Prólogo

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8/6/17 9:38 A.M

"La escuela es lo peor, no por las materias ni los profesores, sino por los compañeros que mas aya de ser amigos son personas crueles que gozan al ver como tu alma se destruye, soy alguien diferente, no soy como ellos, busco mejorar, ya ni vivir quiero.
¿acaso no puedo vivir feliz?".

La joven cerró su diario y comenzó a prepararse para otro mal día en su preparatoria. Lia Jhonson no era de rendirse fácilmente pero esto le complicaba aún mas su triste vida.
Se puso sus lentes violetas enmarcando asi sus ojos marrones verdosos y aplicó rubor en sus pómulos, cuando hubo acabado de cepillarse los dientes aplicó brillo labial en sus gruesos labios dándole un ligero brillo bermellón.
Cepilló su cabello corto de color chocolate y lo amarró en una coleta. Vio con tristeza su cuerpo en el espejo, no era lo que queria ser. Se paró derecha y vio como sus kilos de mas se hacían notar. Los ignoró y se vistió con sus jeans favoritos, sus converse negras y una blusa blanca con la espalda transparente gracias a un tejido algo abierto al corchete.
Sonrió ante el espejo e ignoró la voz en su mente que le decía lo ridícula y fea que era, con el tiempo aprendio a no prestarle importancia.
Pintó sus uñas de rosa y una vez que se secaron, tomó una pequeña mochila verde negra y blanca con motivos de estrellitas en rosa pastel.
Salió de su casa y caminó tranquila sacando sus audífonos azules y poniendolos sobre su cabeza cubriendo sus oídos.

Vio su móvil y le dio a la primera canción que encontró, enseguida "I took a pill in ibiza" inundó su mente mientras ella recorría los caminos que bien conocía para llegar a aquel lugar que tanto odiaba. Ese sitio infernal era la causa de sus vómitos matutinos y su poca paciencia ante la presión.

Rió pensando cómo sería si todos le temieran como ella, si todos se avergonzaran por no seguir los esquemas que ella misma disponga. Ella no sufriría tanto y eso estaba claro.

Caminó unas cuadras mas y sintió como todo el mundo la veía con odio. Le dio poca importancia y siguió con su camino. Llegó a su salón y se repitió la escena de hace unos cinco minutos.
Ella tomó asiento en el mismo lugar de siempre y sonrió ante sus planes futuros.  Ese era un día normal para Lia, el odio de los demas era la unica muestra de su existencia mas ella sabía por que estaba allí, sabía lo que debía hacer en ese sitio y aún mejor, sabía en que momento y cómo moriría cada una de aquellas almas que tanto daño le habían causado.

DIARIO DE UNA ADOLESCENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora