Capitulo 2

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-No lo se, Tae. Estoy demasiado intranquilo.- Aseguro Hoseok mientras soltaba un gran suspiro. Llevo ambas manos a su cabello y despeino este con frustración.- Algo no esta bien, Jimin no esta bien. 

- Eh, no digas esas cosas. ¿Haz intentado hablarle ya? 

Hoseok asintió, hacia varias horas que habían decidido salir de la fiesta y volver a casa. Esperando que Jimin ya se encontrara en la suya, mas aunque el pelinegro le llamo varias veces nunca contesto. 

La angustia que sentía en el pecho le estaba sofocando. 

- ¿Y si le paso algo? ¡Maldita sea, nunca me lo perdonaría! -Un golpe sordo resonó en la habitación cuando Hoseok estampo su puño contra uno de los muros. Taehyung, su pareja, estaba por protestar ante aquella acción, mas el sonido del teléfono les sorprendió. 

- Yo atiendo, tal vez sea el.- La vaga esperanza resonó en las palabras del muchacho mientras tomaba el aparato entre sus manos.- ¿Jimin? - Pregunto casi en un murmuro esperando que el mencionado le respondiera, Tae quien observaba junto a el atento, noto como el rostro de su novio cambiaba, sus ojos se habían llenado de lagrimas. Y sin decir mas, bajo el teléfono con sus temblorosas manos, su mirada perdida se enfoco en tae y sin mas, se hecho a llorar como si fuese un pequeño niño. 

-¿Hobi? ¿Hobi, que pasa? -Pregunto exaltado y preocupado al ver como el mencionado se desplomaba en el suelo llorando. 

-Esta muerto, Tae...- Aquellas palabras salieron de sus labios en un murmuro, Taehyung se quedo helado al escuchar aquello. No podía ser, con un nudo en su garganta se inclino hacia el muchacho y le abrazo con fuerza. 


【. . . 】

En todo el camino ambos chicos se mantuvieron en un silencio sepulcral. Hoseok había dejado de  llorar y se mantenía absorto en sus pensamientos. Las palabras de aquella mujer destrozada retumbaban en sus oidos, ''Mi jimin, Hoseok, mi Jimin esta muerto, mi bebé...'' 

Hoseok se sentia perdido, apenas pudo percibir cuando estuvieron fuera de la casa de su mejor amigo, o cuando entraron en esta. Personas lloraban e iban de aquí a allá. Observando fotos de Jimin y contando anécdotas de cuando este era menor. 

A Hoseok se le partió el corazón cuando, su vista se fijo en el cajón en medio de aquella sala. Repleto de flores y con una de sus fotos. No podía ser cierto, no quería creerlo. 

Con un nudo en su garganta camino con pasos vacilantes hacia aquel lugar, observando a su alrededor contemplo aquel sofá viejo y por un momento se  miro asi mismo y al chico que descansaba ahora dentro de un féretro, retándose mientras jugaban con la consola. Se veían unos cuantos años menores, Jimin reía victorioso por la gran ventaja que le llevaba al mayor. Mientras este hacia alguna especie de berrinche alegando que Jimin le había hecho trampa. Una nostálgica sonrisa se dibujo en sus labios por un instante. Antes de volver a la realidad, la escena desapareció de sus ojos, en aquel sofá no estaba Jimin presumiendo de ser el mejor con una de sus grandes sonrisas, ahora solo estaba una madre destrozada que lloraba sin consuelo. 

Jimin parecía dormido, llevaba puesto un traje negro y una corbata bien acomodada alrededor de su cuello. Nunca le había visto  tan pálido como ahora, su envidiable bronceado había desaparecido. Sus ojos bajaron a sus manos, acomodadas con cuidado sobre su abdomen, sosteniendo entre estas una pulsera idéntica a la del mayor. Las habían comprado aquella vez en la que ambos habían asistido a su primer concierto. 

''Sera un recuerdo de la primera aventura, la primera de muchas más''. Habia dicho Jimin con una enorme sonrisa, convenciendo a Hoseok de comprarlas. 

-Valio la pena... -Murmuro Hoseok con una sonrisa recordando aquello.- Cuando me toque seguirte, no te salvaras, eh. ¿Porque lo olvidaste? Aun debíamos hacer muchas cosas. Jimin, aun teníamos tanto por hacer... -Las ultimas palabras salieron en un sollozo, sus manos se aferraron al cajón.- Te quiero Jimin, yo siento no haber sido un buen amigo. Lamento no haberte detenido, no haber ido contigo. Jimin, lo siento mucho. -Amargas lagrimas recorrían sus mejillas sin parar.- No te olvidare ¿Vale? No me olvides tampoco. Somos hermanos ¿Verdad? Lo seremos siempre ¿Verdad? Jimin... No te vayas.

Eran tantas preguntas y tantos ruegos que no iban a ser escuchados nunca mas. Hoseok estaba destrozado, llamando a Jimin y pidiendo que este no se fuera. Sabia que aquello era imposible, sabia que Jimin estaba muerto y que aunque nadie pudiera aceptarlo, no iba a volver jamas. 

†  Wherever you will go †Where stories live. Discover now