¿Del odio al amor? - [Yaoi] CastielxNath

Tercera Parte

 

Sacudí un poco mi cabeza y parpadeé un par de veces tratando de comprobar que aquello fuese un sueño. ¡Pero no lo era! ¿Acaso había escuchado bien?

Estaba en la oficina de la dirección pues me habían informado que la directora quería verme, así que me apresuré lo más rápido que pude para llegar, pero jamás pensé que el motivo fuese  para pedirme algo de aquella magnitud.  

—Disculpe, no escuche bien —dije con un ligero tono de incredulidad—. ¿Qué haga qué?

La directora suspiró antes de responder.

—Sé que le estoy pidiendo algo un poco complicado…, pero solo usted es el indicado para este asunto —respondió con voz pausada, mientras tomaba un sorbo de la taza de su café—. Si no eres el tutor de Castiel este reprobara el año.

—Eso lo entiendo perfectamente pero… ¿Por qué yo de tantas personas disponibles? —inquirí.

—Joven Nathaniel, le recuerdo que usted es el delegado de clases, además es uno de mis mejores estudiantes, solo le puedo pedir esta tarea a usted.

—Pero Castiel…

—Véalo como un reto —interrumpió, cortando por completo mis repliques.  

Tras un par de segundos se calmó un poco y suspiró de nuevo.

—Sé perfectamente que Castiel es un alumno difícil, pero en nuestras manos está el poder de ayudarlo, y solo cuento con usted —dejó la taza de café sobre su escritorio, mirándome fijamente a los ojos—. Espero que haga lo mejor posible. Ya le he avisado a Castiel y al parecer no tiene inconvenientes. Pueden comenzar esta misma tarde.

Di por terminada aquella discusión al verla concentrar toda su atención en los papeles frente a su escritorio. Sin más remedios suspiré y salí de aquella oficina.

Esta situación era de lo peor «¿Ahora qué podía hacer?»  

La última vez apenas y pude escapar de los acosos de Castiel. Realmente había pensado que llegaría hasta el final así que no tenía ni la mínima intención de querer estar a su lado, y ahora tenía que pasar los días siguientes siendo su tutor.

Tenía que ser astuto y encontrar una manera de ayudarlo con las asignaturas en las cuales no iba bien y lograr que en ese tiempo no me acosara… ¿Pero que estaba pensando? ¿Siquiera era eso posible? Estaba acabado.

No creía que Castiel lograra contenerse la próxima vez.

Mientras caminaba por los pasillos aquel asunto seguía rondando por mi cabeza. Iba tan ensimismado en mis pensamientos que sin darme cuenta tropecé con alguien y casi me voy de bruces.  

—Ah lo siento, no me fije por donde iba —dije rápidamente. Al alzar la vista pude notar que se trataba de Alexy.

—Tranquilo, estoy bien —sonrió—. Pero ¿Te ocurre algo? Te ves algo tenso.

—¿Tanto se nota? —Esbocé una pequeña sonrisa—. Es que…, tengo unos cuantos problemas que resolver.  

—Vamos, no creo que sean problemas tan graves —animó—. Al menos no creo que sea algo que un delegado no pueda resolver.

—Debería pensar lo mismo…, pero esta vez es un poco más complicado.

—Bueno, ¡espero que logres resolverlo! —exclamó—. Ahora debo irme, se acercan los exámenes y puesto que no llevo mucho tiempo aquí tengo mucho que estudiar, por lo que debo ponerme al día —suspiró—. Lo mío sí que es un problema, no quiero reprobar nada.