Habían pasado un par de días y aun sentía mi cuerpo adolorido, hace unas horas me habían dado el alta, y debería estar en clase pero mi madre ha insistido en que me quedara en casa, y la verdad se lo agradezco.
Me encuentro sentada en mi cama comiendo a más no poder helado de oreo y viendo 13 Reasons Why en Netflix, cuando llaman al timbre. Entre regañadientes y quejas me levanto como puedo, cojo las muletas y bajo a abrir la puerta.
-¿Quién eres tú? – pregunto al chico que está en frente de mí.
Es guapo, es jodidamente guapo, pero no lo conozco de nada y está en mi puerta, con cara de conocerme de toda la vida, lo cual es un poco extraño. Tiene el pelo castaño claro, y los ojos de un color muy singular, parecen de color verde y un color miel mezclado.
- ¿No sabes quién soy?- sus ojos se abren con incredulidad.- Soy Lucas.
- Me temo que esa información no me facilita tu conocimiento.
- Soy Lucas Blair, del instituto, vamos, todo el mundo me conoce.
- Ah,-continuo sin saber quién mierda es, - y ¿por qué estás aquí?
- Estoy aquí porque me temo que la causa de que tengas el cuerpo adolorido, soy yo. Pasaste hecha una furia por delante de mi coche y no me dio tiempo a frenar, y bueno, el resto ya lo sabes...
Ahora me acuerdo, es el idiota del coche negro que me atropelló, y ni siquiera se dignó a pedir disculpas.
- Ya sé quién eres. – Fruncí el ceño.- ¿Por qué estás aquí? –Volví a preguntar.
- He venido a ver como estabas. Sé que no fue mi culpa, pero no he podido evitar sentir remordimientos.
- ¿Perdona? Sí que fue tu culpa, yo estaba cruzando la calle y tú deberías haber parado el coche.
- No fue culpa mía que cruzaras la calle sin mirar, si hubiera tenido tiempo de frenar lo habría hecho.
- Así que ahora que tú conduzcas con exceso de velocidad es culpa mía, ¿no? Porque puedo asegurar que ibas a más de ochenta.
-Lucas, ¿qué haces aquí? – escuché la voz de mi madre, espera, ¿mi madre conoce a Lucas?, pensé.
-Mamá, ¿le conoces?
-Claro que le conozco, Lucas, cariño, no sabía que eras amigo de mi hija.
-No, en realidad él no...
-Tenía pensado pedir algo para cenar, ¿Por qué no te quedas?- mi madre me ignoró.
-Claro, será un placer cenar con vosotras.
- Pero...
Entraron por la puerta dejándome sola y con las palabras en la boca.
- Mamá, son solo las seis de la tarde es muy pronto para cenar.
- Lo se hija, ¿Por qué no vais a dar una vuelta?
- Sí, es una buena idea- añadió Lucas.
- No, no es una buena idea, Lucas, por si lo habéis olvidado, llevo un pie escayolado, me cuesta andar, me pesan los brazos y la cabeza literalmente me bombea, así que no, definitivamente no es una buena idea.
Los dos me miraban con los ojos bien abiertos por la sorpresa, no se esperaban que explotara de ese modo, pero es que ya me estaba cansando.
- ¿Y si subís a tu habitación? – preguntó mi madre con voz dudosa, temiendo, seguramente, que volviera a saltar
- Vamos- dije con desgana.
Subí con cuidado las escaleras, solo me faltaría romperme una pierna.
-¿Y, cómo te llamas? – me peguntó Lucas.
¿Es en serio? Está en mi puta habitación y ni siquiera sabe mi nombre. Bufé.
- Me llamo Addeline- contesté cortante
- Bonito nombre...-murmuró
- Bien, esto es jodidamente incomodo, no hagamos como si nos conociéramos. ¿De que conoces a mi madre?
- Tu madre trabaja en el bufete de abogados de mi padre, y yo cuando no estoy en el instituto, casi siempre estoy allí y bueno, es una persona muy amable.
- ¿Qué vamos a hacer?
- Podríamos ver una película. ¿Has visto Rings?
- No, pero...
- Pues veamos esa.
-No quiero ver esa película, no me gustan las pelis de miedo. Podríamos ver una de acción, o de comedia...
- Vaya, no sabía que eras una miedica, pareces muchas cosas, pero ¿miedica, Addeline?, no me lo esperaba.
- No soy una miedica, solo no me gustan ese tipo de peli, me parece absurdo que a alguien le resulte divertido asustarse a sí mismo y pasar un mal momento.
- Me suenan a escusas que una miedica en toda regla diría, el primer paso es negarlo, pero acabaras aceptándolo.
¿Cómo se atreve a hablarme así, en mi propio reino?, quiero decir, a decirme eso, en mi propia habitación.
-No tengo que aceptar nada, ¿vale?, que sepas que no soy una miedica. Tengo sentido común, que es diferente.
-La voy a poner igualmente así que... ¿Por qué no simplemente te callas?
- Porque estas en mi casa, - remarqué el casa- y deberías dejar de comportarte como un idiota. No voy a ver ninguna película contigo, gracias.
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-La carne está muy buena señora Tale .
Mi madre al final había decidido cocinar algo, en vez de pedir pizza, porque según ella esto era una ocasión especial.
Después de la discusión con Lucas, los dos simplemente nos dedicamos a estar con nuestros respectivos teléfonos y viendo la televisión en la sala de estar. Y mientras mi madre se encontraba en la cocina con su gran dilema, que cocinar.
-Gracias, Lucas, si la carne te gusta, espérate a ver el postre- mi madre contestó entusiasmada. A mi madre le encanta que la piropeen.
Seguro que ha hecho su famoso pastel de chocolate, comer de ese pastel es como dar un paso al cielo.
Seguimos comiendo en silencio, cosa que resulta bastante incomoda, pero mi madre se ve de lo más tranquila y feliz de que Lucas este cenando con nosotros.
Cuando acabamos de cenar mi madre insiste en que no le ayudemos a recoger la mesa.
-Pero mama no nos cuesta nada ayudarte, de verdad.- Insisto
Entre todos recogemos la mesa y después de que Lucas se vaya para su casa, me pongo el pijama y, por fin, me dejo caer en los brazos de morpheo.
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HOLIIIII CARACOLIIII
So,here is it el capitulo 3. Esperamos que os guste.
-BANSHEE
-MISS LACHOWSKI
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Take Me Away
Teen FictionLas lágrimas corrian bajo mis ojos, me sentia mal, me sentia muy mal, pero lo último que pensé que haría sería pedirselo a él. -Llévame lejos, por favor.