《22》

714 40 4
                                    

Seis meses después. . .

Sobre mí se desliza la luz del sol que me baña con su resplandor que sale desde mí ventana en toda la habitación. Abro lentamente mis ojos y mantengo la miradas fija en el techo de la habitación. No tenía ganas de levantarme, quería estar en cama todo el día. Desde que mis vacaciones iniciaron no he hecho nada más que estar aquí encerrado durmiendo. La ciudad está aún más tranquila. Sin amenaza de ningún villano destructor.

Después de minutos, me sobresalta una llamada a la puerta de mis aposentos. Estaba sentado en el filo de la cama, colocándome una camisa. Veo a Iris que espera con una bandeja plateada apoyada en los dedos. Sobre ella descansan dos platos de panqueques con miel y una taza de café. Le doy la gracias a Iris después de haber saludado.

-Espero que lo disfrutes -me dice con una sonrisa.

-¡Gracias, Iris! -me volteo hacia la habitación y, después cierro la puerta y coloco la bandeja plateada sobre mi cómoda situada en un costado de ella. No tenía tantas ganas de desayunar hoy.

No he tenido tantas ganas de salir desde hace seis meses que Cailtin se fue de la ciudad y quien sabe por cuantos más esté ausente. Me resultaba muy difícil superarla, no podía dejar de pensar en ella. Pero creo que tenía que olvidarla.

Luego recibo una llamada de Cisco en mi móvil diciéndome que vaya cuanto antes pero en su voz no se notaba preocupación, se notaba alegría y felicidad. Aquí es cuando uso mi velocidad y me dirigí hacia Star-Labs sin dudar. Al entrar encuentro a todos reunidos conversando acerca de algo, con copas de champán en sus manos, globos por todas partes y bocaditos. Como un tipo de fiesta. En el centro había una cartel que decía "Bienvenida".

Nadie había notado mi presencia al entrar. Pero si puede notar una sola cosa que Cailtin estaba ahí. Me quede casí boquiabierto de verla después de 6 meses y solo tenía ganas de tenerla entre mis brazos de nuevo. Pero eso no sería posible, tenía que preguntarle porque se alejo por tanto tiempo. Al verla ahí entre toda esa multitud de gente solo podía leer en sus labios un montón de carcajadas y palabras que salían de su boca sobre un tema de conversación. No quería arruinarle el momento de su llegada, porque me imagino que eso deben estar celebrando, ¿Qué otra cosa podría ser?

Me quedé obserbandola por unos minutos para poder descifrar lo que estaban hablando. No podía portarme con un atrevido e intervenir en la conversación y se sentía incómodo ir a saludar como si nada. Dejé de observar cuando Caitlin posó su mirada fija en la mía. Incline la cabeza rapidamnete y me voltee en dirección a la puerta de salida, no sentía ganas ni deseos de estar allí.

—¡Oye Barry! —me llama Cisco de un solo grito ladeando la mano para que vaya. Me quedó inmóvil unos segundos y después volteo ante su llamado. Lo miro y le sonrío fingidamente mientras camino en dirección hacía él. A medida que me voy acercando hacía ellos observo detenidamente a un hombre que se encontraba en el lado izquierdo de Cailtin. Observaba cada una de sus características; cabello rubio de ojos azules; piel blanca y vestía un traje muy elegante como para la ocasión. ¿Pero quién es ese? ¿Qué hace aquí?

—¡Hola! —saludo tímidamente con la mano y una sonrísa leve.

—¡Te estábamos esperando! —afirma Cisco con una sonrísa en los labios.

—¿Ah sí? ¿Como así? —pregunto extrañado pero sin dejar de sonreír para no mostrar incomodidad alguna.

—No podemos celebrar esto sin tí... —argumenta mirando a Caitlin. Había olvidado saludarla por estar observando a aquel tipo en su izquiera, pero luego le di un abarzo y un pequeño beso en la mejilla, el cual, ella acepto con amabilidad.

—¡Que bueno! —sonrío, luego lo agarro del brazo y lo arrastro un poco lejos hacía el otro lado—Cisco, ¿Quién es ese? —le pregunto en un susurro acercándome un poco a su oreja para evitar que los otros escuchen.

—Es Julián Albert él nuevo novio de Caitlin —susurra con sutileza a evitar ser escuchado. En ese momento mi cabeza estalló peor que una bomba y mi corazón latio fuertemente sin parar. ¿El novio de Caitlin? ¿QUÉ? Empezaba a creer que los seis meses que estaba fuera fué para conseguir novio. Estaba confundido, necesitaba respuestas.

—¿QUÉ? —grito. Las pocas personas que se encontraban en mi alrededor me miraron como un bicho raro incluyendo a Caitlin y su "Noviecito" pero yo seguía en Shock.

—¡Ven aquí! —me toma de la muñeca derecha y me lleva donde el hombre que apenas conocía. Trataba de soltarme pero no podía, era tan fuerte su agarre que no podía safarme.

—Julian él es Barry uno de los cientificos forense de  Star-Labs. Barry él es Julian —sonrío mientras Cisco me presenta ante Julian. Ambos estrechamos nuetras manos y nos damos un fuerte apretón como saludo. Caitlin sonríe fingidamente ante la situación. Podía notar tanta expresión de incomodidad en su rostro al presentarme con Julian.

—El es mi novio... —concluye Caitlin rascándose la nuca detrás de su lacio y rizado cabello castaño. Ahora ya entendía a que se debía toda esta celebración y no solamente era por su llegada a Central City sino por su nueva relación amorosa.

Caitlin me miro por unos momentos y luego desvió la mirada hacía otra dirección. Mire a Cisco de reojo y luego asiento.

—¡Felicidades! —digo sonriendo con un tono de dolor. Luego decido retirarme y me volteo hacía la salida sin decir una sola palabra.

—Oye Barry, ¿No te quedas? —pregunta al ver que me retiro sigilosamente sin decir nada.

—No, tengo otras cosas que hacer —miento. Realmente quería evitar toda está situación, no quería tener que ver como Caitlin era feliz a lado de Julian. Prefería estar solo. Me retiro sin despedirme de nadie y me pierdo entre toda esa multitud hasta que llego a la salida.

Al filo de la media noche me encontraba caminado perdidamente por las solitarias calles de Central City que se cubrían de neblina y frío. No podía dejar de pensar en Caitlin, en todo este tema. La había perdido completamente pero aún así necesitaba hablar desesperadamente con ella. Estaba confundido y necesitaba saber que es todo esto. Me dirigí hacía mi casa y me encerre en mi habitación tumbandome sobre la fría cama distante. Lagrimas querían salir de mis ojos pero me contenía el llanto. Me estoy quemando por dentro. Sentía un nudo en el pecho, un nudo que no había forma desatar.

Traté de relajarme y cerré lentamente los ojos. Poco a poco mi mente se iba poniendo en blanco que solo se podía sentir el frío aire recorriendo por todo mi cuerpo. Me enfoque en el suave sonido de la brisa y me quedé profundamemte dormido.


《 YOUR BARRY 》 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora