Capitulo 6

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Al terminar de bajar las escaleras, cargué a Adam, estaba algo inquieto, y ya en mis brazos le expliqué a donde íbamos a ir, se le hizo un poco raro, pero igual aceptó y más por que no caminaríamos. Ya en el carro, nadie habló, Adam durmió un poco, Carlos y su hermana se miraban ocasionalmente, aunque se veía la intensión de parte de Brenda de hablarnos, aunque siempre se quedó ahí, hasta que llegamos.

-Mamá, espero que no te importe, pero traje unos amigos a cenar- dijo Carlos cuando entramos a su casa, y me sorprendió que siguiese viviendo con sus padres, aunque creo que es aceptable, después de todo le quedan 3 años para terminar su carrera.

-Por supuesto que no, ya era hora de que te hicieras otros amigos además de Fe..._ paró en seco al ver a Adam, el cual, intentaba esconderse detrás mio- ¿Quién es el?- preguntó señalando a Adam, que seguía algo nervioso.

-Es mi hermano menor- respondí algo cortante, cosa que siempre hacía cuando pensaban que era mi hijo, que flojera que la gente siempre pensara que era mi hijo.

-¿No podía haberse quedado con tus padres?, es que no creo que quiera estar aquí.

-Ellos...- no pude continuar la frase ya que Adam estaba frente mio, con un poco de lagrimas en sus ojos, como la hermana/madre que era, lo cargué y explique- Ellos fallecieron hace unos años.

-Oh, lo siento mucho- dijo cambiando su mueca de sorpresa, por una de tristeza.

Nos quedamos un momento en silencio, hasta que Brenda intentó quitar la intensión del ambiente, preguntando.

-¿Qué hay de cenar?

-Pollo con verduras- dijo algo seria y dirigiéndose a la cocina para empezar a servir los platos, cuando la seguimos, la voz de Adam se hizo escuchar, haciendo una pregunta un poco dolorosa.

-¿Qué es pollo?- preguntó Adam, todos se nos quedaron viendo así que decidí responder a su pregunta.

-Es un tipo de carne, ya lo has comido en la casa de mis tíos, aunque casi no lo comes.

-¿El que le gustaba a mamá?- Creo que hubiera empezado por ahí.

-Ese mismo.

Ya en el comedor y con los platos servidos, todos comimos, Carlos y yo no echábamos miradas fugaces, aunque si fue algo incómodo, ya que su madre nos estaba viendo un poco extraño.

Al terminar de comer, su madre le preguntó a Carlos.

-¿De donde se conocen?- nos señalo a ambos, lo que provocó que nos miráramos y Carlos carraspeara.

-Nos conocimos en la prepa- respondió Carlos.

-¿En serio?, ¿Y porque no estaba en la graduación?, ¿O yo no la ví?

-Bueno, es que yo salí antes de su hijo.

-Solo es 2 semanas mas grande que yo mamá- dijo Carlos al ver que su mamá se sorprendía, por lo visto no le gustaba que fuera un ciclo escolar más alto que su hijo.

-Y, ¿Qué estudias? supongo que si lo haces, ¿No?

-Una maestría en literatura y lingüística.

-¿Y eso que es?- preguntó Brenda, era triste ver que casi nadie sabía lo que era, por el simple hecho de a casi nadie le gustaba la literatura.

-Seré maestra de literatura, ya sea en la universidad, en preparatoria o secundaria.

-¿Y el?- preguntó su mamá señalando a Adam.

-Va a pasar a tercero de preescolar.

-Es tan pequeño- dijo Brenda agarrándose las manos y agudizando la voz, lo que claramente se enojara un poco, ya que no le gustaba que le dijeran que estaba pequeño.

-No es cierto, ita dice que ya soy niño grande, porque ya me llevo a ese lugar para darme mi regalo de cumpleaños.

-¿A que se refiere?- preguntó Brenda

-Le dije que lo llevaría al cine cuando estuviera grande, y hoy lo lleve al cine, así que para él, ya es niño grande.

-¿Y porque hasta que estuviera grande?

-No tengo mucho dinero como para cumplirle sus caprichos, de echo nos alimentamos, de sandwich, ensaladas, cereales o algo que no necesite calentarse.

-¿Por?

-Me da miedo el fuego, aparte, como ya dije, no tengo como para comprar gas, así que evitamos toda esa clase de alimentos- espero que entendieran mi punto, pero mis padres no estuvieron ahí para explicarme varias cosas, que esperaba aprender con su ayuda.

Seguimos platicando un poco más, aprendiendo un poco de las dos familias que se encontraban en la mesa, hasta que Adam me dijo:

-Ita tengo sueño, vayámonos a casa.

-Esta bien vayámonos.

Lo levante, agradecí la comida y mientras me iba acercando a la puerta Carlos se acerco a nosotros.

-Yo los llevo

Lo mire un momento, pensaba en negarme, pero ya era algo tarde como para irme caminando hasta casa sola, además, mi casa estaba muy lejos, así que no tuve otra opción mas que aceptar.

-¿Como te la pasaste?- preguntó Carlos rompiendo el silencio.

-Tu mamá es una buena persona, al igual que tu hermana, y tu tuviste una conducta aceptable.

-Ni porque tus padres murieron dejaras de ser tan mala con los hombres- si, siempre fui mala con ellos, no me gustaba hablarles, aunque eso no significaba que tuviera que sacar el tema de mis padres.

-Para el auto.

-¿Porque?

-Solo aslo.

Paro el coche y me volteo a ver, lo mire un segundo luego a Adam, después a la calle y descubrí que solo hacían falta unas cuadras para llegar a casa así que abrí la puerta y cuando iba a bajarme con Adam lo mas abrazado posible, para que no se me cayera, Carlos me agarró del brazo.

-¿Dije algo malo?

-Eres un estúpido.

-¿Que dije?

-¿A ti te gustaría que tus padres se murieran, y que tengas que criar a tu hermano 15 años menor que tu, y que cada lugar a donde vayas se te quedaran viendo, pensando en que fuiste irresponsable y que tuviste un hijo, del cual el padre no se quiso hacer cargo?

-No.

-¿Entonces como de dices en mi cara que mis padres han muerto?, si era mala en mi adolescencia, era por pura cura, idiota.

-Lo siento

-No te disculpes, solo suéltame y déjame ir a mi casa.

Me soltó, agarre a Adam y me baje del auto, empecé a caminar hacia mi casa, esperando a que me siguiera e intentara disculparse conmigo, por lo que había dicho minutos antes, en cambio, escuche que se retiro hacia atrás voltee y lo mire alejarse.

Llegue a mi casa desperté a Adam y fue por la vela para poder abrir la casa, entramos e hicimos lo de cada noche, bañarnos y dormirnos en la cama que anteriormente había sido ocupada por nuestros padres.

Antes de dormirme, me puse a pensar en lo que había pasado, horas antes, pensaba en mi reacción a lo que me había dicho, y lo que hizo cuando me baje del carro. Esa noche tome una decisión, no volvería a ver a Carlos, no lo podía ver, después de que haya echo tal idiotez.

Gracias a su muerte te encontre  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora