Al salir de la escuela papá estaba esperándome afuera de su auto en el estacionamiento, iba charlando con iryan rebeca y jessica, dani hacía rato se había ido con peter a comer y liam, bueno, después de la invitación de harry no me había hablado ni mirado en todo lo que restaba de las clases.
-mañana día de chicas no lo olviden- dijo rebeca más para mí que para iryan y jessica, eso me sonó a casi una súplica.
-¿porqué lo olvidaría?- las chicas rieron al mismo tiempo, quisiera saber que les hacía tanta gracia.
-siempre estás con liam, o tienes que hacer algo-dijo jessi, hasta ahora no había pensado en eso, creo que no le dedico el suficiente tiempo a mis amistades por estar con liam, o en mi tratamiento, pero aquellas dos cosas eran lo que mejor me hacían a mi salud.
-les prometo que mañana saldremos de compras, me urge un cambio de look y necesito de su consejo- vi como papá agitaba la mano a lo lejos señalando su reloj puesto en la mano derecha.
-está bien, nos llamamos más tarde- las cuatro nos abrazamos y yo corrí hacia papá, pero antes de llegar me tropecé con liam, al cual se le cayó su ipod de las manos en el asfalto de la calle.
-ay perdóname- ambos nos agachamos a recoger su aparato, él estaba sonriendo y no se notaba molesto en lo absoluto.
-no importa, oye, ¿quieres ir a mi casa o voy a la tuya?- dios, moría por estar toda la tarde con él, pero justo hoy me era imposible, tenía que ir al psicólogo.
-liam, ¿recuerdas que los jueves y los martes no puedo por compromisos?- el asintió sonriendo aún.
-lo sé, pero hoy es lunes- conecto de nuevo sus auriculares al ipod pero lo apago.
-bueno, los jueves y martes se cambiarán por los lunes y miércoles, ¿está bien?- le dije de una forma algo dulce.
-claro, ¿quieres que te lleve a donde tengas que ir?- me encantaría que me llevara, pero no quería que descubriera el porqué voy a un consultorio psiquiátrico, no estoy tan segura de contárselo aún, aunque planeo hacerlo.
-no te preocupes, papá está aquí, el me llevara- señalé a mi padre que se encontraba con cara de pocos amigos, seguro por mi demora.
-está bien… entonces supongo que te veo mañana, cuídate duendecito- sus labios, tibios y electrocutantes chocaron en mi mejilla y me dieron un tierno beso, le miré embelesada por unos segundos pero papá y el claxon de su auto arruinaron el bello momento.
-nos vemos liam, y de nuevo, gracias por lo de la mañana- le dije mostrándole el suéter que me compró, corrí hasta donde se encontraba papá, espere que me mirara o algo pero él seguía viendo a liam, que ahora se encontraba charlando con harry.
-ya estoy lista, vámonos- él dejó de ver a liam y a hazza, ambos subimos al auto y mientras nos alejábamos de la escuela la música de los beatles inundaba nuestro silencio.
-¿eres muy amiga de liam?- papá no es del tipo celoso, o eso creo, la verdad no lo sé, no he convivido mucho con él, pero su tono hostil al hacerme la pregunta me deja claro que tal vez no le agrade mucho que liam y yo seamos… amigos.
-es mi compañero de clase, me ayuda a hacer proyectos de entrega muy importantes, y si, es mi amigo, ¿Por qué?- papá lanzó un largo suspiro, sus manos se aferraron más al volante, pero no me miró.
-no lo sé, es raro, era novio de danielle y … bueno, pareciera que tu y él…- en cuanto supe lo que trataba de decir, dios, ¿liam y yo?, bueno, toda la mañana lo estuve pensando, pero, ahora que mi papá lo decía sonaba, muy raro, me sonrojé, inclusive creo que papá querrá tener la tan estu*pida “charla” que se supone que te dan cuando tienes 13 años, pero, agg, esa platica la tuve con mamá, y debo decir que fue de lo peor, porque, bueno, ahí también escuchando se encontraban carla y jessica.
-solo somos amigos…tranquilo- papá se relajó, lo pude sentir, sus manos dejaron de estrangular el volante y sus hombros dejaron de estar tan tensos.
