Angel『 Creepypastas y Tn』

Capítulo 12

Después de un rato, el chico por fin se apartó y dejó de mirarme fijamente, sin embargo, se quedó en la habitación a vigilarme, pero eso no me importaba; no podía dejar de pensar en que Toby me había mentido desde el momento en que nos conocimos sólo para entregarme a esa cosa. No quería creerlo, de verdad no quería hacerlo, pero aquello explicaba tanto...

Miré al chico, éste dibujaba algo en una libreta verde que Nina le había llevado. Estaba tan concentrado, que por un momento se me pasó por la mente volver a intentar escapar — si había algo que me definía era la terquedad —, sin embargo, un mueble siendo empujado y el sonido de un cristal caer nos obligó a prestar atención a la parte superior de la habitación. Oía voces, de la cuales no entendía lo que decían; se oían más bien como murmullos altos.

— Vinieron por ti ya... — susurró Helen.

Se puso de pie y comenzó a desatarme, pero antes de que intentara escapar, Helen puso su cuchillo en mi cuello y me inmovilizó poniendo mis manos detrás de mí.

Escuché la voz de Toby y entonces, me pareció que todo se volvía a repetir, hasta el momento en que Toby entró por la puerta.

— Tienes un gran sentido de la intuición, ¿eh, Rogers? — le desafió Helen, mientras apretaba su agarre en mis muñecas, haciéndome gemir de dolor. Aquéllo hizo que Toby apretara la mandíbula.

— No fue difícil saber dónde la tenían... ¿Acaso la trajeron aquí a propósito?

— Sólo seguimos órdenes. — a pesar que no sabía de qué estaban hablando, noté que Helen se burlaba.

— Suéltala. — le ordenó Toby, alzando una hacha en dirección a él.

Pude sentir la sonrisa de Helen, entonces, me soltó, incluso alzó las manos y se alejó de mí, pero no dejaba de sonreír. Toby me miró confundido al darse cuenta que no corrí hacia él, en cuanto Helen me soltó, al menos, eso parecía cuando inclinó la cabeza hacia un lado.

— (Tn), ven. — me ordenó.

Lo pensé, tenía que ir con él. Hacerle creer que aún le tenía confianza, entonces podría escapar, así que caminé hacia él. Helen reaccionó y se abalanzó contra nosotros, pero Toby me había tomado antes de que Helen lo hiciera y me colocó detrás de él. El filo del cuchillo de Helen chocó contra el de la hacha de Toby, comenzando una pelea.

En un impulso, corrí hacia el pasillo, buscando una salida, pero al final de éste sólo había una escalera. Sabía que era arriesgado, pero subí por éstas, donde tropecé, la adrenalina no me permitió sentir dolor e intenté levantarme enseguida, pero algo me lo impidió; mi collar se había atorado en una abertura de la escalera, pues eran de madera. En un acto de desesperación, jalé de mí y arranqué el collar de mi cuello, el cual se desprendió enseguida de la escalera, permitiéndome tomarlo. Corrí nuevamente hacia arriba y, de un momento a otro, me encontraba cayendo por lo que parecía un túnel, el cual era demasiado corto, pues enseguida sentí el impacto del piso y el crujido de la hojas. Solté un quejido, pero me levanté, cayendo en cuanto estuve completamente de pie; un mareo me aturdió y recordé la última vez que no tuve el collar puesto, pero esta vez no me permití perder el conocimiento. Como pude me arrastré hasta un árbol y con él me ayudé a levantarme.

Algo en mí se encendió.

Mi mente destellaba una y otra vez sin permitirme analizar la situación o mis movimientos. De pronto todo era tan confuso y, sin darme cuenta, mi di una bofetada; me tiré al piso de rodillas y vomité.

— Joder. — miré el collar en mi mano, mientras aquel recuerdo que tenía de éste se volvía una mentira.

La estática comenzó a retumbar en mi cabeza, haciéndome enfurecer, en lugar de aturdirme. Como si, de pronto, fuera invencible.

— No es momento de que recuerdes.

Y, como siempre, todo se volvió negro.

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