NASTY ーCoupZi

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—¿Qué?

—¿Qué hicieron ayer? —formuló de nuevo, esta vez con un poco de molestia.

Jihoon se encontraba siendo aprisionado por Joshua, quién apenas le había visto al día siguiente saliendo de su casa a tirar la bolsa de basura le arrastro hasta el interior nuevamente y lo hizo sentarse en el sofá de la sala de estar.

—Nada, solo fuimos a ver una película y me acompañó hasta aquí. —respondió frunciendo el ceño ante la actitud hostil de su amigo.

Joshua suspiro, vio el rostro de Jihoon y supo que estaba actuando como un loco.

—¿Y ustedes? —preguntó Jihoon cambiando el tema, incómodo— ¿Qué hicieron cuando nos fuimos?

—Realmente nada, estuvimos dando vueltas por el parque...

Se tragó el "hablando de ustedes".

—No suena divertido. —hizo una mueca.

—Si lo es, ellos lo hacen divertido, supongo. —se encogió de hombros refiriéndose a sus amigos, Jihoon asintió sin entender muy bien.

—Seungcheol dijo que vendría hoy. —anunció el rubio levantándose para dirigirse a la cocina.

—¿Para qué? —intentó sonar indiferente.

No escuchó respuesta de parte del chico así que suspiró, había fastidiado a Jihoon.

[...]

Durante un mes Seungcheol estuvo haciéndole visitas a Jihoon, tres veces de esas visitas se había quedado a dormir por petición de la madre del rubio, Seungcheol cada vez que estaba cerca del pequeño rubio se sentía más perdido.

Pero había un problema y tenía nombre.

—¡Jihoonie mira lo que te traje!

Joshua.

El pelinegro entró sin previo aviso a la habitación viendo una escena totalmente comprometedora. Joshua estaba encima de Jihoon con los brazos a cada lado de su cabeza atrapando al menor.

—Hola Cheol hyung. —saludó el menor viéndolo con la misma expresión aburrida de siempre.

—¿I-interrumpo algo? —su mano libre se formó en un puño y sus nudillo se volvieron blancos por la fuerza. Estaba ardiendo en celos.

—No, quita Joshua. —le empujó dejando al medio americano recostado en la cama y se levantó para ir donde el pelinegro— ¿Qué traes ahí?

—Te traía un postre, pero si estaban ocupados puedo volver más tarde. —su voz había sonado neutra, agradeció al cielo que no sonará brusca ni que el menor haya notado su puño escondido. Ni mucho menos la molestia que desbordaban sus ojos al ver a Joshua.

Entre ellos dos existía una rivalidad por la atención de Jihoon, varias veces Seungcheol ya le había dejado en claro las intenciones que tenía con Jihoon y Joshua empezaba alegar que él se había fijado antes en él. Porque sí, el medio americano aceptaba gustar y amar a Jihoon desde hace tiempo. Seungcheol por pura curiosidad quiso saber que era lo que hacía Jihoon que siempre terminaba haciendo caer a todos por él. Ya había escuchado a muchas personas decir que les gustaba Lee Jihoon, pero el no sabía porque.

Hasta que decidió investigar sobre él, y quizá acosarlo un poco. Terminó por gustarle —porque el chico era terriblemente adorable en verdad— el chico rubio, y cuando se lo confesó a su amigo Joshua, apenas unos días después de que el mismo lo llevará a conocerlos oficialmente este casi parecía arrancarle la cabeza con la mirada para después soltarle un vacío y en tono retador.

"No se va a fijar en ti, Seungcheol"

—No, claro que no, dame eso. —exigió frunciendo sus labios haciendo que sus mejillas se inflaran.

Seungcheol deseaba que en su funeral colocarán una foto de Jihoon con aquella expresión en un arreglo floral o la colocarán en su tumba.

—Toma pequeño. —canturreo feliz entregándole la bolsa que traía en su mano.

Jihoon sonrió agradecido y salió de la habitación, Seungcheol se sentía tan afortunado cada vez que lo veía sonreír ya que solo él podía tener el honor de verla. Ah... y Joshua.

El americano estaba frente a él con brazos cruzados y ceño fruncido en un intento de parecer intimidante pero su rostro amable era incapaz de permitirle eso.

—Seungcheol, ya te lo he dicho una y otra vez ya dejalo. —sonaba molesto, el pelinegro negó con burla.

—No lo voy a dejar, Joshua... —le miró de forma desafiante.— y... he llegado más lejos que tú en tan poco tiempo. —sonrió orgulloso.

Joshua bufo molesto, salió de la habitación del menor dejando a Seungcheol ahí. El pelinegro suspiró cansado, sí, se lo había planteado. El dejar a Jihoon y que Joshua al fin pudiera quedarse con él pero cada vez que estaba a punto de decidirse Jihoon llegaba con su actitud adorable y seria haciéndolo caer nuevamente por él.

Se odiaba a sí mismo por gustar del chico al cuál uno de sus mejores amigo estaba enamorado. Tomó una respiración profunda y salió de la habitación, Jihoon seguramente estaba en la cocina y Joshua con él.

Cuando los vio el rubio comía de uno de los pastelillos que le había llevado, se le veía contento y una sonrisa pequeña se asomaba mientras mordía el postre dejando glaseado en su boca. En su camino a Jihoon tomó una servilleta para entregársela.

—Gracias hyung. —agradeció limpiando la comisura de sus labios.

Joshua le lanzó una mirada de advertencia y volteó a ver a Jihoon.

—Jihoonie, estuve pensando en que deberíamos salir al cine mañana. —sonrió dulce al menor.

—Lo siento Shua hyung, Cheol hyung y yo saldremos mañana. —dio otra mordida al pastelillo.

El americano volteó su cabeza tan rápido que Seungcheol temió que su amigo se lastimará el cuello por el movimiento.

—¿Por qué no vemos una película ahora? —rió nervioso, estaba seguro que Joshua tomaría el primer objeto puntiagudo que viera y se lo clavaría.

El rubio hizo un sonido de afirmación asintiendo.

—¿Jihoon y si jugamos a solo verdad? —propuso Joshua, Seungcheol desconcertado preguntó que era— el juego consiste en que se escoja una persona para que solo se diga la verdad, es como verdad o reto pero solo con verdades. Y yo propongo a Jihoon. —el mencionado hizo una mueca de fastidio.

Seungcheol entiendo al instante el plan.

—¡Jihoon! —apoyó al americano.

Al ver que los dos chicos estaban insistiendo en que fuera el quién respondiera sus respuestas terminó cediendo. Veían —o simulaban verla— la película preguntándole a Jihoon un montón de cosas hasta que los dos casi gritan su verdadera intención.

—¿Quién te gusta? —hablaron al mismo tiempo casi al borde de la desesperación.