1: Reencuentro.

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Dos años habían transcurrido desde el fin de la gran guerra de los cien años y la derrota del ex-señor del fuego Ozai.

En aquel tiempo las cosas iban con calma, todo estaba en paz y prosperidad, las cuatro naciones se estaban recuperando de la guerra y nuestros jóvenes héroes estaban restableciendo sus vidas poco a poco, Aang y Katara habían avanzado en su noviazgo, al tiempo que Toph, Katara, Sokka y Aang eran compañeros de piso, pues habían comprado una casa en los dominios de la Nación del Fuego y compartían los gastos, Sokka mantenía su relación con Suki y en cuanto a Zuko y Mai...

Bueno, ellos estaban teniendo problemas en su relación. Y es que, durante aquel tiempo muchas cosas habían pasado, aventuras que todos recordarían y que sin duda quedarían para las próximas generaciones; en las cuales la relación de estos se había tensado hasta un punto de inflexión.

Sin embargo, ninguno de los dos quería renunciar a aquella relación, a pesar de que esta estaba llegando a un punto en el que ambos estaban resultando seriamente dañados.

El caso es que su relación estaba tambaleando y ciertamente no era para menos...

Unas semanas después de haberse de haberse cumplido un nuevo aniversario de la derrota de Ozai, nuestros jóvenes héroes estaban en la casa del té de Iroh, todos a excepción de Aang y Katara, quieres iban de camino para allá, pero en el trayecto algo distrajo al avatar, de pronto creyó ver una figura conocida.

No puede ser cierto... -pensó, aún así decidió acercarse a ver, mientras Katara iba tras él.

— Aang, espera ¿Qué pasa? ¡Aang! -sin embargo el joven no prestaba atención.

— ¡Tengo que ir a comprobar algo, Katara! ¡Dame un momento! -contestó el joven mientras avanzaba entre las personas.

Siguió avanzando, esquivando a las personas en el proceso, a la vez que Katara iba corriendo tras él. Una vez que quedó a menos de dos metros de distancia de aquella persona se detuvo, su corazón golpeaba con fuerza su pecho, latiendo desbocado en un martilleo constante.

Aquella chica estaba de espaldas a él, viendo algunas manzanas en uno de los puestos del mercado, cuando de repente, sintió como era observada por alguien, por lo que con lentitud, giró sobre sus pies para encarar aquella profunda y penetrante mirada.

Fue entonces cuando los ojos de ambos se abrieron con asombro.

El nerviosismo se apoderó de su joven cuerpo, hacía tanto tiempo que no la veía. Más de cien años, exactamente.

— ¿Mizuki? ¿Eres tú? -el chico necesitaba corroborar que no estaba en un error, que lo que veía frente a él no era una simple alucinación debido al incesante calor del verano.

La chica lucía como si hubiese visto a un fantasma, totalmente sumergida en sus recuerdos, por lo que tardó en responder.

— Aang... -dijo con voz temblorosa.

— ¿Mizuki? ¿Pero cómo? ¿Cómo es que...? -el chico no pudo completar la frase al sentir la voz de su novia, que lo trajo a la realidad.

— Aang ¿Pero qué te pasó? -habló la chica casi sin poder respirar debido a la carrera que emprendió detrás del chico- Aang ¿Qué te pasa?- la chica veía la cara de sorpresa de su novio y después dirigió su vista hacia la joven que estaba en frente de ellos de igual manera- ¿Se puede saber qué está pasando?

— Aang estas muy cambiado ¿eh? -hablo por fin la joven a quien el avatar había llamado Mizuki.

Era cierto que el avatar estaba cambiado, estaba más alto y fornido, y además, recientemente había cumplido 15 años y sus facciones se estaban volviendo más adultas.

— Sí, aunque tú no has cambiado mucho Mizuki -dijo él respondiendo.

Ella era una joven alta de cabellos ondulados como los de Katara, con la diferencia de que estos eran blancos como la nieve; este estaba sujeto con unas bellas cintas azules con perlas y en la parte alta de su cabeza, en su frente una tiara que tenia la insignia de la tribu del agua, su ropa era un vestido color azul con mangas semitransparentes, con detalles en dorado en el corsé y una abertura de un lado de la falda del vestido, y además tenia un chal de gasa fina color azul, también semitransparente encima de sus brazos el cual la hacía ver realmente elegante, tenia un collar con conchas de mar, su tez era morena como todos los de su tribu y en cuanto a sus ojos eran color plata, los cuales le iban muy bien ya que tenia unas pestañas hermosas y unos labios color rosa pálido.

— Aang, Aang... ¡Aang! - gritaba Katara, quien ya estaba empezando a perder la paciencia, no le gustaba que la ignoraran y realmente estaba tratando de entender que estaba ocurriendo.

— Katara ella es Mizuki, una vieja amiga... De cuando todavía vivía en el templo Aire -dijo por fin Aang reaccionando.

— ¿Ah? -dijo la chica en shock, aquella declaración la tomó totalmente desprevenida.

La muchacha rió con suavidad.

— Me llamo Mizuki, soy una amiga de Aang, mucho gusto en conocerte...

— Katara -completo la maestra agua- y ¿Cómo es qué...?

— Es una larga historia... -habló Mizuki

Continuara ...
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Después de una larga búsqueda en internet he encontrado un par de imágenes que creo que representan bien a Mizuki. Además, los que me hayan leído antes sabrán que me gusta imaginar mis historias como si fueran Live Action.

Ella en base está inspirada en Kidadatash (O Kida) de Atlantis: El Imperio Perdido. Así que aquí les dejo una imagen de como me imagino a Mizuki en el fic.

 Así que aquí les dejo una imagen de como me imagino a Mizuki en el fic

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Nos leemos pronto ...

Editado el 02/02/2021

Enseñandote a querer (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora