Mañana familiar

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Omegaverse
[Aosaku]
Alpha!Daiki, Omega!Ryou

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Dedicado a Misako0702 gracias por comentar.

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La luz lo hizo removerse incomodo en la cama, sintió un peso en su brazo y abrió sus ojos zafiro, contemplo embelesado la belleza de su omega, aspiro gustoso la fragancia que desprendía, tan agradable y sensual. 

El moreno nunca se imagino que formaría una bonita familia con aquel castaño nervioso.

Pero estaba feliz.

Tenia tres hermosos hijos.

Un esposo cariñoso y amable.

Su vida era lo mejor, no cambiaría nada de ella, ni siquiera los errores porque después de todo, de ellos se aprende para no volver a cometerlos.

Se quedo un momento mirándolo, repartiendo caricias y besos leves, vio el reloj 8:00 am de un domingo. Motivado a darle un descanso a su esposo, se levanto y tomo una ducha rápida, cerciorándose que su esposo y el bebé que descansaba en la cuna del apartado izquierdo de la cama seguían durmiendo, se enterneció de sobre manera al verlo chupar su dedo y fruncir su ceño entre sueños. Por su aspecto, cabello castaño, piel acaramelada y aroma dulzón, se dijo que sería muy sobreprotector cuando ese niño creciera, estaba 99.99% seguro de que sería omega como su madre.

Ya había hecho una apuesta con Ryou y por esta vez desea no perder, pues otro omega en su hogar sería realmente lindo. Así podría imaginarse como era su esposo de niño.

Lleno de ternura, beso suavemente su cabeza y lo cobijo, para después salir de su habitación con dirección a las habitaciones de sus hijos mayores.

Abrió lentamente la puerta de Ryousuke, su primer hijo alfa adolescente, miró su habitación tan pulcra y ordenada, era tan estudioso. En eso se parecía a su madre. Sonrió cuando lo miro, estaba bocabajo en su cama, con la baba resbalando de su boca y murmurando, entre ellas escuchó mencionar el nombre de Hikaru, el hijo omega menor de Bakagami. Su sonrisa se ensancho  mirándolo malévolo, ya tendría con que molestar a su hijo y al pelirrojo de su amigo .

Tarareando cerro la puerta y se dirigió a la habitación de Daisuke su segundo hijo también alfa, (a menudo dolor de cabeza), era igual o más problemático que él en cuanto a los estudios pero le alegraba su vivacidad y competitividad. Cuando abrió se encontró con un desastre de ropa, videojuegos y basura de frituras. Negó con la cabeza mientras una sonrisa burlona surcaba su moreno rostro, su hijo estaba destapado y dormido en una posición que se miraba incómoda, con los cabellos desordenados, todo baba y ronquidos.

Se acerco lenta y silenciosamente a cubrirlo con el edredón, peino suave los cabellos y regreso a la puerta donde volvió la mirada cariñosamente y cerro la puerta.

Mientras caminaba por el pasillo para bajar las escaleras pensó que era alguien muy afortunado y su lobo se revoloteo de felicidad. Cuando estuvo abajo se dispuso a preparar todo lo necesario para un desayuno familiar, mientras hacia los primeros waffles oyó pasos lentos y al poco tiempo un bostezo y unos adorables balbuceos llegaron a sus oídos por lo que sonriendo se volteo, recargándose levemente en el mueble abrió los brazos y recibió a su esposo y cachorro.

El omega castaño gustoso se abrazo al torso de su alfa y restregó su rostro en su fornido pecho, mientras el cachorro agarraba con fuerza su camiseta, a ambos los envolvió en sus cálidos brazos y cuando estaba a punto de besar a Ryou unos resoplidos se oyeron. Los adultos miraron en dirección donde sus hijos mayores se encontraban observando, Daiki se limito a chasquear y proseguir con lo suyo a la par que Ryou se sonrojaba y trataba de esconder su rostro en el pecho del moreno, quién sonriendo burlesco lo impidió y le beso profundamente para molestar a sus hijos.

Ryousuke y Daisuke iban a quejarse cuando un olor a quemado comenzó a expandirse por toda la cocina. Sobresaltado Daiki se separo de un alarmado omega y ganándose unas sonoras carcajadas de sus hijos, retiro el waffle quemado con las manos el cual lanzó al instante por lo caliente, yendo en dirección de los jóvenes alfas que dejaron de reír al ver esa masa quemada dirigirse a ellos.

Finalmente se estrelló en el piso y pronto los reclamos del trío de alfas inicio mientras el omega con cachorro en brazos suspiro, aliviado y apago la estufa para volverse a ver a su esposo e hijos, quienes seguían peleando. Simplemente sonrió sin despegar su mirada y pensó que su familia era lo mejor que pudo haber deseado.


Drabbles & Shot's AosakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora