Capítulo 3: Siete minutos en el paraíso

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Las pizzas por fin llegaron, pidieron unas cuatro familiares para los doce y pagaron a medias porque salió bastante caro como para que pagara todo la pobre Juleka, más las bebidas y otros picoteos como bolsas de patatas u otras cosas diversas.

Mientras comían veían una serie y empezaban a reírse de cualquier cosa que salía o decían, sacaban de contexto todo y le sacaban doble sentido a cualquier frase. Acabaron partiéndose de risa, incluida Chloé, que dejó de quejarse de todo y se relajó finalmente.
También decidían a qué jugar después de la cena, y para no repetir la botella pensaron en otra cosa. Miraron la lista que habían escrito Alix y Nathaniel y eligieron el juego de Siete Minutos en el Paraíso, que consistía en escoger a dos para que entraran en un armario o un lugar pequeño oscuro y que en siete minutos hicieran lo que quisieran, sin relojes ni ver nada. Usarían el mismo sistema que la botella, y como eran número par, eliminarían a la gente que les tocara para no repetir y hacer el juego innecesariamente largo.

Hicieron las nueve y media de la noche y empezaron el juego poniéndose en círculo como la vez anterior, pero esta vez en la habitación de los padres de Juleka, que tenían un vestidor grande que podían usar. Alya empezó a girar la botella, esta se acabó deteniendo en Kim, entonces ellos dos tuvieron que meterse en el vestidor. Les quitaron los smartphones y relojes para que no miraran nada y entonces entraron y les cerraron la puerta. Allí todo estaba oscuro y no se veía absolutamente nada.

-Bueno Alya, es obvio que no tenemos mucho que hacer aquí tú y yo.-Decía Kim, buscando con las manos alguna pared o algo donde apoyarse, pero solo encontraba ropa y cajones, y una de las veces, sus manos fueron a parar a los pechos de Alya.

-¡Oye, que tengo novio!-Exclamó ella, apartándose, pero luego se rió, sabía que era sin querer.

-Estás muy tonta, Alya. Pensemos en qué podemos hacer, si no esto va a ser un coñazo.

-A ver... Nosotros somos unos cotillas, durante estos siete minutos podemos cotillear sobre los demás.

-Sí, tienes razón, ¡suena bien!

Los dos se sentaron en el suelo, buscando una víctima de la que hablar, y la chica de las gafas rápidamente dio con la respuesta: su amiga Marinette y los chicos que la besaron.

-¿Tú has notado el posible triángulo amoroso de Marinette?-Preguntaba la chica, riéndose mientras se acordaba de lo que había pasado en la partida de la botella.

-Ostias que si lo he notado, ahí hay un lío de tres pares de narices, y no es un triángulo, es un cuadrado porque también está Chloé detrás de Adrien.

-¿Cierto... Tenemos que hacer algo para resolver esto...-Alya se quedó pensativa durante unos segundos, pensando en quienes se gustaban entre sí o no, sospechando uno por uno de los de su clase.-¿Y si emparejamos a Adrien y a Marinette e intentamos que Nathaniel y Chloé se junten?

-Sería muy suicídico intentar que Nathaniel y Chloé salgan, más que nada por el carácter de ella, y además creo que a él le gustan Marinette y Alix. Tal vez con Adrien y Marinette sea más fácil, porque pienso que se gustan.

-Exacto, a Marinette le gusta Adrien muchísimo, y con ese pedazo de beso que él le ha dado a ella deduzco que a él le pasa igual, pero es algo inseguro para lanzarse, no lo sé.

-Creo que tengo una idea... ¿Cómo está la distribución de camas y cuartos?

-Pues... Marinette y yo dormimos en una habitación de invitados, Nino y Adrien en la otra, Rose y Juleka en la de los padres, Chloé y Sabrina en la de Juleka y supongo que Max y tú en el colchón hinchable del salón al lado de Alix y Nathaniel que duermen en el sofá-cama.

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⏰ Última actualización: Jun 08, 2017 ⏰

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La fiesta de pijamas de JulekaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora