Carteles y Mafias

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Kurt despertó en una alcoba desconocida, estaba muy poco iluminada, pero era igual de grande que la anterior. Cuánto dinero tendrán estas personas, pensó el castaño.

Con cuidado y un poco mareado se sentó, al sentarse se percató que vestía otra ropa, que al fijarse bien se dio cuenta que era de marca.

—¿Que... — vio detenidamente la pijama, los detalles e incluso lo suave que era, por curiosidad levanto la horilla del pantalón de pijama, solo para darse cuenta que también tenía otra ropa interior, aquello hizo que se sonrojara con fuerza.

Las puertas se abrieron de golpe causando un pequeño espasmo al castaño; entro una joven, de cabellera negro, de rasgos latinos y vestía con ropa casual, pero no perdía elegancia, llevaba consigo una mirada seria, que hizo estremecer un poco al ojiazul.

No otra vez

—¿Kurt hummel?— pregunto.

—Si...— trago en seco.

Ella sonrió —Felicidades señor Hummel, regresara a casa— se sentó a la orilla de la cama.

—¿Cómo? — kurt no estaba muy seguro de a ver escuchado bien.

—Como escucho, regresara, vera a su padre, sus amigos, a su familia, bla, bla, bla— dijo sacando su teléfono revisando unos mensajes que le habían llegado.

—¿Enserio?—

—¿Tengo cara de que estoy jugando? — quito la mirada de su teléfono para voltear a ver al ojiazul.

—Lo siento— regreso la mirada a su celular.

—Como sea, no logramos recuperar ningún artículo personal suyo, pero cambiamos su ropa y algunas vendas que tenía, vaya que se divirtio con Anderson— soltó una ligera risa.

—¿Lo conoce? — kurt estaba lleno de preguntas y si tenía la oportunidad de que las contestara, entonces él iba a aprovéchala.

—Todo el mundo conoce el apellido de ese bastardo mal nacido—

—Al parecer no te agrada—

—Es como una piedra en el zapato— soltó otra pequeña risa —una piedra homosexual— soltó una carcajada —Ahh... me encanta chingarlo con eso— Kurt nunca se esperó una confesión así, de hecho, no esperaba información de esa clase.

—Vo...— se aclaró la garganta —Volviendo al tema, ¿Cuándo volveré con mi familia?— estaba muy emocionado.

—En dos días máximo, tal vez incluso mañana en la noche, todo depende de cómo vayan las cosas— a que se refería con eso, kurt ya quería salirse de todo ese horrible ambiente de drogas y delincuencia.

—¿Qué clase de cosas? Y ¿Por qué no me pueden regresar con mi padre hoy? — ahora si ansiaba respuestas.

—Niño por favor, no creo que sea de tu incumbencia mis asuntos, así que solo cállate y copera, ¿Si? —

—No soy un niño— le contesto molesto.

—Mira, hay unos asuntos pendientes, solo eso te diré, así que cierra tu boquita y descansa, que yo, tengo trabajo que hacer— se levantó guardando su teléfono.

—¿Qué clase de pendientes? — siguió preguntando kurt, quería saber si algo cambiaria en su vida.

—Buenas noches— dijo Anna caminando hacia la salida de la alcoba.

La Droga Mas Valiosa (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora