Me equivoqué al pensar {Lucas Hernández}

Capítulo 14

Narra Lucía
Estaba nerviosa, muy nerviosa. Me encontraba sentada en el banco mirando una y otra vez instagram.
Noté una presencia junto a mi, me giré y le vi, mirándose las manos.
— Hola.
— Hola.— Respondí aún más nerviosa.
— Es verdad que los errores son humanos, y de verdad lo siento tanto, debí haberte escuchado, y ahora necesito que me escuches tú a mí. Es verdad que me besé con esa chica,— Al escuchar eso me iba a levantar pero me lo impidió.— bueno yo no, ella a mi, pero seguro que no viste lo que vino después. Aún estando enfadados le dije inconscientemente que qué había hecho, que tenía novia, porque te quiero, y sí, te quiero, te amo y se lo voy a decir a quien haga falta. No quiero que esa chica que se me lanzó marque nada entre nosotras, porque NOSOTROS, esa es la clave, tú y yo, que no nos importe nada ni nadie mas. Te quiero y quiero que estemos juntos, ¿y tú?
— Claro que si mi principe, te quiero mucho.— Le di varios besos entre alguna lágrima, pero de felicidad.— Vente a casa, vamos a decírselo a mis padres, espero que se lo tomen bien.
— Claro, ¿como no van a tomarse bien que estés conmigo? Soy genial.
— Madre mía, ya te he pegado el ego...— Dije riendo y dándole suavemente en el pecho.
Me dio otro beso y volvimos dando un paseo.
Cuando llegamos todavía no había nadie, así que yo me fui a duchar y Lucas decidió quedarse por mi habitación.
Cuando salí justo escuche la puerta cerrarse.
Me puse la ropa y avisé a Lucas.
— Ehh, ya están aquí.
— ¿Como lo se lo decimos?
— Sobre la marcha, ahora vamos al salón.
— Hola hija, hola...— Dijo mi madre.
— Lucas.— Aclaro este.
— ¿Estais...?— Preguntó mi hermana y la maté y rematé.
— Si.— Dije agarrándole la mano. La cara de mis padres fue un poco de sorpresa.
— ¿Te quedas a comer?— Preguntó mi madre. Oh que diga que no por dios, temo por el interrogatorio.
— Claro.— Mierda.
Nos fuimos al sofá mientras mis padres hacían la comida, luego se vino mi hermana.
— Yo te mato.
— Vale, lo siento, me he alegrado, y encima os he ayudado.
— Bueno es verdad, y tú debiste haber dicho que no.— Dije susurrando.
— ¿Por qué?
— Pues porque ahora viene EL INTERROGATORIO.— Dijo mi hermana dramatizando.
Nos llamaron parar ir poniendo la mesa, y comimos.
Hicieron preguntas, demasiadas, incluso alguna así más incomoda, pero por suerte ya pasó, ahora venía la charla padres e hija.
— Hija, no nos hace mucha gracia que tengas novio ahora que has empezado la universidad, te tienes que centrar en los estudios.
— ¿Enserio? Os importa más unas simples notas, que la felicidad de vuestra hija, ósea no era buen momento tener novio en bachiller y no os gustaba el chico para mi, y ¿ahora no es buen momento? Claro luego no será buen momento porque tendré que trabajar, y cosas así. Él me ha hecho feliz en muy poco tiempo, y esta vez, por muy padres míos que seáis no os voy a hacer caso, lo siento mucho, pero no podéis dirigir mi vida para siempre. Necesito equivocarme para aprender de cada error, necesito tropezarme para saber quién está ahí para levantarme, simplemente necesito vivir. Esto no significa que no os quiera, y que no busqué de vuestra ayuda, al revés, os amo y os voy a necesitar siempre, pero necesito equivocarme.— Salí de allí con alguna lágrima corriendo por mis mejillas, genial otra vez algo que me destroza.
Chat privado Luquitas Uni🤗:
Yo: Lu
Puedes venir al parque?
Por favor❤️
L🤗: Claro
Que ha pasado?
Lu cariño?
Final chat privado.
No respondí estos últimos mensajes, simplemente le necesitaba a mi lado enseguida.
Llegué al parque y me senté en el banco, a los minutos llegó Lucas.
— Cariño, ¿qué te pasa?— Dijo sentándose y limpiándome las lágrimas.
— Que prefieren unos putos número antes que la felicidad de su hija.— Dije llorando en su hombro.
— Haber, relájate, ¿qué ha pasado?— Dijo volviendo a secar mis lágrimas.
— Pues que dicen que no es el momento que tenga novio porque me tengo que centrar en los estudios.
— Oh, vamos Lu, no te preocupes por eso, ellos quieren tu bien, pero tampoco te pueden obligar.
— Ya si luego les he dicho cuatro cosas, pero no sé si me habré pasado.
Estuvimos hablando un rato más, y luego nos fuimos a su casa a estudiar. Recibí varios mensajes y llamadas por parte de mis padres y yo solo le dije a mi hermana un "estoy bien". Igual los estaba castigando demasiado, pero hacía lo que sentía, además estaba estudiando. Descansamos un rato y estuvimos hablando, resulta que son de origen francés, ohh, si es que los franceses enamoran.
— Lucas, ya no me apetece estudiar más...— Dije abrazándole y dejando pequeños besos por su hombro.
— ¿A no? ¿Entonces que te apetece hacer?
— Puede ser que lo que estés insinuando.— Dije para después empezar a besarle.
La temperatura comenzaba a subir, y con ella la ropa pedía a gritos desaparecer, así que cogí las riendas y le quité la camiseta, dejando ver su tatuaje tapando esa cicatriz.
La toqué suavemente sin perder el contacto visual y luego comenzó a besarme de nuevo tumbándome en su cama.
— Mmm... ¿tu madre?— Pregunté como pude entre besos.
— No está.
— ¿Thèo?— Dije y miró su reloj a la vez que sonaba el portero.
— Merde, es Theo, mira que oportuno.— Dijo y yo me empecé a reír, era una situación graciosa. Le seguí hasta la puerta, en la cual al abrir nos encontramos a un Thèo lleno de harina.
— ¿Que te ha pasado?— Preguntamos Lucas y yo riendo.
— Digamos que no se me da bien hacer nada relacionado con pasteles.— Dijo entrando de mal humor.
— Vale... No eres el único que no ha conseguido algo eh.— Dijo Lucas mirándole reprochante. Theo nos miro a los dos varias veces.
— Ah, vale vale, si queréis me voy.
— Ya da igual, ¿te apuntas cine en casa?— Pregunté.
— Que rápido te adaptas eh. Empezarla y cuando salga de la ducha veo.
Pusimos una peli cualquiera y nos tumbamos en el sofá, yo encima de su pecho, olía tan bien, era como... Mi trocito de cielo en la tierra.
Él me estaba haciendo cosquillas en la espalda y yo se las hacía en el pecho. Hubo un momento en el que me quedé dormida, se estaba tan bien y no existía ninguna preocupación.