-qué alivio, pensé que tu y liam salían juntos o algo, ya sabes, como novio y novia, eso sería incomodo para la familia, y para dani, por lo de que son ex novios y esas cosas- genial, lo que mi subconsciente sabía papá me lo recordaba, me siento pésimo ahora sabiendo que las pocas, más bien nulas posibilidades de estar con liam de una manera diferente eran también rechazadas por mi papá.
-no te preocupes papá, entre liam y yo solo hay…amistad, además, nadie querría estar con una chica que tiene anorexia y depresión- la mano de mi padre alcanzó la mía, sentí como la apretaba de una forma reconfortante.
-cualquier muchachito sería afortunado de tenerte cariño, porque eres la más maravillosa de todas las chicas- si claro, los padres siempre dicen eso para hacerte sentir mejor y especial, bueno todos excepto mi madre, ella es totalmente sincera, y ni hablar de paul, él me hubiera dicho que soy horrenda y que carla y jessica son más lindas que yo, luego al verme llorar me hubiera dado algún regalo caro.
-te amo papi- su mano volvió a darme un cálido apretón, por la ventana vi el edificio donde se encontraba el consultorio del doctor fletcher, al cual ya consideraba un amigo.
-yo también mi niña, vamos- vi como bajaba del auto también después de haber aparcado.
-¿no iras a casa a comer?- él negó con una sonrisa en su rostro, me abrazó por los hombros y caminamos juntos hasta la entrada del edificio.
-no, hoy te invitaré a comer, iremos al cine, y conversaremos un poco- me abracé más a papá sintiéndome feliz, más de lo que ya me encontraba, llegamos a la recepción y ahí estaba lucy, la recepcionista rubia que además de bonita era una persona muy amable.
-hola _________, te ves genial hoy, el doctor fletcher ya está esperando- miré a papá y este asintió alentándome a entrar, él se quedó conversando con lucy, yo me dispuse a ver a mi psiquiatra.
-hola, _______, ponte cómoda, ¿Cómo te sientes?- me senté en el sofá recargable, él cual seguramente sabía más historias que ninguna otra persona en el mundo.
-hola, bien muy feliz- él me sonrió.
-¿hoy tomaste tus antidepresivos?- recordé entonces como me sentía en la mañana, antes de saber que liam me perdonaba, no tome mis pastillas porque quería sentirme miserable, de alguna manera tenía que castigarme por lo que le dije a liam.
-pues… no en realidad- el doctor fletcher me miro por unos segundos que más bien parecieron siglos, pensé que me regañaría o algo pero, una sonrisa amigable apareció en su rostro.
-¿no los tomaste y estas feliz?, creo que te voy a disminuir la dosis- vaya, eso es un progreso, lo cual me hizo aún más feliz.
-cuéntame de tu semana, ¿Cómo vas en la escuela?- escuela, liam vino a mi mente automáticamente, como si de una película se tratara toda mi semana se vio resumida en mi mente, las imágenes pasaban, y en todas me encontraba feliz, excepto en la del fin de semana, el cual lo pasé muy mal.
-tuve algunos problemas el fin de semana por abrir mi gran boca- el doctor fletcher me miro severamente por encima de sus gafas cuadradas.
-todos cometemos errores, sobre todo de ese tipo- bueno, eso en parte era cierto.
-creo que sí, pero lastimé a alguien con mis comentarios, afortunadamente hablamos y ya le pedí disculpas, fue un momento en el que estaba enojada- me crucé de brazos.
-¡eso es, enójate, enójate con alguien, pero no contigo misma!- gritó el doctor fletcher, creo que de tanta gente a la que atiende con problemas emocionales ahora el enloqueció.
-tal vez eso es lo que me enoja más, que no puedo enojarme con liam- me dije a mi misma, creo que en voz alta porque al doctor se le formo una sonrisa coqueta en el rostro.
-así que esto se trata de un chico, eso es nuevo- pasé mis manos pesadamente por mi cabello despeinándolo por completo, no puedo creer que esté hablando con mi terapeuta de liam, este era un punto al que yo jamás quise llegar, pero que es inevitable de tratar.
-yo creo que el tiempo de sesión acabó, nos vemos el miércoles- me levanté del sofá pero el doctor se levanto y me siguió-
-cuando estés lista y dispuesta para hablar de liam y tus sentimientos yo estaré aquí para escucharte- lo bueno del doc es que no me presionaba para hablar, era como una buena amiga que estaba ahí para ti, tal vez más adelante me anime a hablarle de liam y lo que siento por él.
