✨Cuando el ratón no está, Demencia hace fiesta✨

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Demencia reventó la bomba del chicle Tutti Frutti que venía mascando hace un rato. Una sonrisa de total satisfacción de dibujo en su rostro de chiquilla maldosa cuando se quedó contemplando su pegajosa obra de arte que había dejado plasmada en el lomo azulado de 5.0.5 mientras este dormía a pierna suelta en el puff de la sala.

—Ahora si se viene lo chido—ahogó una carcajada cuando vio al gigantesco oso moverse inquieto entre sueños—. Flug va a estar un buen rato ocupado.

La muchacha pegó la ultima goma de mascar que aún se enredaba en sus dientes entre todo el lío rosa pegostioso que había extendido con rapidez sobre el pelaje de su experimento de juegos favorito.

Se fue corriendo del lugar, derrapando en cada vuelta, mirando por todos los rincones una nueva y potencial situación para hacerse con las suyas antes de que la verdadera diversión apareciera.

De pronto un grito atronador reverberó por toda la mansión haciendo que trastabillara un poco.
Entonces, a la vuelta de la esquina la erguida y seria figura de su adorado jefe apareció mostrándole una mueca de disgusto.

—Demencia ¡¿Dónde demonios está Flug?!—su ronca voz combinaba a la perfección ante su amenazante postura que mantenía con las garras desenvainadas y su único ojo reflejando los fuegos del infierno. Uff, ese hombre era un sueño—, te ordeno que me digas dónde se oculta esa sabandija cobarde o tú pagaras las consecuencias sí se atrasan las entregas.

—Flug no se mueve del mismo sitio jamás ni aunque se estuviera muriendo—replicó Demencia enseñando su lengua divertida—. A menos que estés presenciando un milagro y se encuentre visitando algún rincón de la casa.

Antes de que su superior fuera a replicarle, unos gruñidos espantados y un gritó agudo perforó los pensamientos de la bicolor, que se precipitó reptando en cuatro al lugar donde el alboroto se estaba dando.
Apenas llegó a escena, su risa ascendió escandalosa y sin miramientos al ver como Flug se encontraba pegado de pecho y bolsa a la telaraña de chicles que había dejado en 5.0.5, quién se debatía entre sí arrancar a la fuerza al doctor o rendirse ante las lágrimas que amenazaban con quebrarlo.

—¡Demencia!—la profunda y molesta voz de ultratumba de su querido Black Hat le hizo dar un brinquito en su lugar—, ¡¿por qué mierda cagas el día tan temprano?!

La chica se encogió simplemente de hombros.
¿Qué podía decir en su defensa si el caos era prácticamente su segundo nombre?

—Agh, ¡no te quedes ahí parada y ayúdame a despegar a estos idiotas!—su demoniaco líder frunció las mangas de su imponente gabardina sobre sus antebrazos para comenzar a tirar con fuerza de los hombros a su científico.

Demencia llegó a la acción halando de las patas delanteras a un 5.0.5 que no paraba de gimotear con un creciente ceño fruncido.

—No me mires así oso, te lo ganaste por terminarte mi cereal anoche, ¡en el comercial dice que es solo para chavos, no para ti! Dah.

5.05 refunfuñó como respuesta ante la actitud tan infantil de su compañera pero ella sabía que nada malo le esperaba después de su travesura.

—¡M-Mierda!—un susurro sibilante lleno de frustración se escuchó al otro lado del gigante peludo—, ¡¿pero qué clase de chicle es este niña?!

Hmf, hmff, hmph—la inentendible voz de Flug se hizo presente mientras trataba de hacer mímica con su único brazo libre.

Solo somos Villanos [One-Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora