2. A solas

146 13 0
                                    

CROSS ANGE: TENSHI TO RYUU NO RONDO [クロスアンジュ 天使と竜の輪舞] Y SUS PERSONAJES NO ME PERTENECEN

Capítulo 2

A solas

Había ya pasado un mes desde que Ange había aceptado aislarse con Salako en el "escondite" de esta y habían comenzado con las remodelaciones del lugar. Para comenzar, lo habían ampliado de lo que era la parte de atrás creando una habitación exageradamente grande que supuestamente dividirían en dos para hacer dos habitaciones, pero que conscientemente lo aplazaban. Salamandine se había dado cuenta de que Ange solía tener pesadillas y decía siempre "luego" para evitar poner una distancia más entre ambas.

No habían hecho mucho por el lugar fuera de la ampliación a decir verdad, únicamente habían pintado parte del exterior, lo que vendría siendo la fachada; pero realmente esto no importaba, como Salamandine había dicho, el objetivo era ganar tiempo y agradecía enormemente que las cosas estuvieran considerablemente más calmadas.

Tocaron la puerta del lugar, y aunque extrañada, Salamandine fue a abrir, pidiéndole de la manera más amable posible, que no saliera.

Al abrir la puerta se encontró con Kaname y Naga, ya las esperaba a decir verdad. Sin decir nada, salió del lugar y se dispuso a hablar con ellas como era debido, después de todo, ni una explicación les había dado antes de alejarse y conocía al matrimonio lo suficiente como para saber que no desistirían hasta que se sintieran satisfechas.

.

.

—Ahora solo quedan los últimos toques y...—Hablaba Salamandine mientras que con unas pinzas, estaba por terminar de instalar correctamente el servicio de electricidad en la habitación aun no dividida— ¡Auch! —Se quejó cuando un pequeño chispazo causó ardor en sus dedos.

—No esperabaque lo de los toques fuera literal—Se rio Ange acercándose a la azabache, quien únicamente le miró expectante a lo fuera que tuviera planeado hacer. Con un poco de lentitud, la rubia tomó su mano y acarició levemente los dedos enrojecidos de la princesa dragón—Espérame aquí.

—C-Cómo digas— ¿Desde cuándo Salamandine tartamudeaba? Las cosas se le complicaban un poco más después de la plática que había sostenido la noche anterior con sus amigas. Ellas tenían razón, lo que estaba haciendo era peligroso, pero... ¿qué más podía hacer?

Salako conocía a Ange desde el principio de su vida, había soñado con sus vidas pasadas y el lazo que les unía. Indudablemente se había enamorado de Ange. Hilda por su parte, había actuado demasiado en las sombras y era por eso que fueron solo un par de veces que le soñó. Teniendo un contacto directo con ella creyó entender el actuar de Hilda en sus vidas pasadas, ciertamente, nunca se vio sufrida por su pérdida. Enamorarse de Hilda era fácil, dejarla ir era una tarea semi-imposible.

Salako era demasiado observadora, por medio de sus interacciones notó que tanto Ange como Hilda tenían un sentimiento más fuerte que la camaradería o inclusive la amistad, sentimiento que fue modificándose hasta llegar a un punto en que las tres estaban enamoradas entre sí. El beso que compartieron la azabache y la pelirroja lo confirmaba.

Eran tantos los sentimientos arremolinados, ¿cómo pensaba Salako contrarrestarlos y aun así enfrentarse a los temores de Ange?

— ¿Qué tanto piensas? —Preguntó Ange con un frasco en sus manos.

—Nada, solo en lo rápido que pasa el tiempo—Contestó extendiendo su mano a la menor, quien untó de aquella crema en la yema de sus dedos. Sus mejillas se sonrojaron. Aquello iba a ser terriblemente difícil.

.

.

—No necesitas suprimir tus sentimientos—Escuchó de nuevo aquella voz aniñada.

— ¿Tú de nuevo? —Preguntó Salamandine tratando de abrir sus ojos, pero aquello fue imposible para la reencarnación de Aura.

—Cuando recibimiento tengo de tu parte—Ese sarcasmo... se le hacía familiar.

— ¿Qué esperabas? No sé quién eres ni cómo eres—Respondió.

—No es tampoco como si quisiera causarte daño por medio de algo tan superficial como los sueños.

— ¡Hey! Los sueños son aún más importantes que la vida misma—Salamandine escuchó una risa de aquella misteriosa niña.

— ¿Sabes? Esperaba que dijeras algo como eso—Aquello dejó con duda a la princesa, ¿de dónde se conocían para que fuera capaz de decir eso con tanta seguridad? —Recuerda Salako, los sueños no pueden romperse y los sueños solo existen gracias a otros sueños. Los alivios son el resultado de los sueños cumplidos.

—Ya, ¿y? —Aquella niña de nuevo empezó a reír, aunque su voz le sonó un poco más madura como si en lugar de tener siete años ahora tuviese nueve.

—Comienza a jugar un poco más de ajedrez, o de lo contrario te volveré a ganar—Se burló la niña—Es bastante simple, Sala. Piénsalo como si de nuevo estuvieras en la guerra. ¿Sabes porque tu pueblo tuvo la fortaleza de seguir con lo mal que pintaban las cosas?

Despertó agitada y miró a su derecha, a un par de metros se encontraba la cama de Ange. La misma se removía en su lugar y murmuraba cosas incomprensibles. Estuvo a punto de ignorarlo y tratar de dormir una vez más hasta que escuchó un sollozo.

—No, no. Detente, por favor. ¡Hilda, Salako!

— ¡Ange! —De un salto, la mayor llegó junto con la menor y le removió hasta que logró despertarla. Instintivamente la rubia se aferró a ella y siguió llorando.

—Yo no quería Salako, yo no quería—La aludida no dijo nada, solo le abrazó más fuerte y comenzó a acariciar los cabellos rubios con delicadeza. Sintió como temblaba ante su contacto, así que hasta notó como después de unos minutos Ange se tranquilizaba. —Tengo mucho miedo Salako

Con delicadeza Salamandine borró el rastro de las lágrimas y con la voz más suave que pudo encontrar habló. —Todo estará bien Ange, te lo prometo—Ojos azules miraron a los carmesí con sinceridad—El no podrá alcanzarte jamás y personalmente me encargaré de que nadie jamás te vuelva a dañar.

—Gracias.

Salamandine había ya tomado su decisión, dispuesta a soportar todas las espinas que tuviera que aguantar. Aquella voz le hizo recordar su mayor característica: Siempre estaba dispuesta ayudar a los demás aun a costa de sí misma. Así que mientras se aferrara a esos sentimientos que le habían llevado hasta allí, estaría bien. Ahora solo quedaba enfrentarse a otra de las secuelas que Embryo había dejado en Ange: sus pesadillas.

Les comento que después de terminar de editar este capítulo lo borré y lo volví a escribir debido a que no me convenció del todo el como quedó, así que lo modifiqué para dar una entrada al capítulo 4. Espero les haya gustado.

Muchas gracias a quienes votaron en los capítulos anteriores, por ahora me iré a recoger mi pieza, deséenme suerte~~

Hasta pronto :D

EstigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora