña.
— Que haces perraca?
— Nada.— Dijo después de hacer una sonrisa de "obviamente que hice algo, idiota". — Por cierto, Viktor café te llama.
