Negocios

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Ambos chicos me miraban detenidamente mientras los guiaba entre la multitud hacia las escalas ubicadas en el costado norte de la casa, justo al lado de la cocina donde un caluroso juego de póker se estaba llevando a cabo.
No hablaban ni se miraban entre sí, solo me seguían en silencio. Los guíe hasta la habitación de mi hermano, esta había sido modificada hace algún tiempo para parecer más una oficina que una habitación.
Empuje la puerta de madera hacia dentro y encendí las luces, en el centro de la habitación estaba ubicada una mesa plástica con capacidad para 4 personas, los invite a sentarse mientras que mi hermano cruzaba la puerta de la habitación y se posicionaba en una de las sillas. La luz era tenue, pero lo suficiente para poder visualizarse. Yo ya sabía el protocolo, había hecho esto antes, primero los llevo y ubico en sus lugares, luego ofrezco algo de beber o algún puro para fumar, luego me marcho, era sencillo.

-¿Whisky? –pregunte mirando en su dirección, el moreno movió su cabeza en forma de aceptación mientras en chico formal me miraba fijamente, ojos oscuros y penetrantes, había algo en su mirada que te quemaba, como si fuera a leer tu mente o conocer tus pecados, baje la mirada por instinto.

-Con hielo por favor –Su voz llego a mis oídos y lo confirme, era aún más penetrante que su mirada, asentí en silencio y sin mirarlo mientras salía de la habitación cerrando la puerta atrás mío.

Cruce en corto pasillo de la casa y alcance las escaleras, descendiendo hasta la cocina donde aún se llevaba a cabo la partida de póker, la cocina contaba con una barra en medio, lo suficientemente larga y ancha para que 5 chicos se posaran a su alrededor junto con sus mujeres y espectadores.

Acercándome al refrigerador tome el hielo y prepare los tragos, maniobre mi camino de vuelta hasta la habitación entregándole a cada uno su bebida, me dispuse a salir de la habitación dejando la puerta cerrada, La curiosidad me pudo, pegue mi oído a la puerta tratando de descubrir cuál es este nuevo negocio.

-Es sencillo –escuche una voz y la reconocí como la del moreno- recoges el envío en algún lugar de la ciudad y lo llevas hasta el club, allí recibes tu paga y hacemos negocios, necesitamos a alguien que se encargue de eso, al jefe no le gusta que sus paquetes estén en la calle en manos de cualquier pedazo de mierda, Puedes seguir trabajando para el veterano, solo no juntes tus asuntos.

-¿qué tan perseguidos son tus paquetes? –cuestiono Khalif.

-Invisibles si haces las cosas como yo te mando –Pronuncio el chico formal, ahora conocido como el Jefe.

-Señor, desde hoy yo trabajo para usted.

Sentí movimiento en el cuarto y me aleje de inmediato de la puerta, descendiendo a la planta baja lo más rápido que mis pies me llevaran.
Me quede de pie junto a la puerta mirando de reojo, esperando el momento en que bajaran las escaleras, primero bajo el moreno seguido por el jefe y por ultimo mi hermano, abriéndose paso hacia la salida, no pude despegar la mirada de ellos, me inquietaban y en especial el jefe, se veía tan malo y mal de la cabeza que era arrollador, ¿curiosidad? Probablemente, analice su presencia de pies a cabeza, demasiado sexy para ser cierto.

-Adiós –murmuro el moreno con un guiño.

De parte del jefe recibí una mirada, subieron en una camioneta Toyota TXL prado negra, con vidrios polarizados, se perdieron en el final de la calle.

Sentí un abrazo por la espalda y la voz de Khalif.

-Voy a hacer mucho dinero –Estaba más feliz de lo acostumbrado.

Desperté temprano en la mañana, recostada sobre mi estómago, la cama no era muy cómoda después de todo. La fiesta término a eso de las 3 am, las últimas personas salieron tambaleándose en direcciones opuestas, nada de otro mundo.
Recordé la promesa de mi hermano de que él se encargaría de la limpieza del lugar, Debo irme antes de que se arrepienta. Me apure a ducharme y vestirme decentemente, tomando en el camino los libros con mis deberes pendientes. Próxima estación... La biblioteca.

El lugar está vacío como de costumbre, la biblioteca más cercana está a cuatro paradas de autobús, no está demasiado lejos pero tampoco demasiado cerca. Un edificio imponente color ladrillo, tres pisos aunque en realidad tiene cinco, 2 subterráneos, es toda una obra maestra. Soy habitual en este lugar así que se directamente para donde iré. El rincón mas solo de todos, odio estudiar con personas al lado, aunque en gran mayoría el público de esta biblioteca son universitarios, en ocasiones pueden llegar a ser bastante ruidosos, quizás por el hecho de la gran cantidad de computadoras portátiles que tiene la biblioteca por ofrecer, algunos solo vienen a escuchar música y revisar Facebook.
Los deberes pendientes no son muy largos, una consulta en historia sobre el racismo y un ensayo sobre el acoso sufrido por parte de la policía hacia los afroamericanos, estoy muy bien enterada de este tema, leo mucho, desde siempre lo he hecho, Diarios, carteles, libros, noticias, portales web.. Soy una lectora con mucho tiempo libre.

La tarde transcurre con tranquilidad y el hambre me está devorando, ya es hora de parar, moriré de desnutrición

Salgo de la biblioteca en dirección a Chiken Lucky, el lugar más cercano donde la comida rápida es decente, está a unos diez minutos de camino a paso constante.

Al llegar allí el lugar esta abarrotado, es lo más económico y delicioso que puedas comer, las mesas están llenas de estudiantes, familias y rostros conocidos, amigos de Khalif.
Hago mi camino hasta un lugar en la barra que está disponible y pido lo de siempre, un Sándwich de pollo con verduras y una botella de agua. Como en silencio mientras observo una televisión muda en el fondo del lugar, parece no importarle a nadie, están presentado un informativo de último minuto, mataron a un chico, cerca de casa. 

TOXICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora