Pink.

-¿respuesta?-

Kihyun despertó delicadamente, levantándose y encontrando un rico desayuno encima de su escritorio.
Se levantó, acercándose lentamente a este y se sentó a comer, el café americano que le sirvieron lo había puesto de buen humor ya.
Casualmente este giró su vista sobre un sobre que había encima de su libreta, ahora diario personal. Curiosamente lo tomó con la intención de ver que había dentro, pero unos leves golpes en la puerta interrumpieron su acción provocando que guardara rápidamente el objeto.

-Hyung, ¿estás despierto?- la voz del joven Changkyun se oyó por el otro lado, una leve sonrisa salió de la boca del mayor, apreciaba que su amigo realmente viniera a verlo como dijo el día anterior.

-Sí, pasa- el menor entró al instante luego de oír esas palabras, al entrar el mayor notó que traía un americano y un muffin en sus manos- Chang, ya me dieron comida aquí- su tono de voz era burlón, el menor al ver la bandeja con la taza y un pequeño plato hizo un leve berrinche como si de un niño se tratase.

-Aish, yo solo trataba de quedar bien- la expresión del menor le daba mucha gracia al mayor, quien se encontraba muriendo de risa en el momento- bueno, cuando me vaya les diré que te lo den más tarde para merendar o algo- explicó rascando su nuca un poco incómodo por la situación.

-O podrías comertelo tú ahora...- refutó Kihyun en tono obvio, a lo que el menor negó instantaneamente con un semblante totalmente serio.

-No, hyung, esto lo compré para tí, así que tú lo comeras y sino te lo meteré con un embudo, ¿entiendes?- amenazó el joven. El mayor fingió una expresión de sorpresa, para luego poner una mano en su pecho.

-¿Esas te parecen formas de tratar a tu hyung, Changkyun?- el menor no pudo evitar soltar una risa tonta al ver que el mayor seguía haciendo la misma expresión e incluso la empeoraba.

-Lo siento, hyung- contestó Changkyun con una sonrisa- ¿sabes qué hora es? A las 10 debo estar en el trabajo y ni siquiera me fijé a qué hora salí de casa- este rascó su nuca un poco apenado por su acción "irresponsable".

-Hay un reloj en frente tuya, Chang- el mayor señaló el reloj que estaba colgado detrás suya, a lo que el menor levantó la mirada para observarlo. Una expresión de pánico se hizo presente en el menor.

El mismo comenzó a tomar todas las cosas que había traído, se acercó al mayor rápidamente para dejar un beso en su frente. El mayor sonrió tiernamente despidiéndose del menor que salía por la puerta despavorido.

Unos minutos más tarde, Kihyun se dió la vuelta observando el sobre que había escondido antes de que el joven Changkyun llegara.
Lo tomó entre sus frágiles manos y lo abrió delicadamente. Dentro había una hoja arrancada de la libreta donde él escribía, su expresión se tornó a una de confunsión y pánico, ¿quién pudo haberlo hecho? En la noche no oyó que nadie entrara en la habitación.
Dió vuelta dicha hoja y había algo escrito.

"Esa letra..." susurró el joven para sí mismo con los ojos llorosos.

Comenzó a leer lo que decía en la hoja, logrando que más lágrimas salieran de sus ojos y aumentando el pánico que sentía anteriormente.

Querido Kihyunie,

no me digas que ya perdiste la cabeza, mi pequeño...

Shownu.

Y sí, el muchacho había perdido la cabeza, él no creía en hechos paranormales y eso lo ponía peor.

•🌹•

Luego de un rato, el doctor Lee entró por la puerta con dos enfermeras más detrás.
La expresión deKihyun se tornó seria al ver a las dos muchachas, una con una jeringa y la otra con una pequeña botella con un líquido transparente, él no era idiota, estudiaba medicina, sabía perfectamente que era eso...

-Disculpe, pero... ¿Para qué es el tranquilizante?- el doctor cambió su seria expresión a una de sorpresa. El más joven esperaba una respuesta con los brazos cruzados.

-No pensé que estuviera tan informado, Yoo- comentó el mayor- es para hacerle un estudio, queremos ver como reacciona su cuerpo en reposo...- su tono era dudoso, el menor no confiaba para nada.

-Lo siento pero me niego- negó el joven aún cruzado de brazos.

El doctor lo observó desafiante.

-Señoritas... Ya saben qué hacer- comentó el mayor dando un paso hacia atrás.

-¿Qué?, ¡no, no, no! Suelten...me- y ahí todo se volvió oscuro.