La brisa matutina rompía suavemente en la ventana del humilde departamento. El aroma a huevos revueltos hizo despertar a Camila, que hasta hacía unos momentos dormía plácidamente.
—¿Lauren? —Preguntó con voz ronca mientras se frotaba los ojos.
El ruido del tenedor revolviendo en la sartén cesó por un instante.
—¿Ya despertaste?—Dijo una voz desde la cocina—Maldición.
Camila se incorporó y caminó perezosamente hasta la puerta de la habitación, con una cobija cubriéndole la espalda.
—Quería hacerte un desayuno sorpresa—Afirmó la ojiverde— Pero como todo en la vida... Me salió reverendamente mal.
—Oye... No seas así—La consoló Camila—Sabes que todo lo que haces está bien para mí, el gesto es lo que importa.
La más pequeña se acercó a su novia y la besó tiernamente en los labios; donde pudo apreciar el perfume a bebé que traía puesto la otra.
—¿A qué hueles? —Le preguntó, divertida.
—¿Eh? —Cuestionó Lauren, mientras se olfateaba—¡Ah! Es que no encontré mi perfume y bueno... me puse creo que un aceite de Johnson's Baby.
Camila volvió a reír y le besó la frente.
—Quería hacerte un desayuno muuuuuuuuuy especial—Dijo Lauren, mientras miraba al techo y sonreía—Bueno, de hecho, lo estoy haciendo: compré ingredientes especiales para la ocasión.
—¿Y qué celebramos?
Los ojos verdosos de la mayor se posaron en los iris chocolate de Camila, con una mirada que le transmitía miles de cosas, pero, a la vez, le era indescifrable. De eso se trataba básicamente convivir con Lauren Jauregui, la chica era un baúl de emociones espontáneas y secretos de cristal guardados detrás de esos hermosos ojos color esmeralda. Por eso Camila siempre le decía que eran como una galaxia, y ella era su "planeta de ojos verdes".
—¿No lo sabes? —Interrogó.
Camila se hizo la pensativa, mirando al techo mientras meditaba con el dedo índice en su mentón.
—Pues... El día de la independencia hoy no es... tampoco pascuas ni Navidad... ¡Ya sé! —Exclamó—Hoy es el aniversario del fallecimiento de Georges Perec.
Lauren rió.
—¿Quién demonios es Georges Perec?
Camila se hizo para atrás melodramáticamente.
—Es un escritor francés, Lauren. Francés como el pan que se te va a quemar si no prestas atención a las tostadas.
—Eres una idiota—Dijo la chica de cabello negro—Te amo. ¡Te amo maldita sea!
Lauren corrió unos pasos y la abrazó con todas sus fuerzas, tanto que levantó a Camila por los aires, ambas riendo como dos niñas jugando en un carrousel.
—¡Feliz cumpleaños Camz! —Gritó la muchacha.
—Vas a despertar a los vecinos—Dijo Camila, sin desaparecer su sonrisa embobada.
—Me importan un cuerno los vecinos. ¡Te amo y hoy es tu cumpleaños! ¡Yay! ¡Mi niña ya tiene diecinueve!
—¡Lauren! ¡No me llames así! Parece como si fuera tu hija—Rió la cumpleañera.
—Entonces amo el incesto y la pedofilia.
—Eres una tonta—Sonrió.
Lauren quiso hacer un movimiento para pararse encima del sofá (por alguna razón) y se dio dolorosamente en el pie, justo en su dedo meñique.
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Después del Eclipse | Camren
FanfictionCamila y Lauren se han amado desde hace mucho tiempo, pues el destino pareció encontrarles un refugio mutuo, ya que ambas estaban enamoradas recíprocamente. Pero una terrible noche de eclipse, el presidente de su estado decide hacer una intervenció...