Aomine Daiki estaba que temblaba al solo ver aquella casa de aspecto acogedor, frente aquella puerta estaba que sudaba frío.
Se sentía nervioso, lo cual no admitiría nunca en su mortal y corta vida.
Si Bakagami estuviese viéndolo en estos momentos lo molestaría por el resto de sus días.
Pero vamos a quien no le pondría los nervios de punta si tu lindo novio te dice que sus padres quieren conocerte y que te esperan para una cena.
Obviamente sentiría nervios.
Aun recordaba como fue que su pequeño novio le dio la noticia de que sus padres querían verle.
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Estaban haciendo la limpieza del gimnasio para después poder irse a sus respectivas casas.
El joven castaño había intentado durante todo el día invitar a su moreno novio para que fuera a cenar a su casa el fin de semana.
No fue sino hasta la salida que se lo propuso.
ー Eto... A-aomine-san ー le llamo notablemente nervioso.
ー¿Qué sucede Ryou? ー cuestiono observando como en fallidos intentos le trataba de decir algo.
Paro su andar ー Tranquilo, respira y dilo claramente. No te preocupes esperare.
El chico respiro y ordeno sus ideas para finalmente decir ー Daiki-san ¿Usted podría venir a cenar a mi casa este sábado?
El moreno no sabia que decir.
ー ¿Ira?
Si le mostraba esa carita para él era imposible el negarse, por lo que sin más acepto.
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En ese momento llevaba en sus brazos un pequeño ramo de rosas y una caja de bocadillos, puesto que sabia a Ryou le encantaban ambas cosas.
Se debe dar una buena impresión.
Estaba por tocar cuando la puerta se abrió dándole un tremendo susto que por supuesto jamás admitirá.
[...]
Observo la hora en el reloj de su cuarto, no faltaba mucho para que su novio llegara y él aun no sabia que ponerse.
Rezaba para que su padre y hermano trataran bien a Daiki.
No quería que ocurriese lo que hace año y medio sucedió con un amigo que trajo solo para hacer un trabajo.
En aquella ocasión agradeció que solo estuviese su hermano, porque sino su pobre amigo probablemente le hubiese evitado hablar a toda costa y por el resto de su vida.
Aun recordaba como fue que le dijo a su familia que estaba en una relación amorosa.
Esto fue exactamente ocho días antes, en un sábado como lo es hoy.
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Estaba dando vueltas en su cuarto, ideando escenarios donde le confesaba a su familia que hace ya 4 meses que se encontraba de novio con un chico. Pero cada uno era peor que el anterior, sabia que su padre y hermano eran muy dramáticos pero no sabia como reaccionarían ante esto.
Finalmente salió de su habitación y camino en dirección al primer piso donde estaban todos.
Su madre estaba poniendo la mesa , su padre estaba mirando televisó y su hermano se encontraba con el computador.
