Un trabajo

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—En el palacio de Anderson—

—Se nota que me amas, pues me estas mandando a la boca del lobo— se sentó en su escritorio.

—Bueno creo que no tienes opción, pero si no te crees capaz de hacerlo puedo pedírselo a alguien más— acerco su mano al teléfono cuando esta se lo arrebato.

—Estas retándome— se levantó.

—podrías tomarlo como tal—

—Está bien, ¿cuando empezamos?—

—Cuando quieran— se levantó y se acomodó el saco —Pero mientras más pronto mejor, ahora tengo un compromiso, y tú tienes trabajo que hacer, aquí están las imágenes y la descripción del chico, su nombre es Kurt Hummel y si quieres saber lo demás está en la carpeta— tomo su bolso y salió de su oficina.

—A la orden— sonrió, pues amaba los retos.

-.-.-.-.-.

El castaño se había quedado dormido, no sabe por cuánto, pero se despertó por algún extraño aroma que se había formado, era algo desagradable.

Se levantó sin ver nada por supuesto, se guio de la pared para ver si podía encontrar algún interruptor, camino unos metros y lo encontró, al presionarlo se prendió la luz, pero lo que vio no fue nada gratificante para sus ojos, soltando un grito .

Aquello que vio era a alguien a la mitad del cuarto atado a una silla, lleno de sangre, cortes en el brazo izquierdo y quemaduras del lado derecho, un par de varillas calvadas en cada una de sus piernas, la nariz escurriendo sangre y si sus ojos no le mentían había un par de dientes en el piso.

—Mi..Mierda— empezó a hiperventilar, vio su brazo y se dio cuenta que en lo que había caído era sangre, pego otro grito.

—ayúdame...— dijo el hombre que se encontraba atado, que más que un grito de ayuda se escuchó más como un murmullo, este tuvo miedo pero se acercó un poco y se dio cuenta que era el hombre con el que venía atado, la rata o como le habían llamado, pero con el rostro tan golpeado y algo desfigurado le costó reconocerlo.

Se asustó aún, más pues pensó que tal vez podían hacer lo mismo a él.

Un poco de bilis subió de su estómago a su boca, que inmediatamente la cubrió para no sacar aquello pero no aguanto, lo que había desayunado se había ido en cuestión de segundos.



—Por dios no— ahora estaría en serios problemas.

Julia tenia los papeles que Anderson le mando a buscar.

—Aquí están señor— mostro los papeles en mano.

—Perfecto, vámonos, tenemos que ver si el terreno está en condiciones— dijo mientras miraba su reloj, dándose cuenta que era algo tarde.

De momento uno de los guardias se le acerco corriendo —Señor Anderson, Señor Anderson—

—¿Qué ocurre?— pregunto mientras acomodaba las mangas de su traje.

—Hay un problema—

—Lo siento pero llego tarde a una reunión, sé que están lo suficientemente capacitados como para arreglarlo— se dio la vuelta y siguió su camino hacia el elevador.

—Señor, es Hummel— inmediatamente Blaine volteo a verlo.

—¿Qué ocurre con el?— se preguntó, que más problemas podría causarle, además de los que ya tiene.

La Droga Mas Valiosa (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora