Llovía, a cántaros, como si el cielo, tocaba los tambores de la guerra que se avecinaba.
Eva, Evangelinne, lady Evans, Ama, sumisa, Señorita Evans. Son muchos nombres para una sola persona. Puedo con tantas personas en un solo cuerpo. ¿O no? Mire como Eva se revolvió en la cama, y me abrazo... El clima de este día debe ser muy bajo pues el frío era muy fuerte, esa fue la razón principal por la que estaba en este cuarto, Eva me prohibió rotundamente acercarme a su habitación y cuando comenzó el frío no pudo evitar pedirme que entráramos, lo preocupante es lo caliente que está su cuerpo ¿Cómo puede preocuparme tanto?
-¿Estás bien? - Ella comenzó a temblar-¿Eva?
Abrió los ojos lentamente, los tenía algo rojos al igual que sus mejillas
- ¿Me haces chocolate caliente? - Le sonreí mientras me levante de la cama, estábamos en su departamento, a pesar del calentador hacía un frío tremendo... Ella se acurruco en la cama mientras fui a hacer el cacao... Me tomo un poco más de 15 minutos, tome la taza de Eva y se lo lleve a la cama, ella se incorporo y me sonrió- Gracias... -Acarició mi cabello
Toqué su frente estaba algo caliente aún - ¿Tienes algún termómetro por aquí?
-En el cajón- Dijo muy bajo y bostezo , fui al cajón y entre aspirinas y distintas pastillas encontré el termómetro, luego de encenderlo se lo puse bajo el brazo, porque era digital, luego de unos momentos dio un pitido
-Evangelinne tienes fiebre- Dije buscando acetaminofén en el mismo cajón, ella me miro seria al parecer no le gustaba tanta atención, o tal vez si. - ¿Quieres ver una película?
- Uhmm, no sé... ¿Qué tienes en mente? -Alcé los hombros
- ¿Quieres ver todo todo? - Ella se rió
-Mejor, pon porno, Gusttavo - Dijo con ese tono arisco y divertido que usualmente usa
- ¿No la has visto cierto? - No respondió, conecte mi celular al plasma y pase la película de una deslizada, ella se quedo acostada
-Más te vale que sea buena- Dijo mientras veía a la pantalla, se acurrucó sobre mi, mientras comenzaba la película, la chica comenzaba explicando, que era su enfermedad, mientras sentí la suave mano juguetona en mi pantalón, me tensé un poco mientras ella reía, lo que hizo que ella sonriera, posó la punta de su dedo en la punta de mi glande, era deliciosa esa sensación, ella sonreía y me miro, en sus ojos vi mil fantasías que se le ocurrían, sentí entonces el sonido de un empaque abrirse, y el olor a fresas era magnífico, la mire muy tarde, pues ya la tenía sobre mí, jugaba con mi verga acariciando su coño que estaba cada vez más húmedo, mordí mi labio, era tentadora, y esa forma de sadismo, metió la punta de mi verga, en su coño, por amor de Dios, comenzó a rebotar un poco, subía y bajaba, sentí el mágico choque entre sus piernas y las mías, estaba sobre mí, y comencé a mover mi pelvis, pero ella se detuvo y negó como advertencia...
- No, te muevas, mientras más te desesperes, menos me muevo ¿Quieres que me mueva? - preguntó, quería que se moviera, se movía como diosa, era tan, indescriptible...
- N..no lo haré- respondí mientras ella tomaba mis manos y los sujetaba para darse resistencia, hacía diferentes formas. Se movía de una forma indescriptible y tan placentera, que era imposible no querer tomar el control, pero, te mueres por obedecer, aunque no de una orden...
- Gus... Uhmm... Gus - Me encantaba darle placer... saber que la hacía sentir bien, pero, quería hacerla mía, para mi... Tocarla, acariciarla, pasar suaves caricias por su piel...
*****
Eva estaba tomando una ducha, tocaron la puerta de la casa... Fui a la puerta, estaba en la cocina, preparaba algo para comer... al abrir la puerta, me encontré con una chica, pelirroja, de ojos ámbar, el cabello liso perfectamente peinado. Era esa típica Lady, engreída, interesada y sin belleza interna...
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¡NO TE PERTENEZCO!
RandomEn la ciudad de Boston, Evangelinne Evans, una exitosa abogada del bufe más prestigiado de la ciudad e incluso del mundo.. Evangelinne, dulce dulce Evangelinne, Ni la persona más pura es completamente blanca, ella no es la excepción, Evangelinne al...