Capitulo 1. El campamento

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¿Alguna vez recordaron su primer beso?

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¿Alguna vez recordaron su primer beso?

Si, ese el cual no lleva incluido lengua ni caricias. Solo un beso cálido, un roce mínimo, el cual te hace sonrojar y sentir extrañas mariposas en el estomago.

Eso sentí, bueno... Sentía, hace como cuatro años atrás.

Fue en un campamento, mi prima me había obligado a ir. Si, se que nadie obliga a nadie, pero no conocen a mi prima, ella cuando insiste es porque insiste.

Y si, sabe como manipularme cuando pone su carita y ojos como los pone el gato con botas. Es realmente adorable, o yo soy lo suficiente tonta y caigo muy rápido.

Habíamos ido al fulano campamento, no me mal entiendan, no es que odio la naturaleza o algo asi, por el estilo. Pero, tener que pasar ocho semanas en un lugar rodeada de personas desconocidas y sin usar mi celular, era horrible.

Bueno si, se que estaba exagerando pero solo un poco, aunque, a la final termine aceptando para complacer a la tonta de mi mejor amiga. Si, la tonta de mi prima.

El punto es, que luego de tantas quejas venir de mi, conocí a un chico... El cual no me agradaba.

Si, era lindo, pero no me agradaba. O tal vez era que odiaba su actitud.

Lo veo y noto que es un engreído, se comporta como si fuera la única coca-cola en el desierto, las chicas les sonríen y murmuran cosas como, "Si es lindo, me gusta su cabello" Y pues, en mi opinión, no lo considero así, ignoro todo aquello y empiezo a leer mi libro en PDF.

-Señorita, aquí no se permiten los celulares. Por favor, guárdelo o se lo voy a decomisar.

-Lo siento, ya lo guardo.

Hijo de su... Negué con la cabeza antes de llegar a pensar o decir algo ofensivo.

Luego de varias horas, horas en donde mi prima me jalonaba de la manga de mi suéter para ir a jugar el juego de la botella (Juego el cual era típico jugarlo cuando de jóvenes se trata, supongo)

Ya era de noche, habíamos terminado de azar nuestros malvaviscos y bueno, no la había pasado tan mal. Al contrario, la había pasado muy bien, no tanto como la hubiese pasado estando en mi cama acostada comiendo y leyendo un libro...

Pero si, no puedo quejarme.

Pero llegar a jugar esto, no, me negaba rotundamente.

-Me niego- Negué con la cabeza mientras mordía mi labio inferior con algo de fuerza.

No me imaginaba besando, pasaría vergüenza... No se besar... ¡No, esto no puede estar sucediendome ahora!

-Vamos, por favor, solo por hoy. No me dejes sola, Tania...- Quería matarla. Si, matarla. Mi prima siempre hacia lo mismo, hasta que yo accediera.

~Cuando tenía 18~©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora