Quebrado

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-tendré que decir que no- ella me dijo, le pregunté si lo había decidido con el corazón, dijo que no, porque si eso hubiera hecho ya estaríamos siendo felices. Le di esa oportunidad, la oportunidad de seguir siendo amigos y esperar a que llegue el momento adecuado. Pero un día, todo cayó. La vi, tomada de la mano de otro. Él era rubio, de apariencia atlética;claramente todo lo que yo nunca pude ser, ella me encontró de frente, me vio al borde del llanto y profundamente enojado con ella. Lo que procedí a hacer fue horrible... Le dije cosas muy malas y crueles como que nunca debí quererla y que todo lo que me hizo creer fueron mentiras. Esa noche hablamos los dos, ella trató de pedir perdón; en otra ocasión la hubiera perdonado, pero estaba herido y furioso, con deseos de venganza, quería que ella sufriera lo mismo que yo, que viera como lo que un día amaste puede romperte el alma... Pero no podía. Por mas que quise mantener el personaje de rudo no podía, no con ella. La amaba demasiado como para herirla tanto, no quería que sufriera. Le dije que me sentía muy mal por lo que me hizo y que iba a ser difícil que volviera a confiar así, me mandó una canción que me alivió y me llenó de culpa. ¿como pudiste pensar en herirla Jack? Solo le dije que me dolió y que me prometiera no volver a herirme, y así señores, así empezó algo hermoso, ella y yo empezamos un amor en secreto.

El guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora