El chico murió en la calle siguiente a la mía, un ajuste de cuentas seguramente, a nadie parecía importarle, siempre es igual, los muertos solo le duelen a quienes lo querían en su vida, sus familiares y amigos escasamente. La vida aquí suele no valer mucho, te matan por un rumor, por un cigarrillo, por las palabras incorrectas.... Siempre es igual.
Se llamaba Nick, iba a nuestra escuela y se había liado con la heroína desde hace unos meses, es bien conocido que era soplón, Andaba en su bicicleta por todo el barrio vigilando los carros que entran y salen, las personas externas que vienen, quien compra, quien sale, quien causa problemas. Recogía información para su jefe, hacía esto todo el día por una dosis.Me levanto en la mañana y me preparo para ir a la escuela, Olivia vive a un par de casa así que siempre nos vamos juntas, aunque ella está en otra clase, reprobó dos años seguidos así que ahora le llevo la delantera. Preparo un desayuno apresurado y lo ingiero, mi hermano cumplió la promesa de limpiar la casa, seguro lo hizo alguno de sus soplones no lo imagino limpiando la mierda que los ebrios dejan a su paso.
"mueve tu culo hasta afuera" decía el mensaje de whatsapp que recibí por parte de mi amiga, ella es tan dulce.
Me cepille rápidamente los dientes y tome la mochila, saliendo por el umbral de la puerta. Es irónico pero en la escuela cohíben la ropa que debemos usar, cero faldas, vestidos o pantalones cortos, Únicamente pantalón largo... esto a causa de la alta tasa de natalidad que se presentó el último año, ridículamente el director pensó que esta política nos haría ver menos "Atractivas" ante los hombres y sus hormonas. Además instalo un detector de metales en la puerta y un guarda con un perro que detecta drogas y estúpidamente funciona muy bien, son muchos los chicos que se lían temprano en la mañana por haber decidido llevar en su lonchera un poco de yerba.
Camine con mi mejor amiga haciendo bromas durante todo el camino, nos despedimos en el pasillo de la escuela y me fui a mi clase. A la hora del almuerzo nos sentamos en nuestra mesa habitual en compañía de la pieza faltante en nuestra funcional amistad, Asher nuestro homosexual amigo y el causante de nuestros mejores momentos.
-Hola panquecitos –nos saludó mientras tomaba asiento y besaba mi mejilla- ¿escucharon lo de la pelea?
-¿Qué pelea? –preguntó Olivia.
-El jueves en la noche en Luxor club, va a estar de locos, vino un nuevo chico desde New York y todos hablan de lo bueno que esta... en todos los sentidos –rio- iremos.
-Yo voy ¿Vienes Marilyn? –preguntó Olivia
-No me lo perdería, quiero evaluar que tan bueno esta.
La semana paso más lento de lo deseado, en los pasillos de la escuela solo se escuchaba hablar de la pelea, todo el mundo estará allí. Khalif estuvo trabajando tranquilamente, no sé si ya empezó a llevar los "paquetes" del Jefe, no se la he preguntado.
Es jueves en la noche, estoy mirando mi reflejo en el espejo, decidi usar algo comodo para la pelea, no es como si fuera un día cualquiera en el club. El ambiente será hostil, siempre lo es, muchas personas, sudor, cerveza, marihuana y mujeres muchas mujeres.
Me decidí al final por un Jean negro, blusa blanca y mi par de zapatillas deportivas.-¿Saldrás? –pregunto mi hermano mientras yo caminaba hacia la puerta.
-Iré a la pelea ¿vienes?
-Tengo que trabajar, diviértete sin mí.
-Iré con Olivia y Asher.
Lo besé en la mejilla y salí, debo caminar hasta la casa de Olivia, Asher a diferencia de nosotras, es el único que tiene auto, nos llevara hasta allí. Mi amiga me esperaba en la entrada y antes de reunirme con ella sonó el claxon del Mazda de mi amigo.
-Voy a ponerme tan loco –dijo mientras mi amiga y yo nos ubicábamos en el puesto trasero, él odiaba que nos sentáramos en el puesto de adelante.
Luxor Club estaba como lo habíamos imaginado, a reventar. La entrada estaba gratuita para las chicas, Asher tuvo que pagar 10 dólares, peleó hasta el cansancio alegando que él se sentía como una mujer, al final se resignó.
Los hombros chocaba unos contra los otros, el calor que emanaban los cuerpos era insoportable... y aún no había empezado la pelead, las chicas que trabajan aquí no dan abasto recibiendo y entregando ordenes de bebidas, veo varias caras conocidas, amigos de mi hermano usualmente invitados a nuestras fiestas. El cuadrilátero de pelea estás compuesto por una tarima improvisada en el centro del Club, desde allí todos podríamos ver la acción, contaba con una malla de contención que le daba aspecto de Jaula, fatídico.La música sonaba de fondo mientras todos bailábamos, esperando el gran momento. Asher es un bailarín fenomenal, maniobraba entre Olivia y yo, aunque era él el centro de atención. Un estallido retumbo por todo el lugar y la música se detuvo, es la hora. Un hombre de mediana edad entro llevando consigo un micrófono.
-Bienvenidos todos esta noche, no les daré un discurso, sé que todos vinieron a ver sangre correr, hagan sus apuestas señores y disfruten –evidentemente este hombre no entiende la diferencia entre hablar y gritar.
Subió a la tarima un chico, los tatuajes cubrían su pecho entero y su mirada destellaba determinación, porta unos pantalones cortos rojos, este es el chico local, patrocinado por un ejecutivo del otro lado de la ciudad, se ha labrado su camino entre la lucha libre y una reputación del demonio.
-Hagan ruido para recibir a Tjay, un animal indomable que acabará hoy con el que se interponga en su camino –El salón entero estallo en gritos- apuesten su dinero y récenle a Dios para que este malnacido no asesine a alguien hoy.
El contrincante se abrió paso entre la multitud y subió al escenario, admito que debó darle la razón a Asher, está muy bueno. No posee grandes músculos ni tatuajes en su cuerpo, a excepción de una Garra en su omoplato izquierdo, su estatura estaba en desproporción con la de Tjay, era por lo menos 10 centímetros más pequeño y aunque se iba a enfrentar con el demonio, su serenidad es visible, confianza quizás.
-Él es Wayne, viene de patear traseros en new york, hagan ruido para él –grito el presentador- antes de comenzar con la pelea quiero presentarles al nuevo dueño del club, un sujeto inquietante pero con el dinero suficiente para comprar hasta el amor de tu madre, con ustedes el señor Wyatt.
Así fue como supe su nombre, el señor Jefe se llama Wyatt.