1. Propuesta

180 13 0
                                    

CROSS ANGE: TENSHI TO RYUU NO RONDO [クロスアンジュ 天使と竜の輪舞] Y SUS PERSONAJES NO ME PERTENECEN

El gruñido que dejó escapar fácilmente podría rivalizar con el de una bestia, pero no es como si alguien pudiese culparla. Habían pasado ya dos semanas desde aquella noche en la que había descubierto las secuelas que Embryo le había dejado a Ange y todavía no se sentía capaz de hacer algo que ayudase a la rubia, en esos momentos le gustaría tener un poco del conocimiento que Hilda tenía sobre ella para saber las posibles medidas para actuar. ¡Joder! Lo que deseaba en esos momentos era tener a la pelirroja a su lado.

— ¿Qué harías tú en mi lugar? —Preguntó a la pelirroja de sus memorias, quien esos momentos le sonreía con tristeza mientras se despedía. Si tan solo en ese momento hubiera cambiado su rol con ella... No. Tenía que dejar ese pensamiento egoísta y concentrarse en Ange, las cosas pasaban por algo, y lamentablemente no hubieran conseguido su victoria si las cosas se hubiesen desarrollado de diferente manera. Cerró los ojos agotada por toda la horda de pensamientos en su cabeza y se permitió dormir.

.

.

Su nombre fue llamado varias veces, pero por más que quería no era capaz de abrir los ojos.

—Hazme saber que me estás escuchando—Le dijo una voz aniñada. Se sentía estúpida por lo que estaba a punto de hacer, pero igual lo hizo.

—Te escucho—Respondió. Aquella voz soltó una risilla—Pero no puedo verte.

—Y no necesitas hacerlo, no por ahora—El ceño de la azabache se frunció—Solo vengo a darte un pequeño consejo.

— ¿Qué tan pequeño?

—Como la vida de una estrella—Contestó—Aísla tu preocupación y distráela.

— ¿Y cómo se supone que haga eso?

—Tú sabrás. Eres demasiado lista y tienes el poder necesario para hacer lo que te plazca—Después de asimilar las palabras de -lo que Salamandine suponía- aquella niña, les inundó el silencio,

— ¡Hey! —Llamó cuando escuchó como en pasos acelerados aquella presencia se alejaba.

—Mi tiempo se acabó, pero te volveré a visitar pronto, Sa-la-ko.

— ¿Salako?

.

.

Abrió los ojos todavía confundida por lo extraño que fue aquello y enfocó su mirada azulada en la ventana de enfrente. Ya era de noche y a juzgar por la posición de las estrellas, debían ser cerca de las diez. Suspiró una vez más tratando de darle un significado a las palabras de aquella ¿niña? Lo que fuera. Aislar su preocupación y distraerla...

Aislar y distraer...

Distraer...

— ¡Lo tengo! —Salamandine se alzó de la silla en la que había caído dormida. No estaba segura de que aquello funcionara, pero tenía que intentarlo, por el bien de Ange y por su propia paz.

Esa noche se la pasó pidiendo clemencia tanto a la sacerdotisa de Aura y su siervo Jurai, su propósito era simple, pedir de favor que nadie perturbara a Ange y a ella misma mientras que estas se asilaban por un periodo indefinido de tiempo. Gracias a esto tuvo que revelar el trauma de la antigua princesa del imperio Misurugi, Jurai puso a su hija en manos de la princesa dragón y así fue como Salamandine partió al cuarto de Ange dentro del castillo y le ofreció pasar con ella un tiempo a solas en su "escondite" disfrazándolo como una remodelación que quiso hacer al lugar, pues se veía bastante viejo y era poco práctico el poder vivir allí, cosa que la princesa "había estado pensando" desde hacía ya algún tiempo.

—No entiendo, ¿por qué solo seremos tú y yo? —Cuestionó Ange una vez que Salamandine abrió la puerta del lugar y le invitó a pasar.

— ¿Te desagrada la idea? —Preguntó Salako con picardía. ¿Por qué picardía? A saber, es Salako.

—No, solo quería saber...—Bajó su voz hasta volverla un débil murmullo.

—Quiero que te relajes—Habló después de que la rubia entrara, cerrando así la puerta—Te veo muy incómoda con todos allá, en especial después de eso...—Su mirada se entristeció y la rubia inmediatamente supo que la azabache se refería al momento en que descubrió su recién adquirida androfobia—Sé que no te gustaría que las demás se enterasen, por eso pedí permiso para que te aislases todo lo que quisieras hasta que te sientas lista.

— ¿Y tú?

—Yo estaré a tu lado hasta entonces—Respondió tomando la mano de la menor con cierto temor—No afrontarás esto sola, te lo prometo.

Ange sonrió por primera vez, con tranquilidad devolviendo el apretón a la mayor, quien le devolvió la sonrisa.

— ¿Y...? ¿Qué tanto cambiaremos de este lugar?

—Todo, la gracia es ganar tiempo—Sonrió acercándose al escritorio dentro de la habitación y tomando un bloc de hojas y un grafito antes de sentarse sobre el mismo, indicándole a la conductora del Villkiss que se acercara con un gesto. — ¿Por dónde comenzamos? —Preguntó una vez que Ange estuvo lo suficientemente cerca de ella.

—Muy buena pregunta—Respondió a Salamandine sentándose a un lado de ella.

Nos leemos mañana con el siguiente capítulo de Estigma :D

EstigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora