Una vez, mientras yo estaba enterrando a uno de mis egos, se acercó a mí el sepulturero, para decirme:
-De todos los que vienen aquí a enterrar a sus egos muertos, sólo tú me eres simpático.
-Me halagas mucho -le repliqué-; pero, ¿por qué te inspiro tanta simpatía?
-Porque todos llegan aquí llorando -me contestó el sepulturero-, y se van llorando; sólo tú llegas riendo, y te marchas riendo, cada vez.
ESTÁS LEYENDO
EL LOCO - Gibran Khalil
Storie breviUna serie de breves relatos reunidos por el autor en torno de esa transformación, Khalil Gibrán redescubre la libertad que confiere la soledad bien aceptada y la seguridad proveniente de reconocer que toda comprensión siempre esclaviza algo en nosot...