Capítulo 13.

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Cuando Naruto despertó el martes por la mañana, estuvo desconcertado por un segundo. Las luces entrando al cuarto no se sentían normales y no podía escuchar los ruidos de sus vecinos de arriba. Sus sábanas no olían a flores como el polvo de lavar que él usaba. Su pánico sólo duró medio segundo...después abrió los ojos y se topó con una mata de pelo negra con piel blanca con pestañas oscuras. Se dio cuenta que el intenso calor que sentía, emanaba del chico a su lado y se relajó.

El cuarto estaba en silencio, no se escuchaba nada más que el tráfico. a lo lejos, y el respirar de Sasuke en su oído. Naruto dejó salir un lento y profundo suspiró, viendo hacia abajo para poder admirar bien la cara del chico.

Dejó que su mirada disfrutara cada centímetro, desde sus mejillas hasta la pequeña sonrisa que tenía aun cuando dormía.

Naruto sabía lo que sentía hacia al chico, pero era difícil descifrar a Sasuke. A pesar de que sus ojos negros siempre reflejaban sus emociones, ¿cómo saber lo qué sentía? Tenía tantas facetas, podía ir de juguetón e inmaduro a sexy e intimidante en tres segundos, y a Naruto se le dificultaba desenvolver el gran misterio de quién era Sasuke Uchiha. Naruto deseaba que Sasuke fuera quien él quisiera ser. Él se sentía libre de ser él mismo cuando estaba con Sasuke, y quería ser exactamente lo mismo para el otro chico.

Deslizó su mano sobre los cabellos, suavemente. Y se le ocurrió una idea. Aunque un poco tonta...se le ocurrió que de todas las veces que Sasuke le había hecho el desayuno, ni una sola le había devuelto el favor...aunque la verdad no tenía caso. Los omelettes de Sasuke eran probablemente lo mejor del mundo.

Naruto se desenredó de las sábanas lo más rápido y silencioso que pudo. Siempre mirando a Sasuke para asegurarse de que no mostrara señales de despertarse. Una vez que se aseguró de ello, lo miró un poco más y sonrió. Se puso sus botas de nuevo, y salió de puntitas del departamento asegurándose de dejarlo sin seguro, para poder entrar de nuevo.

Obviamente no intentaría cocinar algo; Naruto y la cocina no se mezclaban bien.

Había un pequeño café justo en frente de la parada de autobús donde él había estado ya varias veces; era ahí a donde se dirigía. Era una mañana fría, metió sus manos en las bolsas de sus pantalones. La idea de un café fuerte y los pastelillos más dulces que pudiera encontrar lo emocionaba. Estaba exhausto y apenas eran las ocho y treinta; lo que significaba que no había dormido ni cinco horas. Pero a pesar de eso, Naruto hizo tiempo récord en ir y volver del café; no le gustaba la posibilidad de que Sasuke despertara y pensara que se había ido sin decir adiós, porque él bien sabía lo que se sentía.

La excursión tomó quince minutos, pero en ese tiempo Neji se había despertado y salía de la segunda habitación bañado y vestido, luciendo completamente despierto a pesar de haber dormido probablemente menos que Naruto.

Saludó a Naruto con una ceja levantada cuando entró en el flat.

-Pensé que te habías ido -dijo despacio, consciente de los chicos dormidos -

-Por supuesto que no. Sólo fui por el desayuno -dijo entrando y caminando directo a la cocina, para depositar los vasos y dos bolsas llenas de pastelillos calientes -

-¿Es eso café? -preguntó Neji esperanzado y Naruto sonrió -

-Ah...alguien igual que yo. El mejor café. Traje un café para mí y un té para Sasuke, pero no sabía qué les gustaba a ti y a Sai, así que traje uno de cada uno...supongo que a Sai le toca el té -

Neji se concentró en su vaso de café, con una sonrisa en su cara. Naruto estaba acostumbrado a verlo frunciendo o serio, así que era extraño verlo así de emocionado por algo tan pequeño, pero de todos modos la sonrisa le sentaba bien.

For angels to fly (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